El deportista argentino que gambeteó el boicot de Videla a Moscú 1980

Arrancó Tokio 2020 y surgen historias dignas de ser conocidas, historias de Guerra Fría y de dictaduras. Para los juegos de Moscú 1980, cuando a la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) le quedaba casi una década de vida, el gobierno encabezado por el genocida Jorge Rafael Videla decidió no participar. Pero el basquetbolista bonaerense Domingo de La Cruz se dio el gusto de disputar los juegos vistiendo la camiseta de España

Los caballeros de la muerte. Argentina no participó de Moscú 1980 en línea con EEUU, pero Reino Unido y Australia, aliados históricos y estratégicos del país norteamericano, les dieron libertad a sus deportistas

Télam. La última dictadura cívico-militar, con Jorge Rafael Videla a la cabeza, le negó la posibilidad a cientos de deportistas argentinos de participar en los Juegos Olímpicos de Moscú 1980 en línea con el boicot de los Estados Unidos en su Guerra Fría con la Unión Soviética (URSS).

La ausencia nacional se organizó en una visita a Washington de José Martínez de Hoz, el ministro de Economía de la dictadura, quien en la capital estadounidense se reunió con los funcionarios del área de seguridad e inteligencia del país norteamericano.

Guerra Fría mediante, Argentina se bajó de los JJOO junto con otros 65 países, mientras que Reino Unido y Australia, aliados geopolíticos estratégicos de Estados Unidos, le dieron libertad a sus atletas. ¿Alguna duda sobre la estrecha relación entre las dictaduras latinoamericanas con el «gran país del norte? De Moscú 1980 participaron 80 países, la cantidad más baja desde Melbourne (Australia) 1956.

Estados Unidos quedó mal parado en la disputa con la Unión Soviética cuando cayó en la votación de la sede entre Los Ángeles y Moscú por 39 a 20.

En ese contexto, hubo un basquetbolista argentino llamado Juan Domingo de La Cruz, figura del Barcelona, que saltó al campo olímpico con la camiseta española.

«Marquinhos», como lo apodaron en honor a un par brasileño, medía 2,03 metros, y con 26 años se metió entre los cuatro mejores del certamen. No se llevó medalla por el cuarto lugar. Pero se dio el gustazo de ser olímpico haciéndole un regate a la dictadura cívico-militar argentina. Cuatro años más tarde, en Los Angeles 1984, se sacó la espina al obtener la medalla de plata. 

En su carrera, De La Cruz ganó 3 Ligas ACB, 7 Copas del Rey (todas en España) y 2 Recopas de Europa. Su ciclo con España duró nueve años desde que se nacionalizó. Había jugado en el seleccionado juvenil argentino y obtenido en 1973 el título Sudamericano en Bahía Blanca.

Sus inicios en el deporte se dieron en San Lorenzo, producto de que su familia tenía una panadería en Venezuela y Quintino Bocayuva. Tras una prueba fallida en el fútbol, lo llamó Erio Cassettai y poco a poco se enganchó con la pelota naranja.

Cabe recordar que en la primera mitad de la década de los 70 San Lorenzo era conocido como La Catedral del básquet.

Su andadura en Moscú 1980

España terminó segundo del grupo B por detrás de la fuerte Yugoslavia y sobre Polonia y Senegal. En la siguiente ronda no pudo con el local, aunque sí festejó con Brasil y Cuba, lo que le dio el pasaje a la pelea por el bronce.

Sin embargo, se topó nuevamente con los poderosos soviéticos y su inspirado Sergei Belov en el último partido. Fue imposible. Otra vez hubo un marcador ‘de correcalles’ (117-94). El cuarto puesto estaba, en todo caso, muy bien. Empezaba una época dorada de la selección española.

Sus partidos no se vieron por la televisión argentina y solamente se siguieron a través de la revista Goles, que envió un periodista para la cobertura y fue el único medio nacional que atravesó la cortina de hierro. El periodista acreditado, Roberto Fernández, padeció amenazas en la redacción, en su casa y casi no viaja por la demora del Comité Olímpico Argentino.

«Ningún país está obligado a participar en los Juegos Olímpicos», esgrimió el coronel Antonio Rodríguez, el presidente del COA, en el documental ‘Nuestros Juegos Ocultos’.

La Unión Soviética, con 80 medallas doradas, 69 plateadas y 46 de bronce fue número uno del podio. Alemania Oriental (47-37-42) y Bulgaria (8-16-17) ocuparon el segundo y tercer lugar. Además se rompieron 36 récords mundiales y 74 olímpicos.

La gran estrella de esos Juegos Olímpicos fue el gimnasta soviético Alexander Dityatin, el primer atleta en conseguir 8 medallas: 3 doradas, 4 plateadas y 1 de bronce, en una misma edición.

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