Desaparecidos: Estados Unidos desmiente a Milei

El planteo del candidato de la extrema derecha sobre el número de víctimas del Terrorismo de Estado ya fue desmentido en 1978 por un informe del Archivo de Seguridad de los Estados Unidos, realizado con datos obtenidos por sus espías en el marco del Plan Cóndor. Los numerosos casos ignorados en el documento. El rol de la prensa argentina

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Por Eduardo Valdés*

Una nota del diario Clarín del 25 de marzo de 2006 titula: “Un informe de Estados Unidos asegura que hubo 22.000 desaparecidos” (https://www.clarin.com/ediciones-anteriores/informe-eeuu-dice-22000-desaparecidos_0_BkJz8qrJ0Kx.html)

El documento al que hace referencia el diario también refleja cómo el ex jefe de la diplomacia norteamericana, Henry Kissinger, durante la presidencia de Gerald Ford alentaba a los militares argentinos a que “lo que tengan que hacer, háganlo rápido”, en una referencia directa a la represión.

La documentación afirma que la arenga de Kissinger sucedió 48 horas después del golpe de Estado, es decir, el 26 de marzo de 1976.

El informe al que refiere la nota fue dado a conocer por Estados Unidos al cumplirse en la Argentina el 30º aniversario del golpe cívico-militar.

La Nación

La misma información surge del diario La Nación en una nota fechada el 24 de marzo de 2006 y firmada por el periodista Hugo Alconada Mon, por entonces corresponsal del diario en Washington (https://www.lanacion.com.ar/politica/el-ejercito-admitio-22000-crimenes-nid791532/?gclid=EAIaIQobChMIq4OjjJrYgQMVAsaRCh2jYwKIEAAYASAAEgIlSfD_BwE)

El número de 22.000 desaparecidos al que refiere el informe dado a conocer en Estados Unidos y que publican ambos diarios corresponde al año 1978, y surge del Archivo de Seguridad Nacional que conserva la Georgetown University.

Ese informe, que salió a la luz recién en 2006, fue realizado a partir de información suministrada por integrantes del Batallón 601 del Ejército a agentes de inteligencia que operaban de incógnito en la Argentina como parte del Plan Cóndor.

Lo mismo ratifica el periodista norteamericano John Dinges en su libro “Los años del Cóndor”, obra que narra el operativo de coordinación represiva llevado adelante en distintos países durante aquellos años.

(N. de la R. Cabe recordar que el Plan Cóndor fue un sistema formal de coordinación represiva entre los países del Cono Sur, respaldado por los Estados Unidos, que funcionó desde mediados de la década del setenta hasta iniciados los años ochenta para perseguir y eliminar a militantes políticos, sociales, sindicales y estudiantiles de nacionalidad argentina, uruguaya, chilena, paraguaya, boliviana y brasileña -Cels-)

Además existe otro documento del Departamento de Estado al que hace alusión Hugo Alconada Mon en su artículo de 2006.

El mismo se adjudica al entonces consejero político de la embajada de Estados Unidos en Buenos Aires, Allen “Tex” Harris, quien hasta 1979 había elevado 13.500 denuncias sobre desaparición de personas en nuestro país al Departamento de Estado del gobierno de EEUU.

«Lo que se suponía que era una guerra contra el terrorismo, en realidad era una matanza de la que no se tenían proporciones, sobre todo con el tratamiento de la figura del desaparecido (…) Este tipo de procedimientos fue adoptado por los militares argentinos en su adiestramiento de lucha contra el terrorismo urbano que los franceses utilizaron en Argelia y en varias de sus colonias, que consistía en raptar a la persona rápidamente, torturarla hasta sacarle información, y luego exterminarla y hacer desaparecer sus cuerpos» (Tex Harris, consejero político de la embajada de EEUU en Buenos Aires de 1977 a 1979)

Todos estos datos, sigue diciendo el diario La Nación según consigna el documento, surgen a días de la final de la Copa del Mundo de fútbol del año 1978.

El Departamento de Estado estadounidense reconoció la importancia de la labor de Harris en Argentina y le concedió el Premio de Honor, la máxima condecoración para el cuerpo diplomático (US Foreign Services / Perfil)

Jimmy Carter y la CIDH

El entonces presidente de Estados Unidos, Jimmy Carter, envió a Buenos Aires al diplomático David Newsom, número tres del Departamento de Estado norteamericano, para comunicarle al dictador Jorge Rafael Videla que sólo levantaría las sanciones económicas si revelaba el destino de los desaparecidos, si se juzgaba o se liberaba a los detenidos sin proceso y si invitaba a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) a hacer una inspección en el país.

