El miércoles 20 de octubre, 90lineas.com publicó un artículo titulado ¿Y si probamos con la Argentina de Leloir, Milstein y Favaloro?, en el cual se proponía tomar como guía a estos tres emergentes “de una de las generaciones más formadas, austeras y patriotas de nuestra historia”, como un comienzo para repensar el país en los “tan revueltos” tiempos actuales, donde “la incertidumbre y la desesperanza parecen estar ganando por goleada mientras nos siguen dividiendo con premisas falsas de toda falsedad”. Pero a la luz de lo ocurrido el jueves último en La Pampa, parece que no será nada sencillo desandar ese camino.
Ese día, el Jefe de Gobierno porteño y aspirante a la presidencia de la Nación en 2023, Horacio Rodríguez Larreta, estaba siendo entrevistado por un periodista del periódico provincial El Diario. El líder de Juntos por el Cambio estaba de muy buen humor, hasta que se molestó con una pregunta y abandonó el lugar. ¿Qué ocurrió? Lo cuenta el colega pampeano.
“La predisposición y el buen ánimo de Horacio Rodríguez Larreta durante la entrevista con El Diario se diluyó con la última pregunta. Fue cuando se le intentó consultar sobre su relación con las supuestas coimas en el PAMI y la muerte del reconocido médico René Favaloro (vale recordar que el “héroe mundial” de la medicina, como lo definió el prestigioso e influyente diario estadounidense The New York Times, se suicidó el 29 de julio de 2000 tras dejar 7 cartas, en una de las cuales realizaba una durísima denuncia de corrupción contra la mutual de los jubilados, entonces a cargo de Larreta, quien contaba en su equipo con María Eugenia Vidal)”.
“Periodista: La historia lo ubica en un episodio con alguien muy conocido en la provincia, como es el médico Favaloro, que terminó…
“Larreta: No, no… disculpame. No tengo absolutamente nada que ver con eso, y no estoy para esa pregunta.
“Periodista: Más allá de…
“Larreta: No tengo absolutamente nada que ver con eso. Eso es todo lo que tengo para decir.
“La pregunta que no pudo terminar el cronista era la siguiente: ‘La historia lo ubica en un episodio muy grave en torno a la figura del médico Favaloro. ¿Tiene una explicación para eso que pasó?’. Rodríguez Larreta eligió no dar una explicación al respecto. Y hasta frunció el ceño”.
“Ante la posibilidad de continuar con las repreguntas, el tiempo transcurrido y la intervención de su jefa de prensa hicieron lo suyo para ponerle punto final a la entrevista”, reseñó el colega pampeano.
FAVALORO, EL PAMI, LARRETA
Es altamente preocupante que un político con la influencia de Rodríguez Larreta -como dijimos, un presidenciable-, evite de esa forma una pregunta que desde hace añares nos hacemos millones de argentinos y argentinas y, además, corte abruptamente una entrevista periodística. Altamente preocupante.
Recordemos (un deporte que, sinceramente, los argentinos y argentinas jugamos poco y nada y muy mal).
Como dijimos, el médico platense René Gerónimo Favaloro, inventor del bypass que hasta hoy salva millones de vidas y un ejemplo de ética médica y personal casi sin parangón, decidió quitarse la vida con un disparo al corazón el 29 de julio de 2000.
Luego de rechazar una propuesta para seguir su carrera en EEUU, donde lo aguardaba un futuro brillante, decidió volver al país porque sentía que ese era su deber. Aquí creó la Fundación Favaloro -centro de atención y de formación médica de excelencia- y el Laboratorio de Investigación Básica, que durante mucho tiempo financió de su propio bolsillo.
Favaloro atendía a todos. A aquel que podía pagar en forma particular y a quien vivía en situación de calle. Y lo hacía de idéntica manera. Era su concepción de la medicina, resumida en su frase “los programas de la medicina y de la bioingeniería podrán considerarse verdaderos logros para la humanidad cuando todas las personas tengan acceso a sus beneficios y dejen de ser un privilegio para las minorías”.
El “problema” de Favaloro fue que nunca jamás, bajo ningún concepto, aceptó un “retorno” (coima). Y cuando la Fundación, acreedora de deudas millonarias de obras sociales y mutuales, entre ellas el PAMI, quedó contra la espada y la pared económicamente, tampoco transigió.
“En este último tiempo me he transformado en un mendigo. Mi tarea es llamar, llamar y golpear puertas para recaudar algún dinero que nos permita seguir. En estos días he mandado cartas desesperadas a entidades nacionales, provinciales, empresarios, sin recibir respuesta”, subrayó en una de las 7 cartas que escribió antes de suicidarse, las cuales estaban dirigidas a amigos, familiares, colegas y, una de ella, “a las autoridades”. Esta última, por años “escondida” y luego (y hasta hoy) muy poco difundida pues el médico carga duramente contra la corporación política, sindical, médica y todos sus cómplices, fue íntegramente publicada por este diario el 10 de enero de 2021 en el marco de la nota Un espejo en el cual el país no quiere mirarse.
