¿Hay que parar la pelota?

Un parate ahora de las competencias deportivas hasta sirva quizás para enviar un mensaje a la sociedad del "no me cuido y no me importa nada". El personal de la salud que ya enfrenta minuto a minuto la segunda ola y se prepara para un posible tsunami, agradecido

Lanús no tuvo piedad de Gimnasia, que tiene 16 jugadores con covid, y le ganó 4 a 2

La corajeada de los pibes de Banfield, que le levantaron un prematuro 0-2 a Estudiantes, no alcanza para esconder bajo la alfombra el daño que la segunda ola de Covid está provocando en el deporte en general y en el fútbol en particular.

Boca, último campeón argentino de vóley femenino, perdió sin jugar la semifinal de la Liga Argentina ante Gimnasia de La Plata. La Federación del Vóleibol Argentina se negó a reprogramar el partido pese a que el xeneize ni siquiera reunía las jugadoras necesarias para salir a la cancha a causa de una explosión de casos de Covid en el plantel.

A propósito de Gimnasia, el club platense sumó ayer su 16 caso de Covid en el plantel de fútbol
con el positivo del hábil juvenil Matías Miranda, quien ya se convirtió en titular indiscutido para
la dupla técnica Martini-Messera.

El Lobo tiene a sus dos primeros arqueros, a toda la defensa titular y a tres defensores suplentes, al mediocampo defensivo y a dos hombres de ataque, entre otros, con Covid. Banfield jugó ante el Pincha con 12 futbolistas en cuarentena, la inmensa mayoría de ellos, titulares.

Martini, uno de los DT triperos, tiró: «para nosotros era una final el partido con Lanús, y el domingo al mediodía aún no sabíamos quiénes iban a jugar. Y si esto le pasaba a Boca o River?. No se mide con la misma vara», aseguró.

No se sabe en el fútbol; en vóley a Boca no le dieron bolilla y clasificó el Lobo.

Lo cierto es que mientras Tévez y su ballet asoman como una muestra cabal de la actitud general de la sociedad, que podría resumirse en la frase «todo me importa un bledo», es un dato objetivo que las competiciones deportivas se desvirtúan y, en algunos casos, por completo.

La pelota naranja también acusó un duro golpe este lunes, cuando dos series de play offs de la Liga Nacional de Básquet debieron ser postergadas, mientras que por la Liga Argentina una burbuja entera canceló su sede y un equipo directamente se bajó de la competencia.

Ningún deporte quedó al margen de la segunda ola de Covid que, lamentablemente, va tomando las características de un tsunami, como ya se ve desde hace tiempo en casi todos los países de Europa, así como en Brasil, Uruguay, Paraguay y Chile, en nuestro «barrio».

«Quizás en algún momento pudo haber habido alguna relajación”, admitió el técnico de Gimnasia, Leandro Martini. Y no estaba hablando del «todo me importa un bledo» de Tévez y su troupe, sino del plantel tripero, que no escapó al relajo social.

Una simple caminata por cualquier ciudad de la región o el país permite hoy observar un paisaje idéntico al de abril de 2019 o cualquier año previo. Salvo que uno pase por la puerta de un hospital o sanatorio, donde hay largas colas para hisoparse.

«Con la bronca y la tristeza lógicas ante esta situación, me pregunto lo siguiente: ¿cuánta legitimidad se le puede dar a un torneo si los equipos que llegan dependen, en la mayoría de los casos, de si se contagiaron o no y en qué época?», escribió en su cuenta de Twitter la referente del vóley femenino de Boca y la selección nacional, Mariángeles Cossar, para aclarar que no le quitaba mérito alguno a los demás equipos.

Lo cierto es que las distintas competencias se están distorsionando. Y hay mucho en juego. Posibles títulos, clasificaciones a instancias finales, ascensos y descensos.

La pregunta es: ¿No habría que parar la pelota ahora? Porque si llega una instancia clave y recién ahí se decide parar, la medida nunca será retroactiva, por lo que aquellos que se perjudicaron…»a llorar a la iglesia», como se decía en el potrero.

¿O tendrá que tomar un «grande» como River la decisión de no presentarse a un partido para que los dirigentes que no dirigen tomen una medida, tal cual ocurrió al inicio de la primera ola? Y no se trata de una cuestión meramente deportiva, pues lo que está ocurriendo en el fútbol, vóley y otras disciplinas no es más que un síntoma del descontrol social.

Por ello, un parate de la pelota hasta sirva, quizás, para enviar un mensaje a la sociedad. Mensaje que sin dudas tendrá más efecto que cualquier discurso político. El personal de salud que ya enfrenta minuto a minuto la segunda ola y se prepara para un posible tsunami, estará agradecido de que se envíen esos mensajes y no los que envían Tévez & Friends.

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