¿70 años de peronismo ó 140 años de burguesía terrateniente?

En la tercera y última entrega de la serie “Peronismo y campo” analizamos en profundidad dónde comenzó y por qué sigue vigente el proyecto de una nación elitista, desindustrializada y basada en una economía primaria-especulativa. La palabra de los propios integrantes de la élite nacional que quisieron promover, sin éxito, un desarrollo integral desde el siglo XIX. Una mirada hacia el futuro

¿70 años de peronismo ó 140 años de burguesía terrateniente? (crédito imagen: caras y caretas)

Pese a que incluso el liberal Vicente Fidel López situó el principio del fin de una Argentina eminentemente industrial en 1810, avanzaremos en la línea del tiempo siete décadas y un lustro a fin de pararnos en 1885, pues ese año concluyó, al menos formalmente, la campaña de exterminio de los pueblos originarios que poblaron históricamente una vasta extensión de la región pampeana y la Patagonia, la cual, bajo el cínico nombre de “Conquista del Desierto”, transfirió cientos de miles de hectáreas de tierras a las familias patricias que ya integraban desde hacía tiempo la burguesía terrateniente nativa.

En Estados Unidos también se combatió a los originarios. Con una sideral diferencia: las tierras conquistadas no fueron a parar bajo la forma de latifundios a manos de una élite social que no las pobló y que solamente cultivó una pequeña porción, como ocurrió en nuestra patria, sino que se dividieron en millones de parcelas de 30 hectáreas como máximo y se utilizó una gigantesca parte de los beneficios derivados de su producción -exportación de granos y carnes- para industrializar el país del norte.

“Hay que terminar con ese verso total de 70 años de peronismo”

La derecha ultraliberal argentina, hoy encarnada por el ex presidente Mauricio Macri, quien hace sólo cuatro años endeudó al país por 45 mil millones de dólares para fugarlos y condenar a generaciones de argentinos y argentinas a repensar cómo se reconstruye un proyecto de Nación soberana -si es que se puede en el mediano plazo-, utiliza el marketinero y falso latiguillo de “los 70 años de peronismo” para poner en el tiempo de vida del mayor movimiento sociopolítico que dio a luz América Latina “todos los males del país”.

En primer lugar, el sentido común. Desde su nacimiento “formal”, el 17 de octubre de 1945, el peronismo solamente gobernó -con las ideas que trajo a la política argentina el entonces militar nacionalista Juan Domingo Perón- 21 años: nueve desde la asunción de Perón como presidente en 1946 hasta el golpe de Estado de 1955 y doce más si, en línea con lo que opinan algunos analistas, tomamos al peronismo kirchnerista (2003-2015) como “lo más parecido al primer peronismo”.

El prestigioso historiador Felipe Pigna no cree eso y reduce el período de “peronismo-peronismo” a “unos 15 años”.

Así lo explicó en una interesantísima nota que le realizó Ezequiel Palacio para la Agencia Paco Urondo, precisamente titulada con la contundente frase del intelectual “Hay que terminar con esa falacia de los 70 años de peronismo; una mentira total”.

Dijo el investigador y docente: “¿De qué estamos hablando cuando decimos 70 años de peronismo? Ahí tenés un ejemplo de lo que te decía antes (sobre la imposición de falsos debates a la sociedad): te obligan a hablar de eso. Como si fuese un hecho cierto, hablamos de algo que es mentira. ¿Cómo vamos a hablar de una mentira? … Te lo demuestro matemática e históricamente que es mentira.

Felipe Pigna (crédito imagen: Natalia Pasquino – Agencia Paco Urondo)

Y detalló: “Con mucha generosidad, de esos 70 años de peronismo podemos hablar de 15 años, más o menos. Porque incluso el último año de Perón, el 55, es un año donde hizo cosas que no tuvieron nada que ver con el modelo peronista clásico, por ejemplo los contratos de petróleo con empresas norteamericanas a las cuales les da una libertad muy antiperonista … Por eso es que se armó tanto despelote en el 55 con las propias figuras del peronismo, como (Raúl) Scalabrini Ortiz o (Arturo) Jauretche, quienes se van, o sea que ahí tendrías que descontar ese año, el 55”.

Continuó: “Y tenés que descontarlo entero, porque después, en septiembre, viene la Libertadora, que lo primero que hace es ingresar al Fondo Monetario. Hay que terminar con esa falacia de los 70 años de peronismo. Mentira total.

El peronismo existe hace más de 70 años, pero (lo más importante es que) el peronismo no fue gobierno en esos 70 años. Y aún durante gobiernos que se decían peronistas, hubo políticas completamente contrarias … En los 10 años de Menem la política económica fue completamente neoliberal. De hecho, el primer ministro de economía fue un hombre de Bunge y Born y después vino Cavallo, entonces no podés sumarlo como parte de eso. Después tenés un montón de años de liberalismo: la Libertadora, Frondizi (un año de desarrollismo y luego vino directamente Alsogaray) … Hay una pausa con el modelo económico de Illia, que es más industrialista, pero después vino Onganía, que son 8 años. Más tarde te viene el gobierno peronista del 73, pero de los cuales son solamente dos años donde hay un modelo con Perón vivo, más inclusivo y más de la base peronista, pero enseguida vino Rodrigo, que aplica políticas del Fondo Monetario, y después toda la dictadura” cívico-militar de 1976 a 1983.

“Después tenés a Alfonsín. Pero Alfonsín tiene un año de Grinspun y después viene Juan Vital Sourrouille, con una política mucho más cercana al modelo neoliberal. Y tiempo más adelante (como se indicó) tenés los 10 años de Menem”.

