Emotivo homenaje a un trabajador peronista desaparecido en dictadura

Se trata de un exempleado del Patronato de Liberados de La Plata. Fue el pasado sábado, al cumplirse 45 años del asesinato y posterior secuestro de Carlos Alberto López Mateos, militante universitario de la Juventud Peronista y trabajador del Patronato hasta 1976. Se colocó su nombre al inmueble donde funcionaba la sede central del organismo, en 7 y 70

Emotivo homenaje a un trabajador peronista desaparecido en dictadura

Aníbal Hnatiuk, presidente del Patronato de Liberados Bonaerense, iniciando el discurso en homenaje a Mateos

De la redacción de 90 Líneas.- Con un cálido y profundo homenaje, el Patronato de Liberados Bonaerense recordó, el pasado sábado, al ex trabajador del organismo, Carlos Alberto López Mateos, quien fuera asesinado y desaparecido por un Grupo de Tareas el 18 de diciembre de 1976. Mateos fue acribillado durante un operativo de una patota militar, en la esquina de las calles 14 y 67, frente al Parque Saavedra de nuestra ciudad.

El emotivo acto, que se desarrolló en la casa de la hoy sede de la Región 3 del organismo provincial, en avenida 7 casi 70, contó con la presencia de más de cien invitados, familiares y representantes de organismos de DDHH, y se coronó con la colocación de una placa conmemorativa, en el frente del inmueble, donde se impuso el nombre de Carlos Alberto López Mateos al inmueble.

“Como presidente de este organismo, me honra poder ponerle el nombre de Carlos Alberto a este edificio, sabiendo que haciendo eso estamos sembrando memoria. Pero también estamos sembrando un buen ejemplo, el ejemplo de esa generación de militantes que soñó con un país distinto, claramente más igualitario. Y que para eso puso todo lo que había que poner”, sostuvo Aníbal Hnatiuk, presidente del Patronato de liberados, al encabezar el acto con su discurso de apertura.

Emotivo homenaje a un trabajador peronista desaparecido en dictadura
Martín, sobrino de Carlos Alberto, con su emotivo discurso

La ceremonia contó, además, como oradores, con el subsecretario de Derechos Humanos de la Provincia de Buenos Aires, Matías Moreno; el ex presidente del Patronato y compañero de trabajo de López Mateos, Juan Carlos Anglada; la Madre de Plaza de Mayo, Herenia Sánchez Viamonte; la presidenta de Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas, Lita Boitano; y el sobrino de Carlos, Martín López Mateos, quien dio un encendido y emotivo discurso recordando a su tío: “Era un pibe de Gonnet, alguien que venía de una familia muy humilde. Para los que no saben, Carlos estaba a una sola materia de recibirse de abogado en la Facultad de la Universidad de La Plata. De Carlos nos vamos a acordar siempre, por más que no tengamos un lugar dónde llevarle flores: vive en nuestra memoria”, expresó.

El acto sirvió, asimismo, para presentar el Archivo Histórico y Documental recientemente inaugurado por la institución, como forma de recuperar la memoria institucional del organismo y ser fuente patrimonial de preservación e investigación para la historia.

La historia de Carlos López Mateos

López Mateos, apodado “El Flaco Enrique”, nació el 1 de mayo de 1950. Se había incorporado, mientras cursaba, en nuestra ciudad, la carrera de Derecho, como asistente social criminológico del Instituto de Investigaciones y Docencia Criminológicas, en diciembre de 1970. Trabajaba en la Delegación de Lomas de Zamora.

La vida de Mateos es la trama histórica de una familia diezmada por el genocidio de la última dictadura cívico-militar: Isabel Nelly Mateos de López, mamá de Carlos Alberto, y su hermana, Elsa Noemí, también fueron secuestradas por patotas de la dictadura. Se las llevaron un mes antes del secuestro de Carlos y de su pareja, en noviembre de 1976.

Edificio «Carlos Alberto López Mateos», a 45 años de su asesinato y desaparición

López Mateos era pareja de Silva Isabella Valenzi, también víctima de la última dictadura. Valenzi fue secuestrada por un Grupo de Tareas cuatro días más tarde que Carlos Alberto, el 22 de diciembre de 1976. Estando desaparecida y “chupada” en el Pozo Clandestino de Detención y Tortura de Quilmes, Silvia sería llevada embarazada al Hospital Iriarte de esa ciudad para que naciera la hija de ambos: Rosita, quien también continúa desaparecida y, se cree, apropiada, desde el 3 de abril de 1977.

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