Paulo Kablan es un periodista 4X4, todo terreno. Es de esa generación de periodistas (50 años) que experimentó todos los grandes cambios, de la máquina de escribir a las computadoras, del fax al mail, de la gráfica a la TV y del diario en papel al digital, sin dejar de lado, claro está, la radio y las redes sociales. Y en medio de todas esas experiencias y ya con la fama ganada, no esa fama efímera que suele dar la TV en estos días, sino con talento y trabajo duro, se autodefine así:
«Soy un periodista de policiales de televisión pero con la precisión y la rigurosidad que se adquiere en los medios gráficos».
«En nuestra profesión nos tenemos que aggiornar a la nueva forma de comunicación digital que tiene alto impacto, es distinta, más directa a la de hace 20 o 30 años. Soy de una generación como otros grandes periodistas que hemos vivido varios cambios. Las redes sociales son datos, no son periodismo, pero han cambiado nuestra profesión y hay que aceptarlo y no renegar de eso. Debemos entender y saber diferenciar entre dato a chequear de los que salen por redes a periodismo profesional. Las nuevas tecnologías vinieron a cambiar las reglas y debemos acostumbrarnos. Si no nos adaptamos tenemos que jubilarnos y dedicarnos a otra cosa», expresó Kablan para comenzar una jugosa charla.
Paulo, quien en los últimos tiempos ocupó noticias en diarios, radios y televisión por haber contraído Covid19 dos veces, la primera en julio del año pasado asintomático y la otra ahora en enero donde la pasó «bastante mal», dijo, habló -ya recuperado del virus- tanto de su carrera como del periodismo hoy, su gran pasión.
Nacido en Gualeguay, Entre Ríos, «donde jodidos no hay» (dice y se ríe) este periodista de policiales tiene una hermosa familia numerosa, cuatro hijos junto a su esposa Edith, y se lo nota muy orgulloso al contarlo: «Pedro tiene 26 años y es dueño del diario digital «Opinión Frontal»; Diego tiene 24 y me hizo abuelo de una hermosa nena (Paulina); Facundo, de 23, me ayuda en el periodismo pero también tiene pasión por la cocina y se fue a Europa a especializarse como Chef; y Joaquín tiene 18 años.
– ¿Te considerás más un periodista de gráfica o de TV?
«Empecé en la radio pero me hice periodista en la gráfica, fui creciendo con la precisión de los diarios en papel de la década de los ´90, pero con el tiempo me transformé en un periodista de televisión pero que sigue respetando la rigurosidad de la gráfica», dijo, aunque luego enseguida aclaró «me considero periodista, a secas, hasta en la forma de vida que tengo. Los que amamos esto vamos mirando la vida pasar buscando siempre la nota, miramos las cosas distinto al resto y siempre con la intención de comunicar».
– ¿Cómo viviste el cambio de ser desconocido en la gráfica a la fama que hoy tenés?
«La fama es algo que se adquiere más fácil en la televisión, yo empecé de a poco en tele y me fui acostumbrando a ciertas cosas. Hoy el comportamiento de la gente hacia mi persona, en la calle, es distinto. Te miran de otra manera, te reconocen, algunos no te dicen nada y otros se animan y se acercan. Pero yo soy el mismo de siempre.
Chiche Gelblung, un amigo, me cuenta que él se hizo conocido de grande, ya era un tipo cincuentón cuando comenzó con ´Memoria´ en canal 9. Chiche ya había dirigido medios muy importantes, como revista Gente, era un periodista muy groso pero no conocido en su aspecto físico, es decir no era famoso. Luego en TV, él cuenta que cuando llevaba a sus hijos a la escuela ya lo saludaban y miraban diferente los mismos padres con los que tenía relación hacía varios años. La gente saluda al personaje que ve en la tele, ni más ni menos que eso».
– Pero muchos cuando se hacen famosos cambian ¿cómo lo ves ese asunto?
«Si pero esos cambios quizás se manifiesten más a los que la fama les llega de un día para otro, hoy existe esa cosa mediática fuerte de una fama que generalmente es efímera. Pero aquellos que vivimos un proceso y nos hacemos conocidos seguimos siendo siempre los mismos, vuelvo a decir que la gente saluda al personaje de TV y lo que cambia es la percepción del otro hacia uno.
