Por Alejandro Salamone (Especial para 90 Líneas).- «A los 10 años perdí a mi viejo y fue difícil salir de esa, era muy chiquito y amaba a mi papá. La tristeza fue muy grande para mí, me invadía. Fueron dos clubes de barrio que junto a mi familia me brindaron protección y todo el amor para salir adelante y recuperarme de ese fuerte latigazo que en mi infancia me dio la vida; hablo de Capital Chica y Comunidad Rural de Los Hornos, mis tíos, José Martínez y Anselmo Franceschini, respectivamente, eran presidentes a fines de la década del ´60, me abracé a ellos y a estas dos maravillosas instituciones barriales, y fue para siempre…»
La historia la cuenta el propio protagonista, quien hoy es presidente, desde 2013 de manera consecutiva, de Capital Chica -avenida 66 entre 156 y 157-, Walter Franceschini, quien me recibió en su negocio, la casa especializada de repuestos automotor, «Walter», de 44 entre 21 y 22, para una charla amena en la que repasamos aspectos de su vida y especialmente de su intacta capacidad como dirigente de instituciones intermedias que ayudan, y mucho, a la comunidad.
Su figura delgada y espigada, su tez blanca y sus ojos claros, la manera de expresarse y de vestir, siempre a la moda y tan elegante, no dan ni por asomo que uno está al frente de un hombre de 66 años, lleno de energía, cargado de sueños y proyectos, y tocado por esa barita mágica que siempre digo, alcanza a ciertas personas especiales, aquellas que brindan horas y horas de trabajo sin ningún otro interés que hacer crecer a los clubes barriales y otras entidades intermedias, porque saben que allí, abajo, están los que necesitan que les tiendan una mano -como le pasó a él a sus 10 años- y poder ayudarlos los llena de alegría, orgullo y felicidad.
Cuando tenía 17 años, en el año 1975, Walter -que vivió en Los Hornos hasta sus 28 años- ya presidía la Comisión Juvenil de Capital Chica donde cientos de jóvenes se juntaban para organizar eventos, hacer deportes, y lo principal, trabajar para el crecimiento del club. Desde ese tiempo a esta parte, siempre estuvo ligado fuertemente a la institución que hoy representa, defiende y en la que ha puesto su enorme grano de arena para hacerla crecer.
Hoy este centro de fomento emblemático de la Región cuenta con Jardín de Infantes y escuela primaria (ambos aglutinan a 500 alumnos en ambos turnos), ocho disciplinas deportivas, una biblioteca popular, clases de odontología los sábados, un gimnasio, y un grupo de la tercera edad «Raíces» que se ha puesto como objetivo inmediato inaugurar una cancha de bochas sintética -con todas las comodidades- dentro de la manzana techada propiedad del club.
Capital Chica tiene 1.200 socios activos, y los que están en la categoría «pleno» pagan una cuota de $3.000 mensual
EL CLUB Y LOS JOVENES
«Hoy veo a los clubes en una etapa difícil, noto que después de la pandemia se ha perdido el incentivo de los dirigentes a arrimarse a las instituciones. Igual creo que a los que tienen una comisión que trabaja les va bien. Los jóvenes de los que tanto hablamos en las reuniones, tienen otros proyectos de vida, vienen al club pero con otras ideas, no con las mismas que teníamos nosotros a esa edad, cuando dejábamos horas y horas dentro de la instituciones, era nuestro lugar en el mundo. Ellos ahora muestran al club desde otro lugar, no están tanto tiempo adentro, sin embargo creo que conservan el sentido de pertenencia, aunque por así decirlo prefieren la tercerización, no sienten esa necesidad de permanecer tanto tiempo en el lugar físico, claro, son otros tiempos con un mundo globalizado, con Internet y todo lo que ya sabemos».
Se entusiasma hablando de su mirada sobre los jóvenes y prosigue: «No hay que cuestionar el manejo de los jóvenes y sus miradas hacia las instituciones, pero hay que saber al mismo tiempo que se necesita gente que le dedique muchas horas por semana al club, y a eso quiero referirme, porque siempre hace falta un trámite que resolver, ir a Personas Jurídicas o a la Federación, o bien retirar un subsidio, no sé, muchísimas cosas que los socios exigen porque saben que siempre se puede un poquito más y eso lleva al crecimiento».
