¿Deportistas o productos comerciales?

La joven tenista japonesa Naomi Osaka, Nº 1 del mundo en 2019 y una de las mejores jugadoras del planeta, cayó al puesto 38º y ya casi nadie habla de ella. ¿Se olvidó de jugar? En absoluto. Fue víctima de "los sicarios" de las grandes marcas que no tienen problema alguno en arruinar carreras deportivas y hasta vidas con tal de facturar miles de millones. La enorme importancia de que los jóvenes deportistas tengan un entorno que los contenga y acompañe

Naomi Osaka (crédito imagen: marca)

Ella fue la número 1 del tenis mundial y llegó a ganar cuatro Grand Slams con apenas 23 años. Ella, con 21 años, había sido incluida entre las 100 personas más influyentes del mundo por la prestigiosa revista Time. Y con 22, la también prestigiosa (o influyente, que no es lo mismo) revista Forbes la coronó como «la atleta femenina con mayores ingresos al año de todos los tiempos», y fue nombrada la octava atleta hombre o mujer con mayores ingresos provenientes de contratos publicitarios.

Por lo antedicho, en parte producto de su éxito deportivo, pero ante todo y sobre todo porque era el combo perfecto «para vender» (joven, exitosa, súper atractiva, multirracial -padre haitiano y madre japonesa, de ahí sus rasgos nipones y su piel oscura-, activista por los derechos de los hombres y mujeres de color, etcétera-, es que su caída hizo tanto ruido. Pero, ¿cuántos y cuántas Naomis Osakas habrá en el mundo de los deportes donde, como el tenis, se manejan miles de millones de dólares por segundo? Sin lugar a dudas, muchos y muchas.

Naomi Osaka nació en Osaka, Japón, el 16 de octubre de 1997. Residente desde los 3 años en EEUU, comenzó a jugar al tenis. No hace falta recorrer en detalle su carrera infantil y adolescente: el hecho de que a los 23 años recién cumplidos fuese campeona de cuatro Grand Slams (para quienes no siguen el tenis, un Gran Slam se podría equiparar a un Mundial de Fútbol o a una Champions League de Europa) y haya llegado a Nº 1 del ranking planetario, lo dice todo.

Hay cuatro Grand Slams por año (además de decenas de torneos de menor jerarquía): Abierto de Australia, Abierto de Francia (popularmente conocido como Roland Garros), Abierto de Gran Bretaña (Wimbledon) y Abierto de EEUU.

Bien, Osaka ganó el Abierto de EEUU de 2018, con 21 años; el de Australia 2019; nuevamente el de EEUU en 2020 y otra vez el de Australia en enero de 2021. En mayo de 2021 estaba disputando Roland Garros, cuando se negó a dar conferencias de prensa luego de los partidos porque la estresaban (a todas luces, siempre fue una chica muy tímida e introvertida). Cuestión que esas comparecencias ante la prensa son obligatorias, por lo cual la Asociación de Tenis Femenino (WTA, por sus siglas en inglés) le advirtió que sería sancionada. ¿Reacción? La nipona abandonó el torneo antes de jugar su segundo partido aduciendo razones de «salud mental». Demás está decir la conmoción que ese hecho inédito provocó en el mundo del tenis y del deporte en general.

Lejos de ayudarla, su entorno facilitó las cosas para que Naomi Osaka firmara contratos multimillonarios con ¡25 marcas!, con todo lo que ello implicaba en cuanto a exigencia de seguir estando entre las mejores, viajes, sesiones interminables de fotos, contactos con la prensa, falta de descanso, etcétera… Naomi tenía más contratos comerciales con grandes firmas que años de vida

Para entonces, Naomi Osaka estaba considerada por la prensa especializada como la jugadora que, en el ocaso del largo reinado de la estadounidense Serena Williams, contaba con todos los elementos para convertirse en su heredera. En los últimos años se había erigido en la rival a vencer: dueña de una técnica exquisita, gran potencia, soltura en la cancha, variantes en los golpes y un envidiable 1,80 de estatura, se encontraba en un momento donde su juego era tan sólido que parecía invencible.

Como dijimos, Osaka es muy tímida. Tan introvertida que no le salen las palabras más simples cuando tiene que brindar una conferencia de prensa, como se puede observar en el siguiente video.

El problema no fue la prensa

Luego de abandonar uno de los torneos más importantes del mundo, casi todos apuntaron a la prensa como responsable de la situación de Naomi Osaka. El chivo expiatorio perfecto para no hablar de lo que realmente ocurría.

Osaka no era “acosada” por la prensa ni mucho menos: el tenis tiene sus reglas que, sobre todo en los grandes torneos, obligan a los jugadores y jugadoras a dar una -al menos breve- conferencia de prensa luego de cada partido.

En menos de un año, la nipona pasó de ser la número uno del mundo al puesto 38. Ya casi nadie habla de ella. La codicia del entorno de una joven estrella puede ser su peor enemigo

Resulta que tras jugar y ganar el primer encuentro en aquel Roland Garros 2021, la nipona anunció por la red social Twitter que no comparecería ante la prensa para preservar su “salud mental”.