El tema es cuando notas que los famosos, no cualquier famoso sino los que fueron construyendo esa fama por capacidad, trabajo y talento, te hablan como par o te saludan y te dicen ´Hola Paulo´ y ahí sí uno dice ´a la pelota´, y eso significa que ya está viejo» (se ríe).
– ¿ Cómo ves hoy al periodismo policial?
«El periodismo policial me apasiona al igual que su historia que ha sido pendular en la Argentina, depende las épocas. Roberto Arlt entre los años ´20 y ´30 ha escrito mucho policial con una pluma tremenda; Jorge Luis Borges también incursionó en el género, por mencionar a dos maestros; el policial es muy cambiante, hubo épocas en las que decayó notablemente la calidad de los artículos que se publicaban y lo mismo en la TV, pero en otras subió notablemente. Por eso digo que fue muy pendular.
Ahora hace unos 20 años comenzó a crecer sostenidamente y se ha transformado en una forma de contar la realidad del país, quizás es la disciplina de mayor impacto en los medios masivos. Fijate que en cualquier noticiero de cuatro o cinco temas que venden al televidente por lo menos dos o tres tienen algún componente policial».
– ¿Cómo se mantiene el equilibrio para no caer en el amarillismo?
«Si se observan todas las secciones de un diario la de policiales es la menos amarilla de todas. Cuando en Economía te dicen que va a estar todo bien en el próximo semestre sabiendo que va a explotar todo, por poner un ejemplo, o en Política tiran títulos con encuestas truchas o de una realidad que no existe, me doy cuenta que en policiales somos los más precisos y rigurosos. Obviamente es de alto impacto, eso es otra cosa, pero es distinto a hace 20 años cuando se veían cadáveres en las tapas de los diarios. Hoy eso no sucede, es todo más cuidadoso, cambió la sociedad y son otras cosas las que se cuentan.
Hace 30 años un tiroteo con cadáveres y tres muertos era lo que más vendía. Hoy pasa por otro lado, la gente pide historias que reflejan una situación particular de la sociedad».
– ¿Cómo viviste la experiencia de hacer Teatro Periodístico -algo poco común- junto a Mauro Szeta contando a los espectadores, en vivo, historias policiales que quedaron marcadas en nuestro país?
«Este año volvemos a partir de abril con la cuarta temporada. La pasamos muy bien y nos divertimos, el guión y la dirección general es de Daniel Dátola quien nos invitó a hacer teatro cuando con Mauro éramos sólo espectadores. Uno de los títulos fue ´¿Hay un asesino en la sala?´ y contamos historias de la vida criminal argentina y hacemos participar a la gente. Es otra forma de comunicar distinta a todas, está muy buena la experiencia».
– ¿Puede nacer un periodismo teatral?
«De hecho lo estamos haciendo. Contamos historias que han conmovido a la opinión pública, es algo distinto a todo, es un disciplina nueva y nada que ver con la radio, la televisión y la gráfica donde existen otros tiempos
Con Mauro nos conocimos en la gráfica yo estando en un diario de La Plata y él en Avellaneda y somos amigos, aunque en algún tiempo hemos competido por la primicia pero eso no afectó nuestra amistad. Ahora somos compañeros en Telefé donde tuvimos la suerte de conducir juntos ´Relatos Criminales´ y participamos en distintos programas.
– ¿Y en la actualidad?
«Estoy en radio, en la Rock and Pop, de 6 a 9 «Ruleta Rusa» con Nancy Pazos; de 11:30 a 13 horas en «Flor de Equipo» en Telefé con Florencia Peña y un verdadero equipazo; y con «El Expediente» por C5N temporada 15 junto al periodista de Berisso, César Villanueva, en la producción ejecutiva».
Paulo Kablan empezó en TV en el año 2002 y el primer caso que le tocó cubrir para canal 9 es del de María Marta García Belsunce. Y desde ese momento es un animal de TV pero «con la precisión de la gráfica», una combinación perfecta para un periodista todo terreno.
