Es hora de poner en valor el patrimonio verde platense

Hace añares que la Ciudad viene sufriendo la desidia de sus gobernantes respecto de una de sus joyas más preciadas, como es el arbolado urbano y el Paseo del Bosque en particular. Los dichos del nuevo intendente, Julio Alak, han abierto una puerta a la esperanza de devolverle a la capital bonaerense el brillo que supo tener en ese aspecto, hoy más valioso que nunca a la luz de los efectos del cambio climático

El imponente bosque original contaba con casi 100.000 árboles y ocupaba 250 hectáreas delimitadas, aproximadamente, por las actuales calles 3, 122, 38 y 66

La Plata tiene una de las dos universidades nacionales más grandes de la Argentina y más prestigiosas de Sudamérica. La Plata es sinónimo de Universidad de La Plata.

Sin embargo, la situación privilegiada de tener una casa de altos estudios de ese tenor a “pocos metros”, algo que sería motivo de sana envidia por parte de cualquier municipio, hace “una vida” que es desaprovechada de una manera tan bestial que hasta genera suspicacias.

La UNLP cuenta con decenas de profesores y profesoras de primer nivel, investigadores e investigadoras, miles de estudiantes avanzados en más de cien disciplinas que darían lo que no tienen por hacer prácticas profesionalizantes “sobre la realidad”. Sin extendernos: la Municipalidad de La Plata tiene al alcance de la mano el conocimiento más desarrollado sobre todas o casi todas las áreas que hacen a la vida cotidiana de sus habitantes y a su acervo como ciudad capital.

No obstante lo cual, parafraseando a Pappo Napolitano, hace añares que nos venimos preguntando porqué la Comuna no exprime hasta la última gota esos recursos, que son de primerísima calidad y públicos… Nunca obtuvimos una respuesta.

Hablamos de “todas las áreas que hacen a la vida” de la Ciudad, pero aquí haremos hincapié en una en particular: el patrimonio verde platense que, desde hace demasiado tiempo, ha sido librado a su suerte. Al punto que, por caso, “el bosque ya no es el bosque”. Y no hay que ser un especialista ni mucho menos para comprobar que el tradicional arbolado que se extiende en las veredas, plazas y parques de La Plata lleva tanto tiempo sin podas planificadas y bien hechas y sin un mantenimiento permanente e integral, que asusta.

La nota titulada La historia del Bosque, el (ex) pulmón verde de La Plata, realizada hace dos años y medio, jamás tuvo una sola respuesta por parte de las autoridades municipales, pese a la fuerte crítica que se hace sobre el abandono total a que fue expuesto el paseo, uno de los más hermosos (sino el más) de la ciudad y la región.

Crédito imagen: 0221

“Esas son preguntas sin respuestas, mi amigo”

¿Cuántos árboles hay en el Bosque? No se sabe. ¿Cuál es el estado del arbolado del Bosque? No se sabe. ¿Hay un proyecto -al menos- para ponerlo en valor? Silencio stampa. ¿Y sobre el arbolado del casco urbano y del partido? Bueno, mejor no hablar de ciertas cosas. ¿Por qué no se hace un convenio integral y de largo plazo con la Facultad de Ciencias Agrarias y Forestales, donde anida todo el conocimiento y el recurso humano sobre la cuestión, para recuperar y luego mantener el patrimonio del bosque y de las distintas zonas de la ciudad? No sabe, no contesta. (El hecho adicional de que dicha facultad se encuentre “en el bosque” hace que el tema adquiera ribetes lisa y llanamente bizarros).

Un convenio por el estilo no solamente sería el inicio de un trabajo serio y de largo plazo, o sea, una verdadera política de Estado, sino que permitiría a la Comuna organizar y capacitar a cuadrillas de trabajadores y trabajadoras en un área tan sensible y tan cara al sentimiento platense como es el patrimonio verde.

Capacitaciones en poda -cuándo y cómo podar-, poda en altura (todo un arte), reconocimiento de especies, conocimiento sobre el comportamiento de las mismas según el área en que se encuentren, mantenimiento integral durante los 365 días del año del arbolado y el césped de parques y plazas, desmalezamiento periódico y bien hecho, capacitación sobre enfermedades, fumigaciones, abonos, riego y un largo etcétera.

Todo ello no sólo generaría mano de obra sino que estamos hablando de mano de obra calificada.

Crédito imagen: 0221

La puerta que abrió Julio Alak

Cuando el 1º de octubre último presentó en sociedad el Plan Estratégico La Plata 2030, el entonces candidato a intendente Julio Alak, quien asumió en los últimos días tras imponerse en las elecciones del 22 de aquel mes, en un momento de la exposición se preguntó: ¿Cómo es posible que la Municipalidad no articule en forma permanente con la Universidad Nacional de La Plata para estudiar y abordar todas las problemáticas de la Ciudad?

La UNLP tiene los mejores especialistas en todas las áreas, es una de las dos mayores casas de altos estudios del país, y el Municipio, que la tiene al lado, contrata a consultoras privadas para trazar los planes supuestamente destinados a mejorar la calidad de vida de los y las platenses, afirmó.

El plan urbanístico, el plan industrial, el tecnológico, los espacios verdes. La Universidad tiene los mejores recursos humanos para llegar a las mejores respuestas, entonces, ¿cómo es posible que se la ignore al punto de ir en busca de supuestos especialistas privados?, interpeló.

Música para los oídos de quienes desde hace años venimos bregando por ese indispensable trabajo conjunto. Y en este caso, referido al patrimonio verde en particular.

¿Hasta cuándo se permitirá el tránsito vehicular en el Bosque y, encima, con total libertad para hacer lo que a cada uno le venga en gana? (crédito imagen: diario El Día)

Martín Iraola sabía, Julio Garro no

En la nota sobre la historia del Bosque a que hicimos referencia más arriba, damos cuenta de que cuando Martín Iraola creó el bosque entre 1862 y 1877 en la estancia que heredó de su padre José Gerónimo Iraola Brid, plantó 99.750 árboles.

¿Cómo lo sabía? Se dice que el último censo encargado por el fundador de Tolosa lo realizó una sola persona y que, al cabo de la exhaustiva labor, se le pagó un dinero por cada árbol. Si bien ello entra en el terreno de lo incomprobable, pues pasaron nada menos que 146 años, el número sí era exacto. ¿Cómo lo sabemos? Pues porque al expropiarse la estancia Iraola por parte del gobierno provincial como parte del proceso de creación de La Plata, “se pagó por el edificio principal (mansión Iraola) y los puestos existentes la cantidad de 1.176.410 pesos moneda corriente. Además se abonó la suma de 1.396.500 pesos por 99.750 árboles, tasados a 14 pesos cada uno”, describió el historiador Alberto De Paula, quien especificó que la transacción se realizó el 14 de agosto de 1882 (“La ciudad de La Plata, sus tierras y su arquitectura” – A. De Paula, 1987).

Conclusión: cinco antes de la fundación de La Plata se sabía cuántos árboles había con exactitud en el futuro Bosque platense; 146 años después de la fundación, ni idea.

La muy (pero muy) poco precisa información oficial que obtuvo este medio en 2022 estimaba que “solamente el casco urbano de La Plata cuenta con un patrimonio forestal que supera los 80.000 ejemplares. En el Partido, se estima que el número alcanza los 200.000 ejemplares”. O sea, todo más o menos.

Ahora bien, tomemos en cuenta esos vagos números. Asustan. Porque en 1877, sólo en el bosque original, había casi 100.000 árboles, mientras que actualmente, en todo el casco urbano, hay “unos” 80.000.

Ello da una pauta de la degradación de nuestro patrimonio verde. Y con respecto al bosque, se va cumpliendo la advertencia que realizó en 2020 el Taller Vertical de Arquitectura Nº 8 Pagani-Etulain: “De no tomarse cartas en el asunto, nuestro legado a las futuras generaciones será la transformación del bosque en un nuevo barrio de la Ciudad”.

Salir de la versión móvil