La razón económica del Terrorismo de Estado: el caso Sasetru

Detrás de los secuestros, las torturas, las desapariciones, las violaciones, el robo de bebés... hubo un plan económico perfectamente delineado, cuya columna vertebral fue la destrucción de la industria nacional. Sasetru es un caso emblemático, que renace de la mano de una presentación judicial del hijo de uno de sus fundadores y de un grupo de ex trabajadores para que su quiebra se investigue como delito económico de lesa humanidad

Sasetru nació en 1949 y, hasta la dictadura del '76, fue la principal empresa alimenticia del país (crédito imagen: Resumen Latinoamericano)

Por Gustavo Campana*

A mediados de la década del ‘70, Sasetru era la principal productora de alimentos y aceites de la Argentina, con más de 10.000 empleados y 10 establecimientos fabriles. Una verdadera multinacional con sedes en Europa y el resto de América, que exportaba el 30% de las oleaginosas y el 20% de todos los cereales del país. Fue creada en 1949 por Jorge Néstor (Sa)limei, Ángel (Se)itún y Fermín (Tru)cco en el Molino Harinero de Sarandí, en Avellaneda.

De los tres apellidos fundadores se distinguía Salimei, empresario y dirigente de la Democracia Cristiana, primer ministro de Economía y Trabajo del General Onganía, y que murió en julio de 1975, casi exactamente un mes después de aquel terremoto económico y financiero que generó el Rodrigazo.

Para la última dictadura, el grupo era un gran escollo para el plan que ordenaba matar al país productivo a través de especulación financiera, apertura indiscriminada de importaciones y deuda externa alocada.

Después del golpe del 24 de marzo de 1976, la dictadura pidió los legajos de los 526 delegados de Sasetru. La empresa se negó a colaborar. Pese a la presión que ejerció de manera directa el General Suárez Mason, jefe del 1º Cuerpo de Ejército, la firma aseguró que no habría conflicto con ninguno de los miles de obreros del grupo, por lo tanto, tampoco razones para su persecución.

La sobrevaloración del peso y el retraso de la paridad cambiaria que ordenó (el ministro de Economía, José Alfredo) Martínez de Hoz para sostener “plata dulce”, puso entre la espada y la pared al grupo. La empresa entró en convocatoria, y desde el Banco Central, su vicedirector, Alejandro Reynal, creó un fideicomiso conformado por un club de bancos para poder “afanarse” al grupo.

El verdadero objetivo del plan era despojar a Sasetru del Banco Internacional, una entidad que fue obligada a girar créditos a firmas vinculadas a la dictadura; créditos que, obviamente, nunca fueron cancelados.

Negaron financiación para el salvataje tanto el Banco Central como el Banco Provincia de Buenos Aires, y cuando los empresarios no pudieron paliar una deuda de más de 500 millones de dólares a principios de 1981, Sasetru quebró. Fue el 7 de marzo de ese año. Luego fue obligada a vender al International Bank of America. La operación se concretó en marzo del ‘81 sin autorización de la Justicia y en el marco de una maniobra por la que el grupo no recibió un solo centavo.

Después, 15 de sus directivos fueron acusados de violar la ley de subversión económica, pero finalmente fueron sobreseídos en democracia.

En el año 2013, Salimei (h) presentó una denuncia para que la quiebra de Sasetru se investigue como delito de lesa humanidad.

Aceite 7 Días, un producto emblemático de Sasetru (crédito imagen: RadioCut)
A mediados de la década del ‘70, Sasetru era la principal productora de alimentos y aceites de la Argentina, con más de 10.000 empleados y 10 establecimientos fabriles. Fue creada en 1949 en el Molino Harinero de Sarandí, en Avellaneda (crédito imagen: Télam)

“El arquitecto” 

El arquitecto de la maniobra fue Alejandro Reynal. Formado en el JP Morgan de Nueva York, tenía un prontuario con muchas causas similares. Te cuento un par…

-La historia que padeció el arquitecto Eduardo Saiegh, quien fue secuestrado por un grupo de tareas de la dictadura y, bajo tortura, cedió la titularidad del Banco Latinoamericano. ¿Para qué? Para que su primo (William Reynal) pueda vender Austral Líneas Aéreas (propiedad de los Reynal y el conglomerado La Anónima, entre otros). ¿A quién? Al Estado (en manos de la dictadura), que la compró en un pase de manos para que los privados se quedaran con millones y millones de dólares que poníamos nosotros.

