“Somos una pluma que flota en el viento”. Con ésta frase simple, sencilla, pero de una extrema profundidad, se presentaba públicamente Graciela Navarro, Gerenta de Género, Diversidad y Derechos Humanos del Banco de la Nación Argentina.
Graciela falleció en las últimas horas a los 63 años, pero su impronta, su mirada amplia sobre la diversidad, sobre el rol de las mujeres en la sociedad, su trayectoria personal y, sobre todo, sus valores, van a quedar en la mente y el corazón de cada uno de los trabajadores y trabajadoras del banco.
Graciela lideró hasta su muerte la Gerencia de Género, Diversidad y Derechos Humanos, que se creó por iniciativa de Eduardo Hecker, presidente del BNA, en línea con los objetivos del Gobierno Nacional de ampliar los derechos de las mujeres y personas LGTBQI+ para construir una sociedad más justa.
Hecker y los miembros del Directorio lamentaron profundamente la pérdida de Graciela Navarro, a quién identificaron como “una abanderada de los derechos humanos, la inclusión y el desarrollo social”.
Sus compañeros y compañeras del banco también la recordaron como una persona “controvertida, intensa, pasional y sensible”, reivindicaron su militancia en favor de los derechos de las mujeres y la interrupción voluntaria del embarazo, y valoraron especialmente su protagonismo en la Gerencia de Género, Diversidad y Derechos Humanos.