Lo que no hizo la política, lo hicieron los estudiantes

La Facultad de Derecho de la UBA dio de baja una serie de materias porque no alcanzaron la inscripción mínima de 10 alumnos, entre ellas, las que encabezan Julián Ercolini, Mariano Borinsky y Raúl Plee, "ilustres" operadores judiciales del macrismo y figuras imprescindibles del lawfare en Argentina. No fue magia: los alumnos realizaron debates e informes previos sobre las graves irregularidades cometidas por los susodichos

Menos de 10 alumnos se inscribieron para este año en las cátedras encabezadas por los operadores del macrismo y el lawfare: los estudiantes no perdonan (crédito: Diario de Navarra)

Por Jorge Elbaum

La última semana, el Departamento de Derecho Penal y Criminología de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires (UBA) decidió dar de baja -para el primer cuatrimestre de 2023- una serie de materias por no alcanzar la cantidad de alumnos inscriptos. Tres de los titulares de las materias prescindidas por decisión del alumnado ostentan cargos de profesores y, al mismo tiempo, se desenvuelven como ilustres operadores judiciales en despachos ubicados en los tribunales federales de Comodoro Pro. Mariano Borinsky, Julián Ercolini Escondido y Raúl Plee se constituyeron en los más afamados docentes castigados por los estudiantes, quienes decidieron impugnar a la reconocida tríada del Partido Judicial.

La eliminación de las asignaturas se efectivizó en el marco de la Resolución 15.062, aprobada por el consejo directivo de la Facultad de Derecho, al considerarse que deben darse de baja a aquellas comisiones que no alcancen la inscripción mínima de diez alumnos. Según diferentes integrantes de agrupaciones estudiantiles que activan en dicha casa de estudios, la exclusión de las tres materias ha sido el resultado de una condena explícita decidida por los alumnos en el marco de debates presenciales y virtuales en relación al perfil de los reprendidos.

Un mes atrás, la comunidad académica de esa institución promovió una solicitud de juicio académico para remover a Ercolini, ante la escandalosa filtración de audios e intercambios de mensajes ligados al grupo de tareas jurídico-mediático que participó de un retiro espiritual en las adyacencias de la propiedad del magnate británico Joe Lewis. Luego de la filtración de las comunicaciones -donde se dejaba en claro el rol central de Ercolini-, los firmantes de la solicitada justificaron su exigencia en la “falta de ética académica, indignidad moral o inconducta notoria”. Dicho petitorio fue avalado por una veintena de profesores de esa Facultad y suscripto por miles de alumnos.

En la misma semana en que los tres operadores judiciales fueron raleados de sus cátedras, otro integrante de la troupe de los escondidos, Marcelo D’Alessandro, debió renunciar al Ministerio de Seguridad de la Ciudad de Buenos Aires.

Ercolini y D’Alessandro fueron partícipes del viaje a Río Negro junto a Pablo Yadarola (magistrado del juzgado Penal Económico 2), Pablo Cayssials (Contencioso Administrativo 9), Carlos Mahiques (sala II de la Cámara de Casación Penal) y el procurador porteño Juan Bautista Mahiques. Los encargados de recibir a los operadores judiciales fueron Pablo Casey -sobrino de Héctor Magnetto y director de asuntos legales e institucionales del Grupo Clarín- y Jorge Rendo, CEO del grupo empresario comandado por Magnetto.

Los tres profesores cuestionados fueron lapidados simbólicamente con la ausencia de inscriptos a sus cursos. Los repudios fueron prologados por informes realizados por los propios alumnos, quienes sintetizaron sus currículums con sus antecedentes más ocultos.

En el caso de Ercolini, las interacciones de los estudiantes en los foros de debate sobre la Facultad subrayaron, fundamentalmente, la utilización política del suicidio del fiscal Natalio Alberto Nisman, cuya instrucción está radicada en su juzgado desde hace más de seis años, tratando de que dicha causa no llegue al juicio oral y público, algo que pondría en situación comprometida a su socia política Patricia Bullrich, quien contribuyó a instalar la delirante teoría del comando iraní venezolano, manipulando las pericias judiciales a través de sus subalternos de la Gendarmería.

Desde que Ercolini tiene en su juzgado la causa de la muerte del fiscal, se negó en forma sistemática a cotejar las conclusiones periciales con las realizadas por el Cuerpo Médico Forense, los especialistas de la Policía Federal y el laboratorio del Centro de Investigaciones Fiscales de la procuración de Salta. Los informes brindados por estas tres últimas agencias consignaban que “al momento del disparo no había ninguna otra persona en el baño”.

Fuente: El Cohete a la Luna (26/03/2023)

Los «dueños» de las cátedras vacías

Julián Ercolini y Mariano Borinsky (crédito imagen: Infonews)
Raúl Plee (crédito imagen: Chequeado)
Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires (crédito imagen: wikipedia)
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