Increíble pero real: las proezas de San Martín entre los 12 y 15 años

A medida que uno va conociendo nuevos capítulos de la verdadera historia de José Francisco de San Martín, lo va admirando cada vez más y va lamentando (mucho) más que no le hayan permitido ser el líder absoluto de estas pampas

José de San Martín, cuando ingresó como cadete del Regimiento de Murcia, a la edad de 11 años (crédito imagen: Instituto Nacional Sanmartiniano - La Nación)

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De la Redacción de 90 Líneas.-

Es cierto que con el paso del tiempo, la niñez, la adolescencia y la juventud se fueron “perdiendo” cada vez más tarde. Como también es cierto que en el siglo XVIII los ejércitos europeos incorporaban chicos como una suerte de aprendices de militares. Pero de ahí a relativizar lo que José Francisco de San Martín hizo entre los 11 y los 15 años como integrante del español Regimiento de Infantería de Murcia, hay un abismo.

Un San Martín entre niño y adolescente tuvo un desempeño como cadete, oficial y subteniente que es preciso conocer, al menos a grandes rasgos, para poder comprender porqué fue quien fue al regresar al continente americano. El Gran Jefe no ideó y concretó el cruce de Los Andes -una de las mayores gestas militares de la historia mundial- y liberó a Argentina, Chile y Perú con menos armamento, hombres y apoyo de su propio gobierno que el enemigo porque tuvo una sucesión de golpes de suerte: era dueño de una inteligencia supina, de un coraje pocas veces visto y de convicciones que no negociaba bajo ninguna circunstancia, además de ser un intelectual.

En fin, dos hechos pintan mejor que nada desde cuándo y cómo se formó San Martín como militar.

¡Qué distinta hubiese sido la historia argentina -y sudamericana- si quienes con el tiempo fueron mal llamados próceres se hubiesen puesto bajo las órdenes de San Martín!

La mina principal de Orán

El 15 de julio de 1789, casi cinco meses después de cumplir 11 años, José Francisco “fue aceptado como cadete en el Regimiento de Infantería de Murcia”, cuenta el historiador Felipe Pigna.

Entró a la escuela del regimiento como integrante del segundo batallón. Pero las guerras coloniales que España libraba en el norte de África, territorio conquistado por los reyes católicos luego de la reconquista de la península ibérica después de 8 siglos de ocupación musulmana, llevaron al pequeño nacido en la correntina ciudad de Yapeyú a cruzar el Mediterráneo para tener un durísimo bautismo de fuego.

Una de las conquistas más importantes de España en África fue la de Orán (en la actual Argelia, otrora Marruecos) y su emblemática fortaleza de Mezalquivir. “Era un enclave estratégico sobre el Mediterráneo, codiciado por los piratas sarracenos y berberiscos, que España había logrado defender” hasta entonces, sigue Pigna.

El 8 de octubre de 1790, un terremoto devastador se cobró más de 2 mil vidas en Orán. La situación fue aprovechada por los “locales” para sitiar la ciudad. El gobernador español pidió refuerzos. Y éstos llegaron. Entre las tropas, un niño de ya 12 años llamado José de San Martín.

Orán. Hoy en Argelia. A fines del siglo XVIII, en Marruecos. Allí tuvo su bautismo de fuego San Martín a los 13 años. Lo que hizo fue realmente tan valiente como temerario (crédito imagen: Infolaso)

El 28 de julio de 1791, José Francisco, ahora con 13 años, “se ofreció voluntariamente para participar en un violento combate nocturno, en el que tuvo la misión de desactivar, bajo permanente fuego enemigo, una mina colocada contra los muros del fuerte llamado San Felipe”.

“Los moros abrían galerías subterráneas en la cuales colocaban explosivos para hacer volar por los aires los cimientos del fuerte, así como en las paredes de la fortificación para debilitar su estructura y poder entrar al edificio”.

José Francisco y algunos compañeros, cargados con pesadas granadas que debían llevar para su eventual defensa, tuvieron que andar con sumo sigilo entre los pozos provocados por las explosiones y los montículos que denunciaban la presencia de explosivos que aún no habían estallado. Finalmente, en plena madrugada y esquivando balas, logró su objetivo y la mina principal quedó desactivada”. Tras unas horas, retornó a su posición, esquivando más y más balas, pozos y explosivos enterrados prestos a hacer volar a quien los tocara. “Valentía temeraria”, calificó el historiador.

Pero hubo más. A partir de ese instante, el joven José de San Martín sufrió durante 33 días el fuego y el sitio enemigo, el hambre y el insomnio. El niño correntino había sido destinado a la Compañía de Granaderos, un grupo de élite integrado por voluntarios que se ofrecían a encarar las misiones más riesgosas “enfrentando cara a cara a uno de los enemigos más temidos por los europeos”.

El cruce de los Pirineos, con 15 años y al mando de un regimiento

“En los siguientes años, el calor de las batallas, entre otras contra el ejército francés -en guerra con España-, le permitirían ascender en jerarquía, conocimiento y reputación”.

“En marzo de 1793, España declaró formalmente la guerra a Francia. El 2º batallón del Regimiento de Murcia fue incorporado al Ejército de Cataluña (…) Al comienzo, la unidad de San Martín fue destinada a la retaguardia, para defender posibles incursiones francesas en la zona de Seo de Urgel (a 200 kms de Barcelona)…”

“Allí, el 9 de julio de 1793, José se enteró de que lo habían ascendido a segundo subteniente de la cuarta compañía de fusileros de su batallón. Lo habitual era que el paso de cadete a oficial demorase cinco años; pero su demostrada disciplina, su foja intachable y su gigantesco coraje aceleraron su ascenso…

“En octubre de 1793, aquel oficial de 15 años volvió a cruzar los Pirineos… Ya lo había hecho un año y fracción atrás, donde conoció a 3.000 metros de altura y a caballo un frío que jamás creyó posible, para el cual no hay abrigo que alcance, y vio morir a hombres y animales congelados… Pero en esta ocasión tuvo que cruzar al mando de un batallón cuyos integrantes casi lo doblaban en edad…

¿El resto de la historia? Tiene que ver con batallas y con la resolución de la guerra franco-española. Lo que aquí quisimos rescatar fueron estos tremendos acontecimientos que protagonizó José Francisco desde los 11 a los 15 años. Demás está decir que en los Pirineos mucho aprendió para luego idear la mayor gesta militar de la historia, es decir, el cruce de Los Andes y la liberación de tres países.

A medida que uno va conociendo nuevos capítulos de la verdadera vida de San Martín, es como que lo admira un poco más y lamenta mucho más que no le hayan permitido ser el líder absoluto de estas pampas en el primer cuarto del siglo XIX, ¿no es cierto?

28 de julio de 1821, José de San Martín declara la independencia del Perú (crédito imagen: El Comercio)

Fuente de consulta: La Voz del Gran Jefe (Felipe Pigna, Editorial Planeta, 2014)

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