Tango Feroz, a 30 años de la gran mentira sobre el rock

Se cumple el 30º aniversario de una película que distorsionó hasta el infinito al verdadero Tanguito y a los pioneros de uno de los mayores movimientos socioculturales de nuestra historia, el rock en castellano. Y se reaviva un debate que, a la vez, interpela al cine argentino

A 30 años del estreno de Tango Feroz, una película que no pudo contar con la música de los pioneros del rock nacional (salvo algún caso puntual) porque la consideraron una gran "calumnia a la historia" (crédito imagen: TNT LA)

-Como decía Tanguito: El amor es más fuerte

-Tanguito nunca dijo eso

-¿¡Cómo que no!? En su canción…

-Esa canción no es de Tanguito. Se compuso para la banda de sonido de la película Tango Feroz y casi todo el mundo cree que es de él. Pero lo peor del caso es que el Tanguito de la película no tiene absolutamente nada que ver con el Tanguito real

Palabra más, palabra menos, ese diálogo se dio entre dos amigos a principios de 2013, cuando se estrenó el musical Tango Feroz basado en la película homónima de 1993, hecho que reavivó el debate acerca del filme que, si bien finalmente fue presentado como “Tango Feroz: la leyenda de Tanguito”, para la inmensa mayoría del público quedó como la historia oficial del mítico José Alberto Iglesias, el pacífico y bohemio poeta de Caseros que formó parte medular del grupo de compositores y músicos que dieron a luz al rock argentino a finales de los ‘60 e inicios de los ‘70.

En el año en que se cumple el 30º aniversario de la película dirigida por Marcelo Piñeyro, basada en un guión suyo y de Aída Bortnik, el fuerte debate generado por el filme -un arrollador éxito de taquilla en su momento- retorna a la cancha.

«Faltaba el himno del rock nacional, nada más y nada menos»

“Recuerdo que fue un suceso tremendo. Casi todos salían enloquecidos de los cines. Mientras que yo lo hice mascando bronca porque no podía creer lo que había visto y escuchado”, comentó para esta nota Alejo Padua, un periodista y rockero que peina canas y que conoce como pocos la historia del alumbramiento del rock nativo.

“Tango no bailaba tango; Tango no hacía el tipo de música que se escucha en la película; es todo un gran verso armado para crear una ficción” (Luis Alberto Spinetta)

Alejo aún recuerda aquel año 1993 y dispara: “Había una cuestión de sentido común. Tanguito compuso con Litto Nebbia el himno del rock argentino, La Balsa, y esa canción no está en la película. Se ha analizado y escrito mucho sobre Tango Feroz, pero solamente eso alcanzaba y sobraba para decir ‘esto es un gran fiasco’. Es como si alguien hiciese una película sobre el Flaco Spinetta y en ningún momento sonara Muchacha ojos de papel, comparó.

Tanguito tocando la guitarra en la calle. «Era un tipo tímido, pacífico, bohemio», describió su amigo Pipo Lernoud (crédito imagen: P12)
El Tanguito rockero y contestatario de la película Tango Feroz (YouTube)

Por la plata baila el mono, reza un refrán popular. Y sí, más allá de explicaciones, justificaciones y “demases” por parte del director y la coguionista, en algunos casos con un poquito de soberbia, Tango Feroz terminó siendo un enorme producto comercial para sus creadores, una rampa de lanzamiento para varios actores y actrices y, a la vez, la mayor distorsión a nivel masivo acerca de los orígenes del rock nacional.

Una película que terminó haciendo daño porque falseó la historia hasta el infinito, sin dudas valiéndose de que había poco y nada escrito y documentado sobre Tanguito. Un “mal” que -con alguna honrosa excepción- dura hasta nuestros días (desde 90 Líneas tratamos de hacer un humilde aporte mediante la nota Tanguito, el gran mito del rock argentino, que puede leerse aquí).

En 1988, cinco años antes del estreno del filme, Moris, Javier Martínez (Manal), Pipo Lernoud y Ben Molar enviaron una carta a SADAIC pidiendo que no se autorice la utilización de las canciones de su autoría que iban a estar originalmente en la película

El Tanguito que interpreta Fernán Mirás está a años luz de aquel pibe de barrio “pacífico, simpático, inocente, transparente”, como lo describen quienes más cerca estuvieron de él. “No era el militante que muestran, sino un tipo tímido, nada que ver con confrontar (…) La idea (en esos primeros tiempos) era siempre componer juntos. En la película presentan a un hombre solitario contra el mundo”, dijo el compositor, periodista musical y uno de quienes más cerca estuvo de Tanguito en los años en que nació el rock nacional, Alberto “Pipo” Lernoud, autor con Tango de La Princesa Dorada.

