Ricardo Iorio: una carrera y una vida tan duras como el metal

Por Mauricio Vallejos (Especial para 90 Líneas).- Hoy es el día en que Ricardo Iorio dejó esta vida de dolores, como él mismo la catalogó. Su propia existencia pareció siempre tan controvertida como el género musical al cual entregó su vida, el heavy metal.

Dicha música siempre pareció condenada a tener que explicar por qué existe, sus fans debieron argumentar por qué les gustaba un sonido tan potente, cuya estética está ligada al color negro.

Recordemos que dicho color siempre se asoció a lo prohibido y profano. En los años 60 se decía que Perón volvería en un avión negro. El mítico anarquista Severino Di Giovanni se vestía de negro, Johnny Cash era “el hombre de negro”, aquel cantante que daba recitales en penales del sur de Estados Unidos. Eso lo tuvieron muy en claro los músicos de Black Sabbath cuando en los 70 dieron forma a un estilo que buscaba plasmar en la música las sensaciones que generaba el cine de terror, otro género genial e incomprendido.

Inicios

Pues la Argentina de comienzos de los 80 era sin dudas un lugar carente de luces. Una generación de jóvenes nacía bajo la peor de las represiones. Pero la llegada de la democracia comenzó a destapar algo oculto, puesto que el arte regresó con toda su potencia. En ese momento fue donde el Metal, un género que ganó popularidad en Estados Unidos 10 años antes, comenzó a buscar su lugar en nuestro país.

La primera gran banda de Ricardo fue V8, una agrupación con un sonido duro y directo que no buscaba la estética hiper desarrollada de Iron Maiden o el éxito comercial de Metálica. Pero si tenía la desfachatez y la frontalidad de Motorhead, y un estilo musical que recordaba a Black Sabbath de los 80, cuando su cantante era Ronnie James Dio.

Esa banda cantaba canciones como “destrucción” la cual apuntaba directamente contra la junta militar genocida que había marcado a toda una generación.

Masividad

Luego, en los años 90 formó la banda que lo puso en el mapa de la escena musical definitivamente, Hermética. Dicha agrupación comenzó a gestarse durante el primer gobierno de Menem. En ese contexto, había una generación que crecía en cementerios de hormigón, en las que alguna vez había sido las fábricas donde sus padres trabajaron y fueron despedidos.

En ese sentido, Hermética fue una banda que como pocas en Argentina le cantaron directamente a los trabajadores y sus hijos. “Gil laburante”, “Tu eres su seguridad” u “Olvidalo y Volvera por Más” eran canciones que representaron a miles de jóvenes que no tenían a nadie más que a sus ídolos de rock para cantar sus miserias y sus tragedias.

Hermética fue una banda muy potente que creció velozmente con cuatro discos de estudio en cinco años, pero que también terminó en su mejor momento, tras su primer recital en obras. Dicho suceso estuvo marcado por dos tragedias para Ricardo Iorio, la desaparición de su cuñado, que derivó en la muerte de su esposa, y el fallecimiento de un fan de la banda durante un show. Aquel hecho fue especialmente significativo, puesto que el resto de los integrantes de Hermética dijeron a la justicia que solo eran “empleados de Iorio” para desligar responsabilidad. La justicia incautó las ganancias por regalías del músico hasta el año 2010.

Hermética

Almafuerte

Desde allí Ricardo Iorio formó su banda definitiva, con la cual logró llegar a los estadios que le quedaron pendientes con Hermética, Almafuerte. La banda tomaba el nombre del poeta argentino Pedro Bonifacio Palacios, aquel que dijera: “No te des por vencido, ni aun vencido, no te sientas esclavo, ni aún esclavo”.

Almafuerte fue su banda más duradera, y sin lugar a dudas la mejor musicalmente hablando. Desde allí se comenzó a conocer al Ricardo Iorio personaje, muy polémico y que todos querían entrevistar para subir el raiting de sus programas.

Es verdad que muchas de sus opiniones fueron hasta repudiables, como sus dichos contra la colectividad judía. Aunque siempre dejó en claro su patriotismo, y acompañó causas populares como la lucha de Madres y Abuelas, y luchas de pueblos originarios.

Fue un hombre polémico, genial y a veces abyecto, pero un músico coherente que cantó sus sentimientos a su público y jamás les mintió. Alguna vez se sacó una foto con el político ultra derechista Alejandro Biondini y muchos salieron a decir que no podían creer que fuera facho. Gente que evidentemente nunca escuchó su música.

Los tiempos actuales parecen darle toda la razón a Ricardo Iorio. Donde un personaje habla de vender el país a precio de remate y de condenar a la miseria a la mayoría de la población para mejorar la rentabilidad de algunas empresas. Su nacionalismo a veces chocó con cierto sentimiento anti popular, pero a la larga logró ver más allá.

El Heavy nacional

Una vez dijo “llegamos a un momento de tanta locura que yo soy el más cuerdo”, tenía razón. Porque en un momento donde en canales de televisión se debate la venta de órganos y niños hubo un músico que cantó por la patria y el pueblo. Que plasmó sus dolores y tragedias en canciones y le dio armas de empoderamiento a jóvenes abandonados a su suerte por el neoliberalismo.

 

https://www.youtube.com/watch?v=boPCFydTrvI&ab_channel=Ideolog%C3%ADaPeronista

Ricardo Iorio es el metal argentino, un metal que no busca contar historias de rituales satánicos u relatar homicidios. Aquí se contó las tragedias de un pueblo, era la conversión al metal del estilo de su máximo referente musical José Larralde.

 Es decir, que el llamado “heavy nacional” siempre será combativo y rebelde, y denunciará los atropellos de unos pocos contra la gran masa del pueblo, y el amo y señor de eso será por siempre Ricardo Iorio.

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