-Otro caso: Luis Alberto Oddone. También obligado a liquidar su banco. La dictadura lanzó a la calle rumores de insolvencia y provocó el retiro masivo de los depósitos. Para bancar la coyuntura, el Oddone salió a pedir ayuda al Banco Central y, acorralado, pidió la intervención que le había sugerido… ¿quién? Reynal. Cuatro días después se le inició a Luis Alberto Oddone una causa penal por autopréstamos e insolvencia. Lo detuvo la Policía Federal y fue sometido a la ley de subversión económica. ¿A dónde lo llevaron al banquero? A la cárcel de Caseros. Su abogado le hizo llegar un mensaje de Reynal: “Che, mirá, tenés que vender Diners” (la primera tarjeta de crédito de la República Argentina). El empresario calculó que el negocio tenía un valor de remate -¡de remate!- de unos 25 millones de dólares. Reynal ordenó la venta en 12 millones, y Diners quedó en manos de un amigo: Francisco Capozzollo. Finalmente, la tarjeta fue vendida al City Bank en 24 millones de dólares.

¡Mirá cómo operaban estos tipos!, que tenían en el subsuelo del Banco Nación una sala de tortura para llevar a estos empresarios y sacarles sus empresas.

Diners, la primera tarjeta de crédito argentina, fue vendida por Luis Oddone (bajo amenaza de la dictadura) a Francisco Capozzollo, testaferro del poder militar, en 12 millones. Luego el régimen la vendió al City Bank a 24 millones de dólares.

¿Por qué hablamos hoy de Sasetru? Porque el hijo de Salimei y un grupo de ex trabajadores impulsaron una causa en la Justicia Federal para que se investigue la destrucción del grupo durante la última dictadura. Consideran que se trata de una historia que prueba “la razón económica del Terrorismo de Estado”.

El hijo de Jorge Néstor Salimei y un grupo de ex trabajadores impulsaron una causa en la Justicia Federal para que se investigue la destrucción de Sasetru durante la última dictadura. Consideran que se trata de una historia que prueba “la razón económica del Terrorismo de Estado” (crédito imagen: Tiempo Argentino)

Un reciente informe de la Dirección General de Asesoramiento Económico y Financiero incorporó como prueba en el expediente algo que “tiró” Jorge Salimei (h) arriba de la mesa: El Banco Central fue un organismo del estado que la dictadura utilizó para cometer delitos económicos de lesa humanidad. Esto está en el informe, y queda confirmado en la causa que ahora la Justicia tiene que reconocer.

¿Por qué todo esto? Hay dos listas de la derecha, que son lo viejo disfrazado de nuevo… En realidad, en la República Argentina, a través del liberalismo, el neoliberalismo, los conservadores de la Década Infame, han sido, son y serán chorros, secuestradores, torturadores y asesinos: esa es la historia con la que confrontamos. Si no la queremos ver así, bueno, vayamos una por una a cada una de estas páginas, y vamos a encontrar desfalcos, robos para planeros VIP a los que mantenemos desde tiempos inmemoriales.

Alejandro Reynal, el tesorero de la dictadura. Vicepresidente del Banco Central entre 1979 y 1981. Se formó en la oficina del JP Morgan en Nueva York. Está acusado en causas por delitos de lesa humanidad y la Secretaría de Derechos Humanos decidió en 2016 abandonar la querella en su contra. En 2007 Macri lo nombró director de ArteBA, pero tuvo que renunciar por sus vínculos con la dictadura. Su historia enlaza el Terrorismo de Estado con el poder económico (La Tinta).

*Columna del 26 de septiembre de 2023 en el programa Pase lo que pase – Radio Nacional

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