“Vamos a Gaggiotti” era una contraseña cómplice, de décadas, de una numerosa grey platense. La compartían (¿compartirán?) cientos de jóvenes universitarios –recién llegados de sus pagos, de seguro por primera vez- y una variopinta tribu de hombres y mujeres de 20 a casi 80 años.
Ir “a Gaggiotti” era mucho más que un código del boca a boca en las noches de los martes. Era ir a milonguear, a cortar la semana, a cenar a un bodegón popular sin igual en La Plata, siempre con un 2×4, detrás, amenizando la velada.
Gaggiotti es Raúl. Argentino, de raíces italianas. Multiinstrumentista: órgano, guitarra, bajo, hoy abrazado a la marca hereditaria de su padre: el bandoneón. Fue uno de los fundadores de la orquesta de Los Cuatro Soles. Populares y exitosos, llegaron a grabar para la EMI. Hicieron innumerables giras, llegaron a disco de oro. Gaggiotti: inventor de una pyme familiar tanguera que durante 30 años abrió sus puertas en el salón de 23 entre 43 y 44. Hijos, nietos y demás familiares, eran los encargados de mantener el legado y la vigencia del lugar.
Aquellas noches…
Son las 23.30, puntual, de un martes cualquiera de 2019 de invierno platense aún benévolo. El abarrotado salón queda en silencio unos segundos, después de una interminable seguidilla de valses que acompañaron la pasión de decenas de parejas milongueando en el centro del recinto. El silencio coincide con el momento en el que Raúl deja una de las mesas más próximas a la barra y se dispone a subir a su escenario, armado en una especie de altillo que envuelve a la legendaria cocina familiar.
“La Corchea Melódica” del barrio La Loma se dispone, entonces, con Raúl a la cabeza y los instrumentistas familiares invitados para la ocasión, a coronar la noche de tango con una hora de la mejor tradición orquestal de los Gaggiotti…
Las minutas
La cocina era el otro gran llamador de “Lo de Raúl”. Muchos llegábamos por sus sabores, aromas, por su ineludible búsqueda popular para que todos los que entraran al gran salón de calle 23 encajaran al mirar lo que les quedaba adentro de la billetera, independientemente de su pasión por el tango, la milonga y la leyenda del lugar.
Decenas de esos curiosos llegaban por primera vez “para ver qué es eso que dicen de las noches de Gaggiotti…”.
Napolitanas con papas o porciones de carne al horno, canelones y pastas varias, empanadas grandes por 60 pesos de hoy a agosto 21, vinos de ¾, medidas de bebidas fuertes como en los mejores mostradores bodegones de la ciudad. Eso era “Raúl”, el de las noches milongueras de “La Corchea” que hacía de los martes un lugar ineludible de visitar en el cuadrado platense.
- Nota publicada originalmente en la revista digital Tuco Web en 2019