«No hay que olvidar la parte edilicia, siempre se necesita de mantenimiento para que los chicos puedan hacer deportes con comodidades y normalmente; son muchas cosas y hay que estar. Por eso hay que convivir entre aquellos que nos criamos con los clubes de barrio y quienes crecieron con la tecnología a flor de piel, el secreto está entonces en fusionar los esfuerzos y unirse para las causas en común y en favor de la institución».
LA NECESIDAD DE SUMAR VOLUNTADES
El 15 de octubre de este año bisiesto, Capital Chica cumplirá nada menos que 88 años de vida, fue fundado en 1936. Han pasado dirigentes que dejaron una marca imborrable y Walter los recuerda como «verdaderos leones» que trabajaron a destajo para el club: «Siempre que entro a la sede y me detengo a mirar la cantidad de actividades y las comodidades que tenemos para los socios, en definitiva para todos los vecinos del barrio y de la Ciudad, no puedo dejar de acordarme de apellidos ilustres para nosotros, como Valentini, Cadelli, Antonelli, no me quiero olvidar de nadie, son personas que ya no están físicamente aunque siempre las recordamos con mucho cariño y copiamos el ejemplo que nos dejaron».
«Hoy tenemos la necesidad de sumar voluntades, benefactores que tanto hacen falta, porque con el aporte de los 1.200 socios no alcanza lamentablemente. Son muchas actividades para sostener y a eso sumamos el sistema educativo que es todo un mundo aparte, con maestras y personal no docente, siendo que tenemos subsidio del Estado solamente por el 60%, en una zona complicada con muchas necesidades. Pero estamos esperanzados, porque en la fiesta aniversario del año pasado, hubo una promesa de las autoridades políticas de que ese subsidio llegue al 100% y poder mantener como corresponde, sin sobresaltos, tanto al Jardín como a la primaria.»
«Considero que los clubes y la Municipalidad debemos trabajar mancomunadamente; hace poco nos enteramos de que la nueva delegación de Los Hornos va a estar cerquita de nuestra sede, y por supuesto nos pusimos a disposición para lo que necesiten. Hace falta el trabajo en conjunto y esa es nuestra mirada, la de toda la comisión que integran 26 personas y nos reunimos cada martes».
Siguiendo con la parte educativa que brinda Capital Chica, hay que agregar que el club tiene al 20% de los chicos becados para que puedan hacer actividades, lo único que se pide es el esfuerzo de que paguen la cuota de socio. Todos los pibes y pibas que están en el sistema educativo pueden realizar la disciplina cultural y deportiva que deseen de manera libre. Y un dato realmente prometedor, ya se piensa en la continuidad escolar y se está estudiando seriamente la posibilidad de crear el Colegio Secundario. «Es algo que los padres nos piden constantemente y es lógico porque sus hijos en nuestro club reciben educación de calidad…», señala Franceschini.
Es difícil en poco más de una hora poder abordar la gran cantidad de temas que este hombre puede aportar y contar para una nota periodística. Walter es también dirigente del Consejo Institucional de Los Hornos (CILHO), y se desempeñó durante mucho tiempo en la Cámara de Respuesteros Automotor (CRAYA). Considera que «a veces cuesta alinear todas las voluntades y eso es lógico porque no todos pensamos igual, eso es sano, pero en los clubes de barrio hay causas comunes que van más allá de la política».
Y para concluir deja estos conceptos: «La transparencia es fundamental, no hay que tomar decisiones sin que las sepan todos los miembros de comisión, acá pasaron grandes dirigentes, como por ejemplo Nazareno Fanelli, entre tantos y tantos, que nos han dejado ese legado, nos han enseñado muchísimo. En los clubes de barrio se cura eso del individualismo, se trabaja en equipo, la falta de empatía no existe. Puede haber alguna rivalidad deportiva por ejemplo con Comunidad Rural -sonríe- pero sana, estamos juntos, en mi caso siento un gran placer, me reconforta dejar de hacer mis cosas para darles una mano a los demás».
Y así es, transparente, buena persona, aplomado, muy respetuoso y con enorme vocación dirigencial. No pierde de vista su negocio, sus proyectos, sus ganas de crecer, sus ilusiones de que Capital Chica sea cada vez más grande para abrir sus puertas a quienes lo necesiten. Gracias Walter Franceschini por todo este trabajo para la comunidad, nos hace mucha falta a los platenses, cada vez más…