De la Redacción de 90 Líneas.- Control estatal del comercio exterior, expropiación de los latifundios, control obrero de la producción y control popular de los precios. ¿Una proclama marxista? No, en aquel entonces (¿y ahora?) la izquierda tradicional era antiperonista. Esas propuestas conformaron la columna vertebral del que, con el tiempo, se conocería como “El programa de La Falda”, redactado por la CGT cuando ésta logró recomponerse a hurtadillas en medio de la salvaje dictadura instaurada en 1955.
Vale recordar que la mal llamada Revolución Libertadora derrocó a un gobierno que a finales de 1951 había sido elegido por el 63,5% de la población, en una de las elecciones más ejemplares de nuestra historia, acusándolo de dictatorial y enarbolando las banderas de la libertad y la democracia.
El sindicalismo se reunió en Córdoba y elaboró entonces el mencionado programa de La Falda, primer gran documento de la clase obrera organizada desde la caída de Juan Domingo Perón. Algunos historiadores dicen que fue el paso previo a los posteriores programas de Huerta Grande (1962) y de la CGT de los Argentinos (1968), donde se profundizaron los trazos gruesos del texto cordobés.
En contexto
Tras el golpe de 1955, todos los derechos y beneficios que conoció por primera vez en su historia la clase trabajadora durante la década previa fueron cancelados. “Se interviene la CGT, columna vertebral del peronismo, se disuelve el Partido Peronista y la Confederación General Económica, la entidad empresaria que apoyaba el modelo justicialista; se inicia la persecución, incluida la inhabilitación para ocupar cargos públicos, de los funcionarios anteriores y se llenan las cárceles de militantes sindicales y políticos (más torturas y asesinatos). El famoso decreto 4161, de triste memoria, prohibía utilizar los nombres de los líderes, de las organizaciones y los símbolos del peronismo. El movimiento obrero es identificado como el enemigo principal” (Luis Rodeiro, La Nueva Mañana, 31 de julio de 2017).
“En tales circunstancias, la resistencia no era fácil. Había respuestas espontáneas a través de paros, que eran reprimidos, y la apelación a bombas caseras expresando la bronca popular. Se recurrió incluso a un levantamiento cívico-militar, encabezado por el General Valle, que dejó fusilamientos formales y no formales, como el sucedido en el basural de León Suárez con el ametrallamiento de un grupo de civiles”, rememoró Rodeiro.
Hubo sindicalistas que empezaron, rápidos para los mandados, a pensar en un “peronismo sin Perón” dialoguista con el régimen, pero fueron repudiados una y otra vez por la base social del movimiento social y político nacido, al menos formalmente, el 17 de octubre de 1945.
En cambio, la inmensa mayoría de los gremialistas, que «llevaban grabada a fuego la marca de ese movimiento que supo darle por vez primera dignidad, buen trabajo, poder adquisitivo, acceso a la vivienda, a la educación, la salud y el ocio, así como consciencia de clase a la inmensa mayoría de los argentinos y argentinas, decidió que era hora de empezar a recuperar lo perdido. A toda costa».
Atilio López y Córdoba
La primera regional de la CGT en ponerse nuevamente de pie fue la de Córdoba, que quedó al mando de Atilio López, entonces secretario general de la Unión Tranviarios Automotor (UTA). “Lo sindical no puede estar disociado de lo político”, decía el dirigente que sería asesinado por la Triple A el 16 de septiembre de 1974.
Por ello, en agosto de 1957, se convocó a la ciudad de La Falda a todas las regionales cegetistas del país para elaborar un programa político nacional.
El Programa de La Falda de 1957
Para la Independencia Económica:
A) Comercio exterior: Control estatal del comercio exterior sobre las bases de la forma de un monopolio estatal / Liquidación de los monopolios extranjeros de importación y exportación / Control de los productores en las operaciones comerciales con un sentido de defensa de la renta nacional / Planificación del proceso en vista a las necesidades del país, en función de su desarrollo histórico, teniendo presente el interés de la clase laboriosa / Ampliación y diversificación de los mercados internacionales / Denuncia de todos los pactos lesivos de nuestra independencia económica / Planificación de la comercialización teniendo presente nuestro desarrollo interno / Integración económica con los pueblos hermanos de Latinoamérica, sobre las bases de las experiencias realizadas.
B) En el orden interno: Política de alto consumo interno, altos salarios, mayor producción para el país con sentido nacional / Desarrollo de la industria liviana adecuada a las necesidades del país / Incremento de una política económica tendiente a lograr la consolidación de la industria pesada, base de cualquier desarrollo futuro / