El proyecto de presupuesto 2025 presentado por el gobierno nacional contempla una “pérdida del 50% (valor real) para los programas educativos en comparación con el año 2023” y, en cuanto a la educación técnica, la propuesta del Ejecutivo directamente “suspende el artículo 52 de la Ley 26.058, anulando cualquier tipo de financiamiento para esa rama de la enseñanza”, según revela la Asociación del Magisterio de Santa Fe (Amsafe).
El artículo 52 de la Ley 26.058, denominada Ley de Educación Técnico Profesional y sancionada el 7 de septiembre de 2005 por ambas cámaras del Congreso de la Nación, creó el “Fondo Nacional para la Educación Técnico Profesional”, el cual -reza la norma- “será financiado con un monto anual que no podrá ser inferior al cero coma dos por ciento (0,2%) del total de los ingresos corrientes previstos en el Presupuesto Anual Consolidado para el Sector Público Nacional, que se computarán en forma adicional a los recursos que el Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología tiene asignados a otros programas de inversión en escuelas. Este Fondo podrá incorporar aportes de personas físicas y jurídicas, así como de otras fuentes de financiamiento de origen nacional o internacional”.
Pero ese Fondo, en el proyecto de Presupuesto 2025 del gobierno nacional, es lisa y llanamente eliminado.
Un recorte del ¡80 por ciento!
Ahora bien, en este 2024 ya hubo una (casi) eliminación de facto del Fondo. Así lo explicaron en Código Docente el 30 de octubre último: “Las escuelas técnicas del país atraviesan tiempos difíciles. En los últimos meses las partidas llegaron a cuentagotas y, al observar la ejecución presupuestaria, se advierte que el recorte para el sector roza el 80% (…) Los datos, de acceso público, se desprenden de la ejecución presupuestaria del 2024: dicho fondo -creado por la Ley 26.058- tenía un monto inicial de $32.867 millones, pero al asumir el presidente Milei decidió elevarlo a $34.834 millones. Sin embargo, de este total sólo se pagaron a las escuelas técnicas $6.971 millones: apenas un 20% del presupuesto vigente”.
Patético: ante el abandono, «sacamos un año»
Por si fuese poco, cuando el 24 de octubre pasado el secretario de Educación de la Nación, Carlos Torrendell, expuso ante la Comisión de Presupuesto y Hacienda de la Cámara de Diputados “para defender los principales ejes en materia educativa del Presupuesto 2025 argumentó que, ante el abandono escolar que se produce a partir del segundo ciclo, se propone ‘reducir un año’ la formación técnica, siempre que las provincias y las escuelas lo consideren pertinente”, subrayó Código Docente, para puntualizar la dura respuesta del secretario general de la Asociación del Magisterio de Enseñanza Técnica (Amet) regional Santa Fe, Ernesto Cepeda, quien señaló que “los jóvenes no van a poder prestar servicios porque algunos terminarían el secundario siendo menores de edad y no podrían asumir las responsabilidades civiles que tiene un técnico cuando lleva adelante su trabajo”. Aunque hizo más hincapié en que “no se puede preparar a un técnico en menos tiempo del establecido. Los seis años no son un capricho. Cuando se restableció la educación técnica en el país, después de los ‘90, técnicos y pedagogos discutieron las nuevas estructuras curriculares y se resolvió que la carrera no dure menos de seis años”.
Cabe aclarar que, además, al menos en territorio bonaerense se incluyó un séptimo año de prácticas profesionalizantes para quienes quisieran obtener la tecnicatura.
jorge mattia

“No se está pensando en un país industrial”
90 Líneas, ante el más que preocupante desfinanciamiento que sufre la educación en general y la educación técnica en particular, entrevistó a Jorge Mattia, una de las personas que más sabe de educación técnica, a punto tal que durante casi dos décadas fue el director del icónico colegio industrial Albert Thomas de La Plata.
Mattia fue alumno del Albert Thomas, del cual egresó a principios de la década del ‘50; luego fue Maestro del Taller de Electricidad; profesor; regente; vicedirector, y director durante 18 años. Hoy sigue trabajando por la educación técnica, su gran pasión, en la Fundación Albert Thomas, y además forma parte del Centro de Ex Alumnos de la emblemática institución.
De entrada, le preguntamos qué mensaje guarda en su opinión la eliminación del Fondo especial para las escuelas técnicas. Y la respuesta fue tajante: “Si se desfinancia la educación técnica es porque no se está pensando en un país industrial”.
Artículo relacionado:
“La educación técnica es cara -apuntó-. Se necesitan máquinas, insumos, de manera que si el chico es privado de lo que necesita para formarse bien, la calidad de su educación va a bajar fuertemente”, proyectó.
“Los técnicos son profesionales, y esos profesionales no van a poder insertarse en un buen trabajo, porque claramente no se está planteando un país industrial. Históricamente, los técnicos fueron los que generaron el crecimiento industrial -subrayó-. Fueron los motores del país, los emprendedores, los impulsores de pequeñas empresas que luego pueden ir evolucionando y dando trabajo de calidad”, dijo Jorge Mattia, para puntualizar que las escuelas técnicas ya están en una situación muy crítica, a la que llegaron por una pendiente cuyo punto de partida situó “en torno al año 2017”.
«Completamente aisladas»
-¿Las escuelas técnicas están relacionadas con el universo pyme o sólo hay iniciativas puntuales? -le preguntamos.
–Las escuelas técnicas están aisladas completamente de las empresas e industrias -lanzó.
Luego resaltó que “hace tiempo que no hay directivos capacitados para relacionar la escuela con la industria, sencillamente porque no conocen al sector. Si yo voy a una industria en representación de un colegio, tengo que saber hablar el lenguaje de los industriales, y ese puente se ha ido perdiendo”, afirmó, y añadió: “Hay docentes que tienen conocimientos pero que no pasaron por una industria, ¿cómo le enseñan a los chicos?”, se preguntó.
Luis Malpeli, tesorero de la Fundación Albert Thomas, acotó que “se perdió el conocimiento de campo en muchas áreas; se perdió la capacitación en el campo de acción”. Y ejemplificó: “Es como un cardiocirujano que no vio un corazón, o un docente de periodismo que nunca pisó la redacción de un diario”.
“No sólo se rompió la relación con la industria, sino que hubo un quiebre al interior de las escuelas”, retomó Mattia, para enfatizar que “esa constante reducción de costos repercutió en el equipamiento de los talleres de los colegios técnicos, de manera que prevalece la teoría por sobre la práctica. Esa reducción de costos preanuncia un horizonte mediocre en la educación en general; claro que en las escuelas técnicas se hace más notorio”, disparó.
jorge mattia

