A 20 años de la crisis de 2001.- Por Mara Laudonia (Télam)
«La explosión de crisis actual de la deuda externa tiene orígenes diferentes del 2001, aunque los responsables son ideológicamente parecidos», consideró el investigador e historiador económico Mario Rapoport en una entrevista con Télam, en la que repasó las causas de la debacle del 2001 y su correlato con las políticas seguidas por el gobierno de Mauricio Macri.
A 20 años del 20 de diciembre de 2001, cuando el ex presidente Fernando de la Rúa firmó su renuncia y salió en helicóptero de la Casa Rosada, el economista y profesor emérito de la UBA y doctor en Historia de la Universidad de la Sorbona, repasó los hechos que llevaron al país a su más grande crisis económica, y criticó al gobierno de Mauricio Macri por haber tomado un préstamo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
-Rapoport, ¿cómo recuerda aquel 20 de diciembre?
-Me encontraba en Buenos Aires, mirando por TV los terribles sucesos que se desarrollaban en todo el país. Había manifestaciones protestando contra la implantación de medidas económicas que suponían mayores ajustes. Además, el presidente De La Rúa había declarado el estado de sitio en forma anticonstitucional. El corralito había impuesto la bancarización forzada; fue una expropiación forzada. Las políticas de ajuste impulsadas por el FMI llevaron el sistema a su límite.
-¿Es comparable la crisis actual de endeudamiento con lo que se vivió en 2001?
-La experiencia de la crisis institucional y social de aquel 20 de diciembre no pueden aplicarse a la crisis actual. Aquella situación tuvo orígenes distintos, aunque responsables ideológicamente parecidos. En el 2000 había una cuasi dolarización imposible de sustentar. Economistas formados en la Escuela de de Chicago implementaron una liberalización total de la economía, con excepción del tipo de cambio, que permaneció fijo, algo que era totalmente irreal. Los precios internos a nivel dólar encarecieron la economía local, mientras que los niveles de producción del país se redujeron, con aumento de desempleo, rebaja de salarios, y un aumento de las actividades informales.
-Hace 20 años hubo megacrisis, blindaje y megacanje y default. Ahora se reestructuró la deuda privada y se negocia el pago de un megapréstamo con el FMI, ¿por qué la Argentina no puede salir de esta dinámica?
-Las crisis anteriores a la actual tienen aspectos parecidos pero propósitos y resultados distintos. En primer lugar, debemos contextualizarlas con respecto a sus respectivas «épocas» y sociedades . El modelo agroexportador de fines del siglo XIX., en su primera etapa produjo una crisis como consecuencia de déficits recurrentes en la balanza de pagos. Para compensarlos se recurrió a los capitales británicos. Esto si bien produjo en lo inmediato una recuperación del la economía, en el futuro ese antecedente se trasformó en el eje de futuras crisis. La Argentina no se industrializó como los países más avanzados y, en el siglo XX, el desarrollo fue boicoteado por los grupos dominantes pertenecientes al sector agropecuario y a las corporaciones. Después del golpe militar de 1976, estos sectores impusieron de nuevo una liberalización total del la economía y un tipo de cambio fijo, reproduciendo las características del modelo agroexportador y contribuyendo a un ahogo mayor de la economía. La historia se repite y debe calar fuerte en la mente de los argentinos.
-¿Qué puede decir de la evolución de la restricción externa? ¿Cambió algo?
-La restricción externa es una constante de la economía argentina salvo breves periodos. La deuda privada y el megapréstamo del FMI son de la responsabilidad de gobiernos de derecha. Son imposibles de pagar y devienen del juego de esos intereses. La restricción externa no solo no cambió sino que aumentó notablemente con ese préstamo.
-¿Qué lecciones pueden tomarse en materia de política económica?
-El blindaje no cubrió la deuda argentina; parte de él no llegó nunca al país y el megacanje fue un negocio para los que intermediaron en el préstamo, tanto argentinos como norteamericanos, en las comisiones y en el manejo de fondos.
De nuevo tuvimos ahora la reestructuración de la deuda privada que ahora se agranda con la loza gigante del mega préstamo del FMI. Éste es responsabilidad del gobierno anterior; hay que castigar a los responsables del mismo. No le corresponde pagarlo a todos los ciudadanos. Hay que dejarlo claro en las negociaciones También hubo responsabilidad de los acreedores y del FMI.
-¿Cómo resume la evolución predilección de los argentinos por el dólar, luego de 20 años?
-Es una consecuencia de la dolarización creciente de la economía, y del escaso y fluctuante valor del peso. No obstante, hay que distinguir bien si se trata de una predilección del conjunto de la sociedad o es el resultado de un sector de negocios que lo utiliza en el comercio internacional y tiene en sus manos la casi totalidad de dólares. Ese sector crea la brecha cambiaria a través del manejo del dólar «blue» en forma artificial, perjudicando al conjunto de los argentinos. Ahora se plantea la posible existencia de un nuevo corralito que va a beneficiar sólo a esos sectores, como lo hizo en el pasado que analizamos. La economía argentina tiene que pesificarse y el dólar jugar únicamente en el sector externo.
-¿Cómo cree que se puede ir saliendo de esta crisis?
-De la crisis se va a salir con un gobierno que defienda los intereses de todos y no de una minoría. El dólar blue es manejado por especuladores que responden a los intereses minoritarios que ya hemos mencionado; en el corralito debemos meterlos a ellos.