Un latiguillo del Tanguito de la película es “todo no se compra, todo no se vende”. Pipo Lernoud dijo: “No todo se vende, pero la leyenda de Tanguito sí” (crédito imagen: Teatros Argentinos)

Para colmo, un latiguillo del Tanguito de la película es “todo no se compra, todo no se vende”. Pipo Lernoud dijo: “Parte de la penosa corporativización del rock es esta historia fraudulenta, intencionalmente distorsionada, que los medios festejan como festejan la ópera rock Evita… No todo se vende, pero la leyenda de Tanguito sí.

«No todo se vende, pero la leyenda de Tanguito sí» (Pipo Lernoud)

El amor es más fuerte, la “no canción de Tanguito” que hasta hoy millones creen que fue de él, está alejadísima de la poesía que escribía Tango, aquella que deslumbró a Luis Alberto Spinetta, a punto tal que le propuso al resto de Almendra (Emilio del Guercio, Edelmiro Molinari y Rodolfo García) ser la banda soporte para que él grabe un disco.

De hecho, Tanguito pasó un buen tiempo en la casa de Spinetta, quien opinaba que su poesía era “extraordinaria”. Consultado en su momento sobre el filme, el Flaco dijo: “Tango no bailaba tango; Tango no hacía el tipo de música que se escucha en la película; es todo un gran verso armado para crear una ficción”.

“Después que salió ‘La Balsa’ Tanguito se convirtió en una suerte de rey de esa generación. Pero a él eso no le interesaba. Llevaba en su ADN el no compromiso con el establishment musical, la libertad absoluta, la bohemia. Prefería juntarse a tocar la guitarra con hippies en una plaza”

En la película, Tanguito aparece tocando en un club con una banda. ¿Qué banda? Si nunca tuvo una. Pudo tocar con Almendra, pero a decir del lamentablemente fallecido batero Rodolfo García, hizo “todas las cagadas posibles” para que así no fuera.

En esa escena todos bailan al ritmo de Me gusta ese tajo, una canción de Pescado Rabioso, el grupo que formó Spinetta tras la disolución de Almendra. “Tipos bailando con sus canciones. Un bochorno. Si Tanguito se entera se pega un tiro en los huevos”, dijo Pipo Lernoud (“La polémica es más fuerte”, por Bruno Lázzaro y Deborah Maniowicz – 11 de septiembre de 2013 – portal Pircas y Trincheras).

El amor es más fuerte (Ulises Butrón – 1993)

Respecto a una banda, como contamos en la nota referida que 90 Líneas publicó bajo el título “Tanguito, el gran mito del rock argentino”, también pudo ser Manal.

Siendo Javier Martínez -baterista y vocalista del trío fundador del rock argento junto con Los Gatos y Almendra– otro de los más amigos de Tango en aquellas noches pioneras de La Cueva y La Perla de Once, cuando en 1970 Tanguito aceptó grabar un disco con la discográfica Mandioca, eligió como músicos a Javier, a Claudio Gabis y Alejandro Medina, o sea, Manal.

Pero como no se presentó el primer día ni el segundo y el tercero llegó tardísimo, Gabis y Medina se cansaron y se fueron. Se quedó esperándolo su amigo Javier Martínez. Y ese día quedó registrado un vivo acústico con temas emblemáticos de Tango. Un material que con el tiempo se convirtió en un diamante en bruto. Sobre todo tras ser arrollado por un tren en dudosas y jamás investigadas circunstancias. ¿Se suicidó o lo mataron? Nunca se sabrá.

La Balsa (Tanguito, 1970 – acompañado en el estudio por Javier Martínez)

De los 17 temas que incluye la banda de sonido de Tango Feroz solamente uno es de Tanguito: Natural. Amor de primavera también aparece, pero la letra es de Hernán Pujó.

Luego nos encontramos con El oso, de Moris. ¿Por qué Moris aceptó que se tocara ese tema y no otros que incluía la pretendida banda sonora original?

Responde Lernoud: “¿Por qué no hay canciones de los amigos de Tango en Tango Feroz? Porque cuando nos las pidieron supimos que era una distorsión comercial de la historia y no lo permitimos, salvo ‘El Oso’ de Moris, para que su hijo Antonio Birabent pudiera debutar cantando y actuando. Y es comprensible” (“No todo se vende, pero la leyenda de Tanguito sí”, por Pipo Lernoud – 13 de enero de 2013 – Suplemento Radar de P12).

José Alberto Iglesias, Tanguito. Nació en Caseros, provincia de Buenos Aires, el 16 de septiembre de 1945. Murió en Puente Pacífico, Ciudad de Buenos Aires, el 19 de mayo de 1972 (crédito imagen: infobae)

“¿De cuánto estamos hablando?”

En todas las encuestas realizadas a los músicos, arreglistas, productores y periodistas especializados sobre las mejores canciones de la historia del rock nacional, La Balsa aparece en primer lugar. Como dijimos más arriba, sin lugar a dudas es el himno por excelencia de ese movimiento sociocultural que germinó en la segunda mitad de los ‘60 contra la hegemonía de la música comercial y las razzias de la policía dictatorial. Pero en el filme brilla por su ausencia.

¿Por qué?

La compusieron Tanguito y Litto Nebbia y la grabaron Los Gatos en 1967. Aparece firmada por Nebbia y Ramsés, otro de los apodos que usaba Tango. Como el 50% de los derechos de autor pertenecían a la madre de Tanguito, quien no se negó a que el tema figurase en el filme, al director le provocó un quebradero de cabeza, pues Litto no cedió de ningún modo. Es más, fue de los más duros con la película.

“Cuando salió la idea de esa película, directamente se llamaba La Balsa. Piñeyro me acercó el libro, y me pareció ‘vampiresco’. Una historia recortada que sólo narraba mentiras. Cuando me negué a participar, me preguntó: ‘¿De cuánto estamos hablando?’… La única motivación siempre fue económica”, dijo el ex líder de Los Gatos.

Y añadió: “Tango Feroz es directamente una calumnia a lo que fue la historia, a lo que pasó y cómo pasó. Una calumnia hábilmente armada para lograr un éxito para la pendejada, para que tenga su entretenimiento”.

“¿Sabés qué pasa? El tema de la necrológica en el rock es un gran negocio, y hay gente que para aprovecharlo… (hace una pausa) En fin, siempre deja más guita hacer una película sobre algo medio prohibido, sobre alguien al que mataron o se suicidó, que hacerla sobre alguien que está trabajando”.

“Fue un éxito tremendo, porque la verdad es que como película musical y de entretenimiento es un producto bien realizado. Pero si nos atenemos a la historia real, a pesar de que ellos terminaron poniendo ‘la leyenda de Tanguito’, o sea, cualquier cosa para salvar los platos rotos porque pensaron que alguien podía hacerles una demanda, lo que importa es que eso (la película) no es la verdad de los hechos, remató.

«Tango Feroz fue directamente una calumnia» (Litto Nebbia)

La carta a Sadaic de 1988

El 5 de agosto de 1988, cinco años antes de que se estrenara la película, el director ya le había acercado un guión (finalmente se hicieron ocho, según declaró el propio Piñeyro) a varios de los pioneros del rock nacional. Y saltaron todas las alarmas.

Así las cosas, Moris, Javier Martínez, Pipo Lernoud y el compositor de tango Ben Molar enviaron una carta a la Sociedad Argentina de Autores y Compositores de Música (Sadaic) pidiendo a sus autoridades que no autoricen la utilización de las canciones que iban a estar originalmente en la película.

Para Lernoud, eso significó una suerte de declaración de guerra para Piñeyro. Se puso como loco y en algún momento decidió hacer mierda a los amigos de Tanguito. Nos hace quedar como traidores. Por ejemplo, yo hago del mejor amigo de Tanguito que lo traiciona y se vende a las corporaciones. Y él terminó pagándole a la madre de Tango para tener las canciones” (“La polémica es más fuerte”, Bruno Lázzaro y Deborah Maniowicz – 11/09/2013 – Pircas y Trincheras).

El 5 de agosto de 1988, cinco años antes del estreno del filme, Moris, Javier Martínez (Manal), Pipo Lernoud y Ben Molar enviaron una carta a SADAIC pidiendo que no se autorice la utilización de las canciones de su autoría que iban a estar originalmente en la película (crédito imagen: P12)

“¿Dónde están las canciones de Tanguito en Tango Feroz? ¿Dónde está Tanguito en Tango Feroz? ¿Dónde están los amigos de Tanguito, iniciadores del rock nacional?”, se preguntó Lernoud en un artículo de su autoría publicado en Página 12 en enero de 2013. No están. En ningún lado.

Como tampoco está el espíritu solidario y colaborativo que tuvieron los pioneros del rock argentino. Ni los debates sobre literatura, filosofía y cine que mantenían en La Perla de Once y de los cuales surgieron cientos de ideas y letras de canciones.

Ello lo describió extraordinariamente -y no en relación a la película- Pedro Aznar. Cuando le preguntaron en una entrevista: ¿Qué te trajo el rock?, respondió: “En la base, en el fondo me trajo una libertad… Para mí fue una muy buena escuela, porque en los años ’70, ser músico de rock o ser incluso oyente de rock, involucraba ser parte de una cultura que no sólo era la música, sino que era una forma de ver el mundo, ver determinadas películas, leer determinados libros, estar enterado de un montón de cosas…”

Nada. Absolutamente nada de eso está en Tango Feroz. Un fantástico producto ultracomercial (1,7 millones de espectadores sólo en salas de cine) que, a 30 años de su estreno, vuelve a poner sobre la mesa la enorme deuda que tiene el cine nacional con el rock argentino, uno de los movimientos socioculturales más trascendentes e influyentes de nuestra historia como para que quede “muy mal reflejado” por un filme que, como dijo Litto Nebbia, es “una calumnia”.

Natural (Tanguito – 1970) – Instrumentación añadida por Lucas Pelliccia

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