Qatar 2022: la pelota se mancha con sangre

La próxima Copa del Mundo se disputará en el país árabe, cuya designación se encuentra rodeada de denuncias de corrupción, trabajo esclavo y hasta muertes. Un breve repaso por uno de los capítulos más oscuros de la historia del fútbol

Qatar 2022

Qatar 2022.- El fútbol, como creemos conocerlo, desapareció hace mucho tiempo. Es el fútbol profesional, claro está, el que ha sido deformado, corrompido y mancillado, transformado en un negocio, privado de su esencia. Pero que estas palabras, en principio exacerbadas, no confundan al amable lector. Siempre quedará el potrero, el amateurismo, el club del barrio. La pelota nunca se mancha del todo.

Quizás siempre estuvo ahí. No sirve, ahora, pecar de ingenuos y revolear la pelota a la tribuna. Aquí aplica esa triste alegoría de la persona que duerme en la calle, pero seguimos caminando y fingimos no verla. ¿Será porque está naturalizado o porque sentimos que no se puede hacer algo para cambiar las cosas? Sea como sea, es una realidad tangible.

Pero vayamos al grano, porque aquí estamos hablando de fútbol. Y si del balompié se trata, qué hay más importante, más emocionante, que una Copa del Mundo. En 2022, cuando el torneo se dispute en Qatar, poco se hablará de cómo se llegó a jugar allí. La pelota rodará y tanto ustedes como quien escribe -muy probablemente- sólo tendremos en mente ver a nuestra selección levantando el trofeo.

Lugar donde tienen hacinados a los obreros que trabajan en la construcción de los Estadios para el mundial de Qatar

Es importante que nos remontemos por un momento a diciembre de 2010 en Zúrich, cuando el pequeño país de Oriente Medio le ganaba a Estados Unidos por 14 a 8 la votación. Un resultado sorpresivo que traía consigo demasiados interrogantes. Pero nada en el mundo de la política -parte inseparable del fútbol profesional, sin duda alguna- está librado al azar.

Una investigación de 400 páginas encargada por la FIFA y entregada en septiembre de 2014, denominada el Informe García, elaborada precisamente por Michael J. García, ex fiscal general de los Estados Unidos, sitúa la génesis de la trama en una reunión en el Palacio del Elíseo de la que participaron Nicolas Sarkozy, entonces presidente de Francia, Michel Platini, quien oficiaba como presidente de la UEFA, Tamim bin Hamad Al Zani, actual emir de Qatar, el jeque Hamad Ben Jassem, ministro de asuntos exteriores qatarí, y Sebastien Bazin, que representaba al fondo Colony Capital, dueño del París Saint-Germain. Poco tiempo después de la designación de Qatar como sede, el fondo Qatar Investment Authority adquirió el 70% de las acciones del club parisino. Allí hoy juega Messi junto a Di María y Paredes, pero eso es harina de otro costal. La reunión tenía el evidente objetivo de influenciar la votación a favor del país árabe.

El elegido por la propia FIFA para analizar el informe fue el juez alemán Hans-Joachim Eckert. A pesar de la exhaustiva investigación presentada por García sobre irregularidades descubiertas en la licitación y adjudicación de la sede, el juez descartó casos de corrupción y no hizo público el escrito. Tras la apelación rechazada, Michael J. García renunció a su cargo. La FIFA mantuvo el informe en secreto hasta 2017, cuando no tuvo más remedio que publicarlo al descubrir que se había filtrado al diario alemán Bild, que prometía sacarlo a la luz.

Uno de los estadios mundialistas

El denominado “Qatargate” salpicó incluso a Julio Grondona. En 2019, Michel Platini fue detenido por la policía francesa para ser interrogado por más de 15 horas, siendo luego liberado sin cargos. Según relata el diario español La Vanguardia, a mitad de ese año 16 de las 22 personas que participaron de la votación para Qatar 2022 se hallaban envueltos en casos de corrupción, sobornos o faltas éticas. Además del fallecido mandatario argentino, algunos nombres que merecen mención son Sandro Rosell, quien fue presidente del Barcelona, Ricardo Teixeira, ex presidente de la Confederación Brasileña de Fútbol y Joseph Blatter, que por aquel entonces presidía la FIFA. Más allá de toda sospecha, evidencia y certezas, la Copa del Mundo no se moverá de Medio Oriente. “Siga, siga”, como se dice en la jerga futbolera.

¿Qué se puede decir sobre Qatar? Ubicado en el Golfo Pérsico, en los meses veraniegos de junio y septiembre las temperaturas oscilan entre los 30 y los 50 grados centígrados. Los niveles de ridiculez que acumula la designación de este país desértico lograron, entonces, que la Copa del Mundo se juegue del 21 de noviembre al 18 de diciembre. Así todo, la mayoría de los partidos se disputarán en horario nocturno, ya que incluso en los últimos días del otoño, en esa región el calor es sofocante durante las horas de sol. El torneo tendrá lugar en cinco ciudades que albergan ocho estadios, de los cuales siete tuvieron que ser construidos “desde cero”, y el único restante debió ser completamente remodelado.

La situación no deja de empeorar. Según un informe de Amnistía Internacional, las personas que trabajan en las obras sufren abusos y explotación. Los números son escalofriantes: se estima que han empleado a más de un millón y medio de trabajadores, en su mayoría inmigrantes de países como India, Bangladesh y Nepal, entre muchos otros, a quienes han sometido a condiciones cercanas a la esclavitud. Además, existen denuncias de retrasos en los pagos así como salarios mucho más bajos de lo prometido.

En condiciones deplorables, así están los obreros en Qatar

Entre otras desgracias, también se habla de confiscación de pasaportes, exceso en horas de trabajo en medio de altas temperaturas, hacinamiento y muertes. Una declaración presente en el informe de Amnistía Internacional por parte de Shamim, un jardinero proveniente de Bangladesh, narra: “Aún recuerdo mi primer día en Qatar. Prácticamente, lo primero que hizo un agente que trabajaba para mi empresa fue quedarse con mi pasaporte. Desde entonces, no lo he vuelto a ver”. El informe de la ONG asegura que desde 2010 han muerto más de diez mil personas trabajando en la construcción de los estadios. ¿La FIFA? En 2015, Joseph Blatter dijo que “le gustaría ver que Qatar hiciera mejoras para ayudar a quienes han viajado a la región en busca de trabajo”. Su sucesor, Gianni Infantino, prefirió no hacer mención alguna al respecto.

El fútbol que conocemos es otro, la pasión y los colores nunca estuvieron en discusión. Es cuando el dinero y el poder se entrometen que el panorama se tuerce. A pesar de todo, la pelota es y seguirá siendo de la gente.

Uno de los estadios en plena construcción
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