Tercer disco de Almendra, o la mayor farsa del rock argentino

La codicia sin fin de las discográficas no es ninguna novedad, pero lo que hizo la RCA con Almendra fue nefasto: le atribuyó un disco grabado por Spinetta, Pappo, Pomo Lorenzo y Miguel Abuelo. Juicio mediante, el trabajo recién se editó con el arte de tapa original y los correspondientes créditos de las canciones ¡24 años después! y en formato CD. Esta es la historia de “Spinettalandia y sus amigos”, el LP que el Flaco craneó como un “antidisco” que los responsables de la compañía “no se lo pudieran vender a nadie”

Portada del falso tercer disco de Almendra, una "farsa" de la discográfica que duró 24 años

El disco debut de Almendra (Almendra – 1969) enamoró al público y a los bolsillos de los dueños de la compañía discográfica, que esperaron muchas más “muchachas ojos de papel” y “plegarias para niños dormidos”. Lo que no sabían era que estaban ante cuatro músicos que se llevaban muy mal con la música como producto comercial, al punto que, mientras en la firma contaban billetes, habían decidido “volar todo el inventario (…) Lo rompimos e hicimos canciones nuevas surgidas desde otro ángulo, con otro molde”, contó el propio Luis Alberto Spinetta sobre el álbum doble Almendra II (1970), “un disco que fue durísimamente criticado por los medios, que querían la idiotización de los conjuntos y de la gente, porque es necesario para vender más y ganar más guita; lo que es arte va por un lado y lo que es un puto comercio va por otro, y no se pueden conciliar, es muy difícil que las dos cosas vayan de la mano”.

Crédito: Lucas Masino

Si en la discográfica habían quedado “decepcionados” con la impronta rockera de Almendra II, la cual el Flaco llevó a tope poco después con Pescado Rabioso, Emilio del Guercio y Rodolfo García con Aquelarre y Edelmiro Molinari con Color Humano (ver nota Los hijos de Almendra y la identidad del rock nativo), ni hablar con la temprana separación de la banda, una de las tres obstetras del rock vernáculo junto con Los Gatos y Manal.

Almendra tocó a su fin tras la grabación del disco Almendra II, en octubre de 1970. Pero la RCA les exigió “el tercer álbum” que, teóricamente, tenían que hacer sí o sí por contrato. ¿Qué disco podía grabar una banda que ya no existía? Cuestión que aquí comienza la historia de la farsa.

Cristina, psicodelia y después

La musa de Muchacha y primera novia de Luis Alberto, Cristina Bustamante, había roto con el Flaco. Y el Flaco estaba roto. Durante la segunda mitad del año 1970 se dividió entre el final de Almendra y una caótica unión con Pappo -según dicen, regada con ácido lisérgico-.

Junto con el Carpo y el baterista Héctor Pomo Lorenzo -a la postre columna vertebral de la obra spinettiana como batero de Invisible, Spinetta Jade y gran parte de la trayectoria solista del Flaco- formaron el power trío de blues rock Agresivos, que no llegó al disco. Mientras tanto, la compañía insistía con el “tercer disco de Almendra”.

Fue entonces cuando Spinetta llamó a Miguel Abuelo y formó el grupo más fugaz y caótico de su carrera. En una casa “abierta” o “comunitaria” situada en la localidad de Florida, Vicente López –hippie, diría el milico de Peter Capusotto-, en poco más de 30 horas corridas y componiendo gran parte del material sobre la marcha, el Flaco, Pappo, Pomo y Miguel grabaron 11 canciones en febrero de 1971.

La improvisación estuvo a la orden del día, a punto tal que se colaron en la grabación ruidos de gente de “la comunidad” que andaba por ahí. Como dijimos, el registro duró poco más de 30 horas, y la suma exacta del tiempo de las canciones arroja 34 minutos 54 segundos.

En el “antidisco” que “no se lo pudieran vender a nadie”, como definió el Flaco a aquel experimento psicodélico, había dos canciones de Pappo súper rockeras (Castillo de piedra y Era de tontos), una de Spinetta-Pomo (Descalza camina) y tres temas instrumentales (Tema de Pedro, Estrella y Alteración de tiempo).

Castillo de piedra (Tema de Pappo – Spinettalandia y sus amigos, 1971)

Era de tontos (Tema de Pappo – Spinettalandia y sus amigos, 1971)

De las cuatro restantes destacan Ni cuenta te das, donde el Flaco introduce una novedad para la época, como la de doblar su voz, y una composición con una impronta muy hippie: Vamos al bosque.