La pregunta del colega pampeano a Larreta apuntaba a su supuesta relación con pedidos de coimas del PAMI a la Fundación Favaloro durante su intervención en el organismo. Relación que describió el propio médico en varios párrafos de sus cartas, como por ejemplo cuando denuncia: “El PAMI tiene una vieja deuda con nosotros -creo que desde el año 94 ó 95- de 1.900.000 pesos. La hubiéramos cobrado en 48 horas si hubiéramos aceptado los retornos que se nos pedían”.
El equipo interventor de la mutual de los pasivos que dirigía Larreta (con Ángel Tonietto, Cecilia Felgueras y María Eugenia Vidal, entre otros) llegó al PAMI de la mano del presidente Fernando De la Rúa tras la ruinosa gestión del menemismo, pero con el objetivo de realizar un brutal ajuste, consistente en el “ahorro” de 360 millones de dólares (o pesos, ya que aún regía el 1 a 1). Dentro de esa cifra estaban los 2 millones de dólares de la deuda que la obra social tenía con la Fundación Favaloro.
DOCTOR, REVISE TODAS LAS HISTORIAS CLÍNICAS Y LUEGO HABLAMOS
Según una nota realizada por el portal El Destape el 29 de julio pasado, cuando se cumplieron 21 años de la muerte de la eminencia mundial -la cual nadie jamás desmintió-, “la deuda con el PAMI a la que refería Favaloro estaba basada en 195 facturas emitidas entre 1993 y 1995, cuando el organismo era dirigido por Víctor Alderete”. En Página 12, en tanto, dieron cuenta de que el funcionario menemista “se negaba a recibirlas”.
Pero cuando asumió la presidencia De la Rúa en 1999 y nombró al frente de la mutual a Larreta, Favaloro creyó que las cosas podían cambiar. No obstante, terminó siendo humillado.
No sólo el PAMI continuó desconociendo la deuda -por lo que la Fundación debió recurrir a la Sindicatura General de la Nación (SIGEN), dirigida entonces por Rafael Bielsa, quien llamó a un acuerdo-, sino que se le pidió a René Favaloro “verificar caso por caso para ver si (su Fundación) efectivamente había prestado los servicios. Se decidió ‘ir a ver las historias clínicas para comprobar si esos servicios se dieron’, según palabras de Larreta”.
En julio de ese año 2000, se realizó una verificación contable donde se comprobó la existencia de las facturas reclamadas. Larreta, sin embargo, insistió con revisar historia clínica por historia clínica.
El 29 de ese mes, Favaloro se quitó la vida.
«Tras su muerte, Larreta y otros funcionarios del organismo fueron acusados penalmente por defraudación e incumplimiento de los deberes de funcionario público, debido al direccionamiento de la compra de vacunas antigripales, hechos que ya habían sido revelados por el propio Favaloro. No obstante, a fines del 2000 Larreta fue expulsado del PAMI» (Diario Perfil, 5 de noviembre de 2021).
CIEN CAMAS MÁS
“Si hubiéramos aceptado las condiciones imperantes por la corrupción del sistema deberíamos tener 100 camas más. No daríamos abasto para atender toda la demanda (…) La situación actual de la Fundación es desesperante. Millones de pesos a cobrar de tarea realizada, incluyendo pacientes de alto riesgo que no podemos rechazar. Es fácil decir ‘no hay camas disponibles’. Pero nuestro juramento médico lo impide”, reveló Favaloro en la carta.
“Es indudable que ser honesto, en esta sociedad corrupta, tiene su precio. A la corta o a la larga te lo hacen pagar”, sentenció uno de los médicos más reconocidos a nivel mundial.
“MI PECADO”
Escribió también René Favaloro antes de dispararse: “En este momento y a esta edad (tenía 77 años), terminar con los principios éticos que recibí de mis padres, mis maestros y profesores me resulta extremadamente difícil. No puedo cambiar, prefiero desaparecer”.
“Joaquín V. González escribió la lección de optimismo que se nos entregaba al recibirnos: ‘a mí no me ha derrotado nadie’. Yo no puedo decir lo mismo. A mí me ha derrotado esta sociedad corrupta que todo lo controla. Estoy cansado de recibir homenajes y elogios a nivel internacional. Hace pocos días fui incluido en el grupo selecto de las leyendas del milenio en cirugía cardiovascular. El año pasado debí participar en varios países, desde Suecia a la India, escuchando siempre lo mismo. ‘¡La leyenda, la leyenda!’”.
“Quizás el pecado capital que he cometido, aquí en mi país, fue expresar siempre en voz alta mis sentimientos, mis críticas. Insisto, en esta sociedad del privilegio, donde unos pocos gozan hasta el hartazgo mientras la mayoría vive en la miseria y la desesperación, todo esto no se perdona. Por el contrario, se castiga (…) Me consuela el haber atendido a mis pacientes sin distinción de ninguna naturaleza. Mis colaboradores saben de mi inclinación por los pobres, que viene de mis lejanos años en Jacinto Arauz”, el pequeño poblado de La Pampa donde ejerció la medicina social durante 12 años.
El jueves, en La Pampa, quisieron preguntar. No los dejaron. Y no hubo respuesta. Otra vez.
¿Y si probamos con la Argentina de Leloir, Milstein y Favaloro? Insistamos. En una de esas…