La visita de la CIDH se concretó en 1979, tras la cual elaboró un duro informe sobre la situación de los derechos humanos en la Argentina.

El informe de la CIDH fue un gran golpe a la imagen de la dictadura en el exterior, en tanto visibilizó en todo el mundo aquello que los militares que habían ocupado de manera violenta e ilegal el poder se esforzaban en ocultar.

La acción de Jimmy Carter al frente de la Casa Blanca fue de suma trascendencia para detener el accionar de la dictadura argentina, y sin dudas contribuyó a que la cantidad de vidas que cobardemente destruyó el gobierno de facto no fuera mayor.

La verdad histórica

Este tema es, quizás, el más sensible a la unidad de la familia argentina.

Aporto estos datos que son de países y medios de comunicación que alinean el pensamiento de los votantes de La Libertad Avanza.

No me interesa tener razón, sino contribuir a la verdad histórica con información oficial de países de indudable militancia “occidental y cristiana”, para que nadie me acuse de “ideologizar” el debate.

Sólo el Ejército y en 800 días

Estos números reflejan lo sucedido en la Argentina hasta agosto de 1978 y, según se lee, corresponden a una sola de las fuerzas que actuaron en la represión: el Ejército.

En esos 22.000 no se incluye lo sucedido en la órbita de la Armada ni en las dependencias de la Fuerza Aérea.

Tampoco están los casos denunciados por los organismos de Derechos Humanos de nuestro país, que hablan de 30.000.

2.795 días tuvo la dictadura iniciada el 24 marzo de 1976 y finalizada el 10 de diciembre de 1983. Los datos de Estados Unidos y de los diarios La Nación y Clarín abarcan sólo los primeros 800 días de dictadura. Faltaban todavía 1.995 días para llegar a la asunción de Raúl Alfonsín.

Tanto los 22.000 desaparecidos que señala Clarín a partir del informe del Archivo de Seguridad Nacional estadounidense como los otros números que aporta el periodista Alconada Mon en La Nación vinculados al Batallón 601 de Inteligencia y al diplomático “Tex” Harris difieren respecto al número de 8.753 desaparecidos que lanzó el candidato presidencial Javier Milei en el debate presidencial de Santiago del Estero, abarcando los siete años de dictadura.

Seguramente, y lo digo con humildad, es más factible en proporcionalidad y proyección que, en 2.795 días de dictadura, se haya llegado a la cifra de 30.000 que a lo que planteó el candidato de La Libertad Avanza.

Nos merecemos poner a disposición todos los números que tengamos para que Nunca Más haya, no ya 30.000 ni 8.000, sino ni un solo muerto ni desaparecido por sus ideas políticas, ya sea que piensen como Milei o que piensen como Valdés.

Borges, Pérez Esquivel, Unesco

“Siento que he salido del infierno”, dijo Jorge Luis Borges al enterarse lo que había sucedido durante la dictadura militar, ante lo cual pidió que no quedara impune.

El Comité Nobel galardonó a un argentino, Adolfo Pérez Esquivel, con el Premio Nobel de la Paz por el calvario y la lucha contra la dictadura en el año 1980. El galardonado confesó que estuvo a punto de ser subido a los vuelos de la muerte.

En tanto, la Unesco declaró recientemente Patrimonio de la Humanidad a la ex Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) -actual Museo de la Memoria-, como la muestra más cabal del Terrorismo de Estado, con el mismo nivel de crueldad que padecieron quienes pasaron por los demás sitios que han recibido ese título: Auschwitz, campo de concentración y exterminio creado por el régimen nazi; Hiroshima (bomba atómica); la isla de Goreé, en Senegal, donde capturaban a hombres y mujeres libres para convertirlos en esclavos; Robben Island, donde estuvo preso Nelson Mandela; el Puente del Barrio Viejo en Bosnia, y el Muelle de Valongo en Brasil, principal puerto de esclavos en América.

Todos estos sitios, al igual que la ex ESMA, ya están bajo el resguardo de la Unesco.

Sueño con una Argentina unida en los temas esenciales que hacen a nuestra convivencia, y en ese sueño incluyo a las nuevas manifestaciones de la política. Felices los que sueñan sueños y están dispuestos a pagar el precio para hacerlos realidad.

*Artículo publicado originalmente en la página web de la agencia de noticias Télam

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