Mario Vargas Llosa vota a Bolsonaro (el ocaso de un intelectual II)

El año pasado militó el voto por la neofascista Keiko Fujimori en las elecciones presidenciales de Perú, a fin de evitar el triunfo del izquierdista Pedro Castillo (sobre Keiko pesaba, además, un pedido de 30 años y 10 meses de prisión por delincuencia organizada, lavado de activos, obstrucción a la Justicia, etc). Ahora ha iniciado una cruzada para que el ultraderechista presidente brasileño logre la reelección en noviembre. Objetivo: que no gane Lula. El Premio Nobel ya perdió la dignidad

Mario Vargas Llosa, el nuevo vocero de la ultraderecha latinoamericana, dice que en Brasil votaría por Bolsonaro (crédito imagen: Nueva Tribuna)

De la Redacción de 90 Líneas.-

En su cruzada ultraliberal y antipopular, el escritor peruano Mario Vargas Llosa ya no se priva de nada. O, mejor, habría que decir que ha perdido la vergüenza. Seguramente envalentonado por el desparpajo con que la derecha extrema ya da a conocer sus planes de gobierno, claramente orientados a profundizar la concentración de la riqueza y a extender la pobreza estructural, el Premio Nobel de Literatura, a sus 86 años, se pasea por distintos países de Latinoamérica dando charlas en las que se codea con figuras de muy dudosa reputación, al tiempo que llama a apoyar a neofascistas o ultraderechistas, como cada cual prefiera.

No conforme con haber llamado a votar por Keiko Fujimori en la segunda vuelta de las elecciones peruanas realizadas el 6 de junio de 2021, ahora declaró durante una ponencia en Uruguay que “entre Bolsonaro y Lula, yo prefiero a Bolsonaro”, de cara a las presidenciales brasileñas de noviembre próximo.

“El caso de (Jair Messias) Bolsonaro es muy difícil. Las payasadas de Bolsonaro son muy difíciles de admitir para un liberal. Ahora, entre Bolsonaro y Lula, yo prefiero a Bolsonaro”, puntualizó el escritor, quien pese a estas posturas claramente antidemocráticas (Keiko Fujimori fue primera dama de Perú durante la dictadura de Alberto Fujimori), sigue siendo convocado por importantes diarios para que escriba columnas. Es evidente que la llamada “prensa libre” tampoco repara en formas a la hora de defender el satu quo y la concentración del poder.

Durante la charla que dio en el Centro de Estudios para el Desarrollo (CED), una organización uruguaya de claro corte liberal, Vargas Llosa se quejó de que haya “una especie de enamoramiento con Lula, sobre todo en Europa”, pese a que el ex presidente de Brasil “estuvo preso” y enfrentó condenas “por ladrón”, remarcó.

Por supuesto que en ningún momento se encargó de aclarar que la propia Justicia brasileña, y durante el gobierno del ultraderechista Bolsonaro, ordenó la excarcelación de Lula y dictaminó que en el fallo del juez Sergio Moro que lo puso en prisión hubo falta de pruebas.

Cabe recordar que el citado magistrado, en una sentencia vergonzosa, condenó a líder del Partido de los Trabajadores (PT) por “íntima convicción” de que era culpable, sin prueba alguna.

En 2021, Mario Vargas Llosa llamó a votar en Perú por la neofascista Keiko Fujimori, sobre la que pesa un pedido de 30 años de prisión por corrupción y delincuencia organizada (crédito imagen: La República)

Sobre “dictaduras” y “violencias” inexistentes

En otro tramo de su exposición, el escritor peruano radicado en España opinó que “América Latina va mucho peor” y que “la situación no puede ser más trágica”, en línea con sus típicas declaraciones tremendistas cada vez que en el subcontinente triunfan fuerzas políticas nacionalistas y populares.

“Es muy difícil ser optimista frente a una América Latina que está paralizada por las nuevas dictaduras (¿?) o a punto de hundirse nuevamente en un período de violencia, que es lo que puede ocurrir en Centroamérica, en Colombia o en Brasil”, añadió.

A ver, por un lado habló de “dictaduras” cuando todos los gobiernos de la región (gusten o no) están elegidos democráticamente, a excepción de Cuba, aunque claramente no se refería a ese caso. Al hablar de países que están “a punto de hundirse nuevamente en un período de violencia” y hacer mención explícita de Colombia y Brasil, Vargas Llosa está ligando ese futuro que imagina en su afiebrada mente a los casi seguros triunfos del izquierdista Gustavo Petro en Colombia sobre la ultraderecha, y al de Lula en Brasil ante el “nuevo líder” del Premio Nobel: Jair Bolsonaro.

En síntesis, una falta de respeto absoluto por la democracia y la voluntad de los pueblos latinoamericanos.

Mario Vargas Llosa y Mauricio Macri (crédito imagen: perfil)

Hay que subrayar que en sus tours políticos por Sudamérica promoviendo a todos los personajes ligados a la derecha ultraliberal, Vargas Llosa se presenta dos por tres con el ex presidente argentino y líder de Juntos por el Cambio, Mauricio Macri, uno de los empresarios del país que más se benefició a costa del Estado y que más causas de corrupción y lavado de dinero acumula.

Pero el ex intelectual peruano no repara en esos “detalles”. Cuando para el balotaje del 6 de junio del año pasado en su país de origen pidió públicamente el voto para Keiko Fujimori contra el izquierdista Pedro Castillo, pasó por alto que la hija del sanguinario ex dictador Alberto Fujimori (hoy cumpliendo perpetua por crímenes de lesa humanidad y corrupción), prometió en campaña la liberación de su padre si llegaba a la presidencia.

Peor aún: no tuvo en cuenta que el jueves 11 de marzo de 2021, exactamente treinta días antes de la primera vuelta de las elecciones presidenciales en Perú, el fiscal anticorrupción de ese país, José Domingo Pérez, pidió 30 años y 10 meses de prisión para la candidata Keiko Fujimori y otras 40 personas por los delitos de “delincuencia organizada, lavado de activos, obstrucción a la Justicia, fraude en procedimientos administrativos y falso testimonio”. Un detallito.

Vargas Llosa habló de un inminente período de violencia en Latinoamérica, en referencia a los posibles triunfos de Lula en Brasil y del izquierdista Gustavo Petro en Colombia. Todo un «demócrata» (crédito imagen: bloomberg línea)
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