El arte de tapa del disco de Rafael Abud, un productor a quien muchos indican como el primer periodista especializado en rock, cerraba a la perfección el círculo de aquella experiencia, pues tomaba los elementos característicos de la estética hippie californiana: el título, “Spinettalandia y sus amigos”, destacaba por encima de “Luis Alberto Spinetta”, mientras el Flaco apoyaba la cabeza sobre su apellido. Cerraba todo una flor con un pétalo de cada color imaginable.

crédito imagen: Rock.com.ar

El auténtico tercer disco de Almendra se llamó El valle interior y se grabó a finales de 1980 en Estados Unidos. Un año antes, concretamente el 7, 8 y 9 de diciembre de 1979, el grupo tocó en vivo en el Club Obras Sanitarias y dejó dos verdaderas joyas: Almendra en Obras I y II, con versiones en vivo de algunos de sus temas más emblemáticos y de canciones inéditas hasta ese momento

Almendra y Spinetta solista

Spinetta entregó el material y se fue con Pomo y dos chicas de viaje. Cuentan que estuvo en Europa, en Estados Unidos y en Brasil. En marzo de aquel 1971, un mes después de la grabación, la discográfica puso a la venta el disco Almendra – Luis Alberto Spinetta. Con una tapa horrible, donde se combinaban dos fotos del grupo totalmente desactualizadas, incluso respecto de la portada de Almendra II, ya que Edelmiro Molinari y Rodolfo García aparecían con el pelo muy corto.

Por si faltaba algo, todos los temas fueron acreditados a Luis Alberto, ninguneando a Pappo y a Pomo.

Vaya a saber qué decía el contrato para que la compañía insistiera tanto con el “tercer disco de Almendra”, pero lo cierto es que tras el regreso del Flaco, los cuatro de Bajo Belgrano le hicieron juicio y lo ganaron: se le ordenó a la firma sacar de circulación todos los álbumes que estaban a la venta.

El falso tercer disco de Almendra

Pero como el “puto comercio” no descansa, luego volvieron a editarlo como un trabajo solista de Spinetta. Eso sí, tuvieron un poco más de cuidado con el arte de tapa y titularon al LP con el nombre de una canción: La búsqueda de la estrella.

Así y todo, en la contratapa y al pie del listado de canciones, estamparon la inscripción: “Autor y compositor de todos los temas: Luis Alberto Spinetta”. Otra mentira más.

Después de que la Justicia le ordenó quitar de circulación todos los vinilos del falso disco de Almendra, la discográfica lo volvió a editar adjudicándoselo solamente a Spinetta

Recién en 1995, más de 24 años después de la grabación del material, Rafael Abud se encargó de reeditar el disco tal como fue concebido, es decir, con el título correspondiente, “Spinettalandia y sus amigos”, el arte original y las canciones de Pappo acreditadas al Carpo. Pero la edición fue en formato CD y en una época donde la psicodelia y el hippismo hacía largo rato que habían pasado a ser parte de la historia, es decir que, si bien es rescatable el trabajo de reedición, tanto la gráfica como la música quedaron totalmente fuera de contexto. En buen criollo: la compañía engañó al público durante casi un cuarto de siglo.

Ni cuenta te das (Tema de Spinetta – Spinettalandia y sus amigos, 1971)

Vamos al bosque (Tema de Spinetta – Spinettalandia y sus amigos, 1971)

La guitarra Gibson Dove del Flaco

Spinetta y Pappo no terminaron muy bien su relación, aunque con el tiempo sanaron las heridas. Se juntaron en un momento muy convulso tanto para uno como para el otro, aunque por distintos motivos.

El último gesto del Flaco en aquel 1971 fue regalarle al Carpo su guitarra acústica Gibson Dove con la cual “compuse las canciones más hermosas que hice para Almendra”, le contó Luis al periodista Miguel Grinberg en 1977. Y agregó: “Para mí era una forma de mostrarle a Pappo que no existían solamente las guitarras con el volumen al mango. Que así como él me había inculcado algo de esa dureza del rock pesado, y la mano, copar y todo eso, por otro lado yo trataba de demostrarle que existía una fuente de ternura que él no podía ignorar. Fue como decirle: mirá, tomá, no te desprendas jamás de esto, para no traicionarme en tu vida, para darme tu fe, aunque no tocáramos nunca juntos, aunque jamás nos viéramos”.

Pero resulta que Pappo “se la dio a Alfredo Toth como parte de pago por una Gibson Les Paul negra y, un año más tarde, Toth se la vendió a Jorge Maronna, uno de los integrantes de Les Luthiers (…) La usé durante muchos años en vivo en nuestros espectáculos, también para componer en casa y para grabar algunas cosas (…) Es una guitarra muy bonita, con un sonido muy límpido y una afinación perfecta”, contó Maronna, quien en 2012, viendo un programa especial tras la muerte de Spinetta, se enteró de que su Gibson Dove era “la viola perdida que el Flaco le había regalado a Pappo y que nadie sabía a dónde había ido a parar, así que se puso en contacto con Dante Spinetta para contarle que la tenía él. ‘Yo estaba de gira. Charlamos un rato y le ofrecí verla cuando quisiera’”, cerró el miembro de Les Luthiers (1).

(1) Apareció la Gibson perdida de Spinetta (La Nación – Rolling Stone, 5 de diciembre de 2013)

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