La Plata Fútbol Club, del sueño de ser de Primera a la realidad de un equipo de barrio

El Club que había impulsado y reinagurado Julio Alak en el 2000 tiene hoy un futuro incierto, aunque con la lucha de dirigentes y deportistas que buscan sostenerlo

Una de las formaciones de La Plata Fútbol Club

El fútbol de nuestra ciudad tiene, en su riqueza, historias que oscilan entre lo interesante y lo extravagante. Desde los alfileres hasta el terremoto, tanto pinchas como triperos han narrado sucesos que inmortalizan infinidad de textos y que aún ocupan la memoria de los hinchas más vetustos. Sin embargo, y para terminar por un momento con el monopolio establecido por ambos, hace no tanto tiempo fue protagonista un tercero en discordia: La Plata Fútbol Club.

Quizá su historia reciente se haya perdido en la memoria de los platenses, pero lo cierto es que el próximo 19 de noviembre la institución cumplirá 21 años desde su reinauguración en el año 2000. Nacido en 1902 y cesada su actividad unas décadas más tarde, fue al principio de este siglo cuando el entonces intendente de la ciudad Julio Alak apareció a la cabeza del club.

Los colores elegidos fueron rojo, azul y blanco que, citando la página oficial de la institución, corresponde a “las viejas banderas del federalismo argentino, utilizados en el siglo XIX por las provincias en las luchas por la libertad, la independencia y la defensa de la soberanía nacional”.

Una forma pintoresca, cuando menos, de narrar que se tomó como base las camisetas de Gimnasia y Estudiantes. Además, el apodo elegido fue “El Tigre”, animal que también figura en su escudo y que emula los apodos de ambos clubes históricos.

El rápido crecimiento y la estrepitosa caída que sufrió recuerdan a los grandes imperios: en tan solo ocho años el club pasó de la Liga Amateur Platense al Torneo Argentino A (hoy llamado Federal A), para finalmente volver a la segunda división de la liga regional.

Rojo, azul y blanco, los colores elegidos para El Tigre

 

AUGE Y CAÍDA

Tras un breve paso inicial por la Liga Amateur y ser campeón en 2004, el Tigre fue invitado a jugar el Torneo Argentino B, con algunas irregularidades. La normativa de la competición no permitía participar a clubes que no tuvieran el título de propiedad de sus canchas, y la institución había construido su estadio sobre unos terrenos alquilados en 25 y 514. Finalmente, con la aprobación de la liga, el club haría de local en el Estadio Único.

Para disputar su primera temporada en el Argentino B llegaron jugadores de muchísima jerarquía. En la defensa lo tuvo a Leonardo Lemos (ex Quilmes), en el mediocampo participaron Daniel Fernández (ex Chacarita y Los Andes) y Martín Mazzucco (ex Estudiantes), y en la delantera Guillermo Tambussi (ex Racing) y, quien causó sensación por su llegada, el ‘Pampa’ Biaggio. Además, como DT ofició ‘Charly’ Carrió, bien recordado en Gimnasia.

Como era de esperar con jugadores tan experimentados, La Plata Fútbol Club arrasó: se consagró campeón en su primera aparición fuera de las competiciones amateur tras derrotar en la final a Huracán de Comodoro Rivadavia.

Para la gran experiencia del Argentino A y buscar el ascenso a Primera B, la apuesta fue muy fuerte. El club incorporó a ex jugadores de Gimnasia como el arquero Juan José Romero, Gustavo Dueña, Leonardo Mansilla, Lucas Bustos y Brian Robert -que venía de jugar nada más y nada menos que en la Lazio-, y a ex Estudiantes como Nicolás Ayr, Patricio Landa Garza, Mauro Amato, Martín Mazzucco y Agustín González Tapia. El DT elegido para esta ocasión fue Darío Tempesta.

Mauro Amato festejando un gol junto a Martín Mazzucco

El Tigre tuvo una temporada 2005-2006 aceptable, quedó tercero en su zona pero cayó ante Douglas Haig de Pergamino en las fases finales y vio truncado el sueño de ascender por segundo año consecutivo.

Para la segunda experiencia en la categoría, el DT designado fue Enzo Noce, con el ‘Moncho’ Fernández como ayudante. Sin embargo, obtener tan solo 4 puntos en los primeros 6 partidos forzaron la rápida salida del cuerpo técnico. Con Marcelo Ramos como reemplazante, logró meterse nuevamente en los playoff para el ascenso, pero cayó ante Rivadavia de Lincoln.

Los dos años siguientes fueron fatídicos. En 2007, Alak perdería la intendencia de la Ciudad y le soltaría la mano a la institución, y durante esa misma temporada el Tigre caería en la promoción contra Alvarado de Mar del Plata para retornar al Argentino B. Con graves problemas económicos y el equipo desmantelado, el club tomaría la decisión de bajarse de la competencia para volver a la competición regional. El sueño había terminado.

LA ACTUALIDAD

A pesar de una historia intensa y colmada de irregularidades, La Plata Fútbol Club es hoy un equipo de barrio manejado con cariño y a pulmón, al que acuden decenas de chicos a practicar deporte. Tiene categorías infantiles y juveniles, y continúa participando de la Liga Amateur Platense, ahora en la segunda división.

Acumula un sinfín de deudas, conflicto que hace años se encuentra en la justicia. Sin ir más lejos, en septiembre del año pasado se vivieron momentos de fuerte tensión en las puertas de su estadio, cuando los propietarios del terreno se presentaron con topadoras y la intención de demoler las construcciones. Finalmente, y con intervención municipal, la maquinaria fue retirada.

Con un futuro incierto, la historia de El Tigre es una de esas que merece ser contada y no caer en el olvido. Como rezan los dichos populares, a gran subida, gran caída.

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