“Reducir costos y tomar atajos” son dos de los problemas centrales que Mattia señala en el universo de la educación básica. “Un chico aprende que el fuego quema una vez que se quema. Cuando los talleres de los industriales funcionaban a pleno, los estudiantes hacían prácticas que luego desarrollarían en una fábrica. ¿Había riesgos? Siempre los hay. Pero un riesgo controlado. Hoy no se puede enviar a una industria a un chico que no pasó por un taller. Un colegio técnico sin los talleres funcionando a pleno es una fábrica parada”, comparó.
Cuando los industriales y los responsables de las escuelas hacían los planes de estudio en conjunto
“Los colegios industriales supieron estar cien por ciento ligados a la industria, a punto tal que el paso de un alumno que se recibía de técnico a una empresa era un paso natural”, dijo Jorge Mattia.
En ese sentido recordó que “antes de los ‘90, cuando los responsables de las escuelas iban a encarar modificaciones en los planes de estudio consultaban a los industriales. Se realizaban encuentros entre el personal escolar y los industriales, y éstos aportaban a los contenidos”, de modo tal que existía una correlación perfecta entre lo que se enseñaba en las aulas, y fundamentalmente en los talleres, y lo que se hacía en las fábricas.
Los nefastos ‘90, el “repunte” y después
Mattia recordó que durante los años ‘90, reforma educativa mediante, cada día era una lucha a brazo partido con las autoridades educativas. “En el área provincial de técnica no había gente capacitada. Nosotros tuvimos que pelear para que no nos reemplazaran dibujo técnico por dibujo artístico”. Increíble, pero real.
No obstante, dijo que la pelea, aunque fue muy dura, la ganaron. Y que luego, cuando se dio marcha atrás con la reforma educativa de los ‘90 “se remontó bastante, hasta que empezó un fuerte declive hasta llegar a la situación actual”.
-¿Cuándo comenzó ese declive?
-En torno a los años 2016, 2017… Se llegó al punto de tener personal de Inspección y de Dirección en escuelas técnicas provenientes del área artística de la enseñanza -remarcó.

“Quieren mano de obra barata”
Luis Malpeli puntualizó que es muy difícil analizar las políticas de un gobierno específico: “Hay intereses que están más arriba y marcan el paso de ciertos gobiernos. Si el poder económico, como ahora, necesita mano de obra barata y que se anulen derechos laborales, vamos a asistir a una degradación de la educación en general y de la educación técnica en particular”, dijo el integrante de la Fundación Albert Thomas. “No te pago, no te doy buenos docentes…”, agregó, para ejemplificar cómo van vaciando de contenido a las escuelas.
Mattia recurrió a un ejemplo. “Con el Albert Thomas habíamos hecho una articulación con Molinos Campodónico, por la cual se creó una panificadora en calle 58 entre 1 y 2. La empresa proveía los insumos y los alumnos hacían prácticas en la fábrica. Hoy, esa panificadora la opera íntegramente la empresa”, lamentó.
“En las escuelas técnicas se forman plomeros, gasistas, electricistas, techistas, especialistas en construcción… ¿Por qué los estudiantes no hacen prácticas reparando y mejorando la infraestructura de las escuelas en general; por qué no participan en los planes de urbanización de los barrios?”, se preguntó, para responder: “No, mejor contratar a una empresa… Hay una visión muy chata”.
-¿Se puede hacer algo ante esta realidad?
-Estamos haciendo. Hay que juntarse, trabajar y empujar. Y lo estamos haciendo con gente de varias escuelas técnicas de La Plata -cerró.