Cuando se han aplicado en el planeta 7.800 millones de dosis de vacunas en 11 meses (récord sin precedentes), con 23 vacunas autorizadas o aprobadas, el 55% de la población recibió al menos una dosis (4.200 millones de personas) y sólo el 5,7% de la población de países con bajos o muy bajos ingresos recibió al menos una dosis, se encienden nuevamente las alarmas sanitarias del planeta.
La Organización Mundial de la Salud denominó como variante de riesgo a Omicron por la velocidad en que se diseminó inicialmente en Sudáfrica, luego en otros países de África, y recientemente, a través de viajeros, se detectó en 3 de los 4 continentes restantes (Israel, Hong-Kong, Alemania, Bélgica y República Checa). Sin embargo, el número de pasajeros aislados bajo sospecha y estudio proveniente de África es cercano al millar y en los próximos días seguramente se engrosarán las estadísticas.
“El principal problema en Sudáfrica, y en el resto de los países de África, es la baja tasa de vacunación (…) Nuevamente, la situación sanitaria actual refleja las consecuencias de la distribución inequitativa de las vacunas para Covid-19 en el mundo”
Todavía es muy prematuro sacar conclusiones. Habrá que esperar las próximas semanas para observar el comportamiento: cómo se disemina (ya se sabe que lo hace muy velozmente); si afecta más a vacunados o no vacunados; si en cada uno de ellos genera una enfermedad leve o no; si en vacunados se ven diferencias dependiendo de la vacuna, etcétera.
Algo similar ocurrió con la variante Mu surgida en Colombia, que rápidamente se diseminó por la población colombiana y luego a más de 15 países. Actualmente, la situación parece haberse controlado, y seguramente las vacunas mucho tuvieron que ver con esto.
Con respecto a Omicron, todavía no sabemos qué ocurrirá. Al menos un dato aliciente emitido por la máxima autoridad en Salud de Sudáfrica es que los 77 casos detectados son en su gran mayoría en no vacunados, lo cual indica que probablemente en vacunados no produce síntomas, o la carga viral es controlada más eficientemente.
Esto indicaría a priori que las vacunas resultan efectivas para evitar la enfermedad severa en los infectados con Omicron. Al igual que Delta, la propiedad sobresaliente de esta variante emergente es su potente poder infeccioso y su capacidad parcial de evadir la inmunidad generada por las vacunas.
“Omicron tiene un poder de transmisión mayor que Delta, por lo cual se deben controlar los testeos, estudios genómicos o de secuenciación, controles fronterizos y, al mismo tiempo, reforzar la inmunidad de los vacunados y no vacunados, lo cual lleva meses”
Lo que es llamativo, y motivo de análisis, es la enorme cantidad de mutaciones que presenta, comparada con el virus original de Wuhan. Se han detectado en la secuencia de Omicron 50 mutaciones en total, de las cuales 30 se encuentran en la proteína S y 10 en RBD, porción de la proteína S que se une a su receptor en nuestras células (receptor ACE 2) para ingresar y multiplicarse.
Ya se han identificado estas mutaciones. Algunas son conocidas (aparecen en otras variantes virales del SARS-CoV-2, como Delta o Beta) y otras son nuevas. El hecho de que algunas de estas mutaciones ya sean conocidas por haberse detectado previamente en otras variantes de riesgo ha generado un alarma mundial. Probablemente, esta nueva constelación de mutaciones aumente la afinidad de RBD por ACE 2 (unión más fuerte) y esto genere un ingreso más fácil y rápido a nuestras células, se genere una mayor cantidad de nuevos virus y esto incremente la capacidad de infección de otras personas.
El principal problema en Sudáfrica, y en el resto de los países de África, es la baja tasa de vacunación. En este momento, Sudáfrica registra un 55% de la población con primeras dosis, 44% con dos dosis y un 3% con tercera dosis de refuerzo. Esto significa que más de la mitad de la población no tiene protección inmune.
En el resto de los países de África la situación es aún peor: hay países que tienen el 1% de la población vacunada, y otros que ni siquiera han recibido aún una sola dosis. Esto puede ser clave al momento de la transmisión de la variante viral entre estos países y, luego, al resto del planeta.
“El hecho de que algunas de las 50 mutaciones que presenta Omicron ya sean conocidas por haberse detectado previamente en otras variantes de riesgo ha generado un alarma mundial. Probablemente (…) esto genere un ingreso más fácil y rápido a nuestras células, se genere una mayor cantidad de nuevos virus y ello incremente la capacidad de infección de otras personas”
Nuevamente, la situación sanitaria actual refleja las consecuencias de la distribución inequitativa de las vacunas para Covid-19 en el mundo. El riesgo de aparición de nuevas variantes debido a una alta transmisión viral (no es el caso de Omicron), y la explosiva diseminación local, regional e intercontinental determinan que la vacunación debe ser una prioridad para toda la población del planeta.
En estos pocos días Omicron ha mostrado una ventaja competitiva sobre las otras variantes virales, incluida Delta, ya que en Sudáfrica -en un par de semanas- se ha detectado en más del 80% de las muestras secuenciadas. Esto significa que tiene un poder de transmisión mayor que Delta, y que se deben controlar los testeos, estudios genómicos o de secuenciación, controles fronterizos y, al mismo tiempo, reforzar la inmunidad de los vacunados y no vacunados, lo cual lleva meses.
Esta situación sanitaria de crisis debida al surgimiento de una nueva variante de riesgo en Sudáfrica lleva a la inminente adopción de medidas de cuidados y restricciones que inevitablemente afectarán la situación económica global y actividades sociales, y demuestra, además, que la pandemia no está superada. La inminente suspensión de viajes y el blindaje de África para contener una mayor diseminación, deben implementarse inmediatamente, aunque probablemente este virus ya esté circulando por diferentes poblaciones.
En conclusión, debemos mantener los cuidados personales, las medidas de protección comunitaria, reforzar la vacunación y evaluar muy cuidadosamente realizar viajes al exterior en esta temporada próxima de vacaciones. Está en juego la salud individual y la de la población.
Cerca del 85% de casos de coronavirus no son detectados en África, donde hay países con el 1% de su población vacunada y algunos sin una sola dosis. Otras regiones del planeta sufren una situación similar. La insultante desigualdad social en el mundo es un caldo de cultivo permanente para la aparición de nuevas y más peligrosas variantes del virus SARS-CoV-2