La respuesta no se hizo esperar. Más allá de una multa de 15 mil dólares -que a ese nivel, hay que decirlo claramente, es un vuelto-, la WTA emitió un comunicado donde le ofreció ayuda a Osaka para lidiar con los problemas de ansiedad que adujo, pero le aclararon que las reglas «son iguales para todos y deben cumplirse, a riesgo de quedar fuera de las competencias».

El entorno

El tema disparó miles de posturas (a favor, en contra y neutras) que en su inmensa mayoría hicieron hincapié en la salud mental de los deportistas de élite. Pero el periodista especializado español José Morón, en el sitio Punto de Break, grabó un video donde hizo un minucioso análisis que lo llevó a concluir que “Naomi Osaka tiene el problema en casa”.

“Se ha criticado mucho a la prensa por el comunicado de Naomi Osaka el otro día, alegando que eso le provocaba ansiedad y que, por ello, había decidido no hablar con los periodistas en París. ¿Es realmente esto el motivo de los problemas de la japonesa?”, se preguntó Morón, y puso sobre la mesa elementos que en ningún otro análisis se abordaron con tanta claridad. A saber:

-“Hay cosas de Naomi Osaka que no se saben o no se dicen”

-“Todos creen que saltó a la fama en septiembre de 2018 al vencer en la final del Abierto de Estados Unidos a (una todavía muy poderosa) Serena Williams. Pero lo cierto es que ya en marzo de ese año, cuando había ganado Indian Wells, una enorme cantidad de marcas de primer nivel la apuntaron y se tiraron encima de ella

Hallaron el “producto perfecto”: asiática (lo que les abre a las marcas ese gigantesco mercado), de raza negra (es hija de una japonesa y de un haitiano), activista por los derechos de los afroamericanos, joven y exitosa

-Tenía entonces 20 años. Una niña

Naomi Osaka estaba considerada la heredera natural de la multicampeona Serena Williams (crédito imagen: moyens)
Gabriela Sabatini también sufría horrores cuando debía enfrentar a la prensa, pero ello no le truncó su carrera. Detrás de la historia de Osaka hay una dura advertencia sobre la codicia y el mal manejo de los mayores sobre los deportistas muy jóvenes y muy exitosos (crédito imagen: infobae)

-En abril de ese 2018 perdió en tercera ronda de un torneo pequeño, Charleston, y en conferencia de prensa confesó que estaba deprimida

-A partir de allí, lejos de ayudarla, su entorno facilitó las cosas para que Osaka firmara contratos multimillonarios con 25 marcas (Nissan, Nike, Citizen, North Carolina, Louis Vuitton, su propia marca de bikinis con todo lo que ella implica, y un larguísimo etcétera que ya cuenta con un contrato con Netflix para hacer un documental). Tiene más marcas que edad

La revista Forbes señaló que entre junio de 2020 y junio de 2021 Osaka facturó 55,2 millones de dólares, lo cual la convirtió en la deportista femenina que más dinero generó en un solo año en toda la historia

-“Sólo 5 millones de esos 55,2 los ganó jugando al tenis. ¿Es esa la forma de llevar la carrera de una joven de apenas 23 años que sufre de ansiedad?

Naomi Osaka tenía, a los 23 años, 25 contratos comerciales con grandes empresas. Eso la ha convertido en la deportista que más dinero ganó en un solo año en la historia: 55,2 millones de dólares según la revista Forbes. Sólo 5 millones los ganó jugando al tenis. Dichos contratos implicaban reuniones, viajes, sesiones de fotos, exposición mediática permanente, concurrencia obligatoria a eventos, objetivos deportivos para que no se caigan los acuerdos. ¿Cuál es el origen de su ansiedad? ¿Las conferencias de prensa post-partido?

-“¿Saben lo que implica cada contrato? Largas reuniones con los responsables de las empresas, viajes, eternas sesiones de fotos, permanente exposición mediática, concurrencia obligatoria a eventos, reuniones incluso durante la disputa de torneos, objetivos a cumplir deportivamente para que no se caigan los contratos comerciales, etcétera

-“¿Son entonces las conferencias de prensa post-partidos, que duran unos 6 minutos, lo que provocan la ansiedad y depresión de Osaka? ¿O lo es todo lo que debe soportar fuera de las pistas, más aún cuando varias veces ha expresado que es una chica común que quiere jugar y hacer vida normal?”

El debate recién empieza. Pero Gaby Sabatini, por poner un ejemplo muy cercano, también sufría horrores el hecho de tener que enfrentar a la prensa; no obstante, eso no le arruinó su carrera porque estuvo «cuidada por su entorno», como lo están muchísimas tenistas y otras jóvenes figuras deportivas. El caso de Osaka se parece mucho más al de una mina de oro a la que quieren exprimir lo más rápido posible. Si nadie de su entorno la protege, puede acabar mal. Obviar ese aspecto es nocivo. Y gran parte de la prensa lo está haciendo

Naomi Osaka. En menos de un año pasó de ser la número uno del mundo al puesto 38. Ya casi nadie habla de ella. La codicia del entorno de una joven estrella puede ser su peor enemigo
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