Pigna no engloba los 12 años kirchneristas como un tiempo de políticas 100% peronistas. Decimos esto basándonos en lo que afirmó al diario El País de España durante una entrevista que le realizaron en 2016, en ocasión del bicentenario de la Independencia: “(La sociedad argentina) era una sociedad igualitaria que se truncó en los 70 (con la dictadura cívico-militar y un poco antes), y apareció una pobreza estructural que se mantiene hasta hoy, con algunos momentitos en los 2000 de recuperación. Argentina no se recuperó de los 70 porque el kirchnerismo cometió errores como no atacar la pobreza estructural.

Eva María Duarte de Perón; Evita (crédito imagen: ámbito)

“Las élites argentinas rechazaron la industrialización”   

Cuando el 17 de noviembre de 2022, en el Estadio Diego Maradona de La Plata, la actual vicepresidenta de la Nación y dos veces presidenta mandato cumplido, Cristina Fernández de Kirchner, subrayó que “el peronismo es no estar condenado por la cuna; la movilidad social”, estaba parándose en el pensamiento más profundo de Eva María Duarte de Perón.

El artista plástico Daniel Santoro explicó aquel pensamiento durante una charla con 90lineas.com: “Evita niega y reafirma la meritocracia. La descarta hasta que todos y todas tengan el mismo punto de partida. Hasta que en la línea de largada todos cuenten con las mismas herramientas y oportunidades. Llegado ese punto, ella no descarta la meritocracia, no reniega del esfuerzo o incluso de la capacidad de cada cual para llegar donde quiera”, puntualizó, para aclarar: “Lo que no tenía ni el más mínimo espacio en el pensamiento de Eva era que el destino fuese una cuestión de suerte, como si se jugara a los dados. ¿Vos naciste en una familia así?, entonces vas a tener oportunidades. ¿Vos naciste en una familia asá?, entonces tu suerte está echada”. Claro como el agua clara: Evita introdujo en el ideario peronista aquello de que la cuna, de ninguna manera, puede marcar el destino de las personas.

Ahora bien, si de los 70 (en rigor, 77) años de vida del peronismo, solamente hubo 15 años, según Pigna, o unos 20 años, de acuerdo a otros analistas, durante los cuales se pudieron plasmar las ideas que dieron origen y razón de ser a ese movimiento: ¿Cuándo empezó entonces el proyecto de una Argentina para pocos basada en una economía primaria, y desde los 80-90 de timba financiera?

Vicente Fidel López (crédito imagen: infobae)

Según el ya citado economista liberal del siglo XIX, Vicente Fidel López, fundador de la Escuela Argentina del Industrialismo Nacional en 1870, aquello comenzó en 1810: “Si tomamos en consideración la historia de nuestra producción interior y nacional, veremos que desde la Revolución de 1810 se empezaron a abrir nuestros mercados al libre cambio extranjero, y comenzamos así a perder todas aquellas materias que nosotros mismos producíamos elaboradas y que podían llamarse ‘emporios de una industria incipiente’, las cuales hoy están completamente aniquiladas y van progresivamente camino a la ruina. ¿Cuándo sentenció eso el hijo del autor del himno nacional y prominente miembro de la clase dominante argentina? El 27 de junio de 1873, es decir, hace 149 años (el discurso completo se encuentra en el Diario de Sesiones del Congreso).

El principal discípulo de López, Carlos Pellegrini, otro industrialista de la aristocracia argentina jamás escuchado por los parias latifundistas, señaló en la misma Cámara de Diputados el 14 de septiembre de 1875 (hace 147 años): “Una nación moderna no puede apoyarse en la ganadería y en la agricultura, cuyos productos dependen en gran parte de la acción caprichosa de la naturaleza. No existe hoy, ni puede haber gran nación, si no es una nación industrial, que sepa transformar la inteligencia y actividad de su población en valores y en riqueza (…) La República Argentina debe aspirar a ser algo más que la inmensa granja de Europa”. Aún no se utilizaba la expresión granero del mundo. Pero el concepto es exactamente el mismo.

Carlos Pellegrini (crédito imagen: Ser Argentino)

En tanto, Alan Beattie, ex director del Bank of England y editorialista del ultraliberal periódico británico Financial Times, escribió en su libro “Falsa economía” (2009): “Argentina no siguió el camino de EEUU porque mientras el país del norte repartió la tierra en parcelas pequeñas, Argentina se las dio a unas pocas familias. EEUU favoreció a colonos squatters; Argentina, a terratenientes. Y disparó: “El resultado fue que mientras en Estados Unidos la poca cantidad de tierra por cada propietario obligaba a la innovación para optimizar y mejorar ganancias, a los latifundistas argentinos les alcanzaba con vacas, ovejas y alambre de púa (…) Las economías rara vez se hacen ricas sólo con la agricultura. Gran Bretaña había mostrado el camino: la industrialización. Pero las élites argentinas rechazaron la industrialización para seguir mamando de la teta de la explotación agropecuaria latifundista.

¿Desde 1810?, como sentenció Vicente Fidel López. ¿Desde 1875?, cuando lo advirtió en el Congreso de la Nación Carlos Pellegrini. En fin… Si como dijimos al comienzo nos situamos en 1885, cuando finalizó la “Conquista del Desierto” y la definitiva formación de una oligarquía terrateniente en nuestra patria, bien podemos ratificar que hace casi 140 años que comenzó a delinearse el proyecto de un país dependiente, subdesarrollado y elitista. ¿El peronismo? Fue una gran piedra en ese zapato. Habrá que ver si lo sigue siendo en el siglo XXI.

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