Que no nos confundan. El objetivo es uno solo: vender la Patria

Con los medios de comunicación de siempre como aliados, el gobierno de extrema derecha trata de marearle la perdiz a la sociedad haciéndole creer que los ‘quichicientos’ artículos del DNU, la Ley Ómnibus y ‘tutto il resto’ son propuestas muy distintas que deben discutirse una por una, cuando en rigor se trata de una brutal maniobra de distracción para que pasen los puntos centrales, todos destinados a poner en venta los recursos naturales de la Patria, minimizar (o eliminar) el poder de decisión del Pueblo y rifar su Dignidad para toda la vida. Tener eso en claro es imprescindible para poder frenar este inédito y denigrante plan de remate

Crédito imagen: iProfesional

Que las medidas anunciadas por Caputo. Para empezar. Que el DNU. Para continuar. Que la Ley Ómnibus. Para terminar. Para terminar de confundir a la gente.

Mil y tantos artículos. Anuncios shockeantes. Rimbombantes. Horas y más horas, días y más días de “sesudos” análisis en todos los canales de TV, en las radios, en los sitios web de los diarios. Decenas de preguntas que quedan flotando en el aire: ¿Qué hará el Congreso? ¿Cómo votará el bloque Equis? ¿Y el bloque Zeta, irá junto o dividido? Tal juzgado hizo lugar al amparo contra una parte del DNU, pero otro juzgado no. ¿Entonces? ¿Y qué pasará con el resto del decreto? Confusión.

Más y más confusión. Incertidumbre. Amenazas del gobierno neofascista de que si no se aprueban el decreto y la ley se viene el apocalipsis (como si nos estuvieran llevando al paraíso en un crucero de placer). Los radicales dudando (¡cuándo no!). Los del Pro negociando espacios (¡cuándo no!). El peronismo -por fin- unido detrás de un “no” rotundo, pero sin el número suficiente de legisladores para abortar el engendro ultraderechista en el Congreso.

Mientras tanto, hoy, en el supermercado, el paquete de fideos te salió tres veces más caro que hace tres días y tres veces más barato que dentro de 72 horas. En la farmacia, donde antes te llevabas la caja sin preguntar el precio, ahora te llevás un blíster. Y volvés a casa sin pasar por la verdulería porque ya no te queda un peso encima, al tiempo que te gana la angustia porque te llamaron de la inmobiliaria.

(Esta era la elección más sencilla desde el regreso de la democracia… ¿Por qué cornos estamos inmersos en este infierno? En fin, ese es otro análisis. Para los sociólogos o psicólogos sociales, aunque me dicen que ni ellos dan pie con pelota).

Uno de los más cínicos e hipócritas integrantes del gobierno de Cambiemos (Pro+UCR+CC), el ex jefe de Gabinete de Ministros, Marcos Peña Braun, descendiente de los Braun-Menéndez que se quedaron con Tierra del Fuego y otros parajes de la Patagonia masacrando a sus dueños originarios y fundaron La Anónima, una de las marcas más manchadas de sangre de la oligarquía nativa, una vez “enseñó” que un gobierno (de la calaña del que él era parte) tenía que “tirar sobre la mesa” al mismo tiempo varios proyectos importantes que afectaran a vastos sectores de la comunidad, a fin de que cada sector se pusiese a discutir de lleno un proyecto, o dos o tres, como mucho. ¿Cuál era el objetivo? Distraer a la sociedad. Logrado ese objetivo, se hacía pasar el verdadero proyecto o propuesta que interesaba al Ejecutivo. Cuando todos se diesen cuenta de la tramoya (“enredo dispuesto con ingenio, disimulo y maña”, según la RAE), ya sería tarde. Listo el pollo y pelada la gallina.

No. Que no nos confundan. Que tiren todos los fuegos artificiales que quieran. Su objetivo es uno y solo uno. Vender la Patria. Y (todavía) estamos a tiempo de impedirlo: El DNU y la Ley Ómnibus tienen que ser rechazados en bloque. No a todo el DNU. No a toda la Ley Ómnibus. ¿Quieren mandar cada tema como proyecto de ley por separado? Perfecto. Para eso está el Congreso. Para eso, desde siempre, votamos diputados y senadores

La similitud con lo que está sucediendo en este preciso momento en la Argentina pone la piel de gallina (ya que la tenemos a mano, la usamos de nuevo).

Toda la confusión y la incertidumbre que hoy han ganado a gran parte de la comunidad, y que tratamos de describir en el segundo párrafo de este artículo, representan el “enredo dispuesto con ingenio, disimulo y maña” por el gobierno neofascista para que decenas de diputados y senadores pasen días y días discutiendo si el artículo 34 inciso b* del DNU va o no va, y si no convendría que el artículo 96 inciso h* de la ley ómnibus sea tratado en forma diferencial porque atiende en el fondo un reclamo de dos productores del noreste de la provincia de Formosa, etc, etc, etc. En el barrio dirían “sarasa sa sa”. El verdadero espíritu del DNU anticonstitucional y de la Ley Ómnibus que pretende “cerrar” el Congreso por dos años, con opción a dos más, es exactamente el mismo: Poner todas las empresas públicas (41, para ser exactos), todos los recursos naturales (gas, petróleo, litio, agua dulce, mares, tierras productivas, etc.), la capacidad de decisión de los argentinos y argentinas sobre nuestra tierra y nuestro destino (qué hacer con la deuda externa actual, con futuros eventuales endeudamientos, con las fuerzas armadas, con la Justicia, con las relaciones exteriores, etc.), en unas pocas manos. A saber: grandes corporaciones nacionales y extranjeras a las que les importa un pito la República Argentina y la suerte del 99% de sus habitantes.

Discutan, ustedes discutan…

“Discutan, ustedes discutan acaloradamente el artículo que prohíbe que se junten tres personas en la calle, como si en ese ‘engañabobos’ fuese la suerte de la Patria; discutan eso con la misma vehemencia que venderle por chirolas el litio y Arsat a Elon Musk o llenar la Patagonia de nuevos Joe Lewis; discutan la no obligatoriedad de la VTV con la misma pasión que entregarle en bandeja YPF a Paolo Rocca, usar a las FFAA en seguridad interior, poner en riesgo la existencia misma de los glaciares y darle ‘pistoletazo de salida’ a la minería a cielo abierto; ustedes discutan, y háganlo con el mismo fervor, que se puedan vender caramelos de gofio en los kioscos de barrio* y que se deleguen todas las facultades del Congreso en un presidente que habla con su perro muerto; que no se paguen sueldos a los curas y obispos y que se desfinancie brutalmente todo el sistema educativo y científico desde Ushuaia a La Quiaca y se elimine la escuela presencial desde cuarto grado. Mientras tanto, nosotros habremos logrado lo que queríamos: Que se dividan y que, entonces, el DNU y la Ley Ómnibus, mal que mal, pasen y podamos finalmente ponerle a la Argentina el cartel ‘For Sale’”, estarán diciendo y pensando en estos momentos en Balcarce 50.

Las medidas que anunció Caputo, el DNU, la Ley Ómnibus y todo lo que pueda venir con otros formatos (“¿miren que hay más, eh?”, viven amenazando) tienen un solo objetivo: Vender la Patria. Convertir a la Nación Argentina en una Factoría de los Estados Unidos, débil, con fuerzas políticas cómplices por acción u omisión, con sindicatos diezmados por una reforma laboral decimonónica, con movimientos sociales enfrentados entre sí, con una Justicia cómplice (como toda la vida).

Así las cosas, en uno de los países más ricos del orbe ya no habrá nadie que se oponga y se le ocurra, por ejemplo, industrializar para generar desarrollo y trabajo de calidad, o un sistema educativo nacional único, integrado y de calidad, o un sistema de salud pública único, integrado y de calidad, o elegir eventuales gobiernos “populistas” que defiendan a capa y espada los recursos naturales que hoy medio mundo mira con envidia, o un gobierno que “se atreva a tener” independencia de criterio para plantear una política exterior multilateral en base a la conveniencia del país -como por ejemplo comerciar con EEUU pero desde la fortaleza de pertenecer a los Brics, que representan el 25% del PIB mundial y del cual ya nos sacaron mientras discutimos el precio del kilo de papas con el verdulero del barrio como si fuese nuestro enemigo-, de profundizar el camino de la unión sudamericana con Brasil incluyendo la creación de una moneda común -proyecto que ya abandonamos sin que casi nadie se entere, porque TN y La Nación+ te tenían pegado a la pantalla para mostrarte si Fátima Flórez iba o no iba a Olivos-.

No. Que no nos confundan. Que tiren todos los fuegos artificiales que quieran. Su objetivo es uno y solo uno. Vender la Patria. Y (todavía) estamos a tiempo de impedirlo: El DNU y la Ley Ómnibus tienen que ser rechazados en bloque. No a todo el DNU. No a toda la Ley Ómnibus. ¿Quieren mandar cada tema como proyecto de ley por separado? Perfecto. Para eso está el Congreso. Para eso, desde siempre, votamos diputados y senadores.

Continuará.

*Son ejemplos que no están basados en el decreto ni en la ley reales, sino inventados para graficar el concepto.

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