Durante la campaña electoral, el histórico dirigente de la Unión Cívica Radical, Federico Storani, había dejado bien clara su postura respecto de Javier Milei. “No le hagamos la concesión de decirle libertario o liberal: es un fascista”, espetó.
Federico Storani: «Milei es un fascista»
Crédito: CBA24Ncomar
Consultado en la radio AM 750 sobre el voto de 32 de los 34 diputados radicales a favor de la ley ómnibus en general, Storani fue tajante: “Estoy claramente en desacuerdo. Una posición coherente, cuando uno escucha las intervenciones que hicieron y las críticas, era votar en contra. Y eso no afectaba en absoluto la gobernabilidad. La gobernabilidad está absolutamente garantizada porque el Congreso está funcionando”.
“El radicalismo ha sido votado para ser oposición -añadió-, y no hace falta aclarar que es una oposición responsable. Lo coherente hubiese sido votar en contra y que luego se mande ley por ley, a los efectos de hacer un estudio mucho más pormenorizado, detallado, como corresponde a un proyecto de ley que más que ómnibus es un tren que abarca prácticamente todas las competencias y los temas que se pueden incluir”.
En cuanto a la actitud de los legisladores bonaerenses Facundo Manes y Pablo Jualiano, que votaron en contra, dijo: “Me parece muy bien que ellos hayan votado en contra, porque marca una posición, insisto, mucho más coherente. Y el radicalismo tiene que pararse como el partido de oposición que es, que en la democracia es equilibrio, control y la posibilidad de la alternancia del poder; no es simplemente votar todo lo que el gobierno quiere con el argumento de la gobernabilidad o de no poner palos en la rueda”.
No se rompen. Y tampoco se doblan
Luego disparó: “Nadie pone palos en la rueda si le pide (al gobierno) que cumpla con la Constitución Nacional. No nos olvidemos que este gobierno comenzó con un decreto de necesidad y urgencia que es manifiestamente inconstitucional, y que su eslogan de campaña era ‘dentro de la ley todo, fuera de la ley nada’. Bueno, la ley fundamental es la Constitución, que la viola de manera flagrante”.
Después se le recordó la argumentación de algunos diputados radicales, quienes dijeron que había que votar a favor porque era la primera ley de un gobierno que recién asumía. “No es cierto. Insisto: cuando se habla de que muchos gobiernos han tenido facultades delegadas y que es la primera ley, en realidad se puede desmenuzar ley por ley, y si hay sesiones extraordinarias, como las hay, y se está trabajando, porque no se puede decir que no se está trabajando, se analiza en las respectivas comisiones”.
“Es una irresponsabilidad meter más de trescientos artículos que abarcan de todo, desde la derogación de la ley de tierras; algunas que afectan muy violentamente al medioambiente, como por ejemplo la derogación de la ley de bosques o la ley de glaciares; a otras cosas menores y otras mayores, como la modificación del código penal, comercial, civil, etcétera. Por lo tanto, yo creo que correspondía una oposición en la totalidad y exigir que manden ley por ley”.
rodrigo de loredo el colaboracionista
“Colaboracionista”
¿Y qué piensa de que De Loredo presida el bloque? “Bueno, eso lo han decidido sus colegas. Yo creo que él expresa una posición del radicalismo que, más que complaciente, es colaboracionista. Como muchos dicen, más que una posición dialoguista, porque el diálogo tiene que estar siempre como en cualquier sistema democrático, es una posición totalmente incoherente. Insisto: no representa los valores históricos del radicalismo, sin duda alguna”.
Con la salvedad de los diputados nacionales bonaerenses Facundo Manes y Pablo Juliano, los 32 diputados y diputadas de la UCR que votaron a favor de la Ley Ómnibus de la extrema derecha argentina le han hecho un flaquísimo favor al centenario partido, que ya venía señalado por los sectores progresistas desde que en 2015 se convirtieron en furgón de cola del Pro, en ese entonces una fuerza política cien por ciento porteña que -paradójicamente merced a la UCR- pudo alcanzar presencia nacional. Hoy, el bloque de diputados del Pro apoya sin miramientos a la ultraderecha, mientras su líder, Mauricio Macri, se convirtió en el principal socio de Milei, y la indescriptible Patricia Bullrich en el “brazo armado” contra la creciente oposición social.
En ese contexto, el titular del bloque de la UCR, el cordobés Rodrigo de Loredo, se ha convertido en el protagonista de decenas de memes. Pero, lo más importante, escuchar su discurso en el Congreso realmente dio cuenta de un dirigente que, pese a su juventud, se quedó en el tiempo, anclado en una “grieta” kirchnerismo-antikirchnerismo a la que ya casi no apelan ni siquiera los más antiperonistas.
La Francia de Vichy
Se conoce como Francia de Vichy al régimen presidido por el mariscal Philippe Pétain en el centro y sur de Francia tras la derrota francesa frente a las tropas alemanas en junio de 1940, en el contexto de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945). Su nombre oficial fue el de Estado francés (État français) y estableció su capital en la pequeña ciudad de Vichy.
A diferencia de la Francia ocupada por los nazis, la Francia de Vichy mantuvo un gobierno propio aunque funcionó como un Estado cliente de Alemania. Fue uno de los ejemplos más claros de colaboracionismo con los nazis. El dirigente político Pierre Laval, que se desempeñó como primer ministro de la Francia de Vichy en dos oportunidades, fue uno de los más vigorosos defensores del colaboracionismo.
rodrigo de loredo el colaboracionista
Tras la victoria de los aliados, que marcó el final del régimen nazi y de la Segunda Guerra Mundial, los franceses colaboracionistas la pasaron muy mal: quedaron estigmatizados como pronazis por sus compatriotas que no cedieron ante el enemigo, quienes se los recordaron un día y al siguiente también.
rodrigo de loredo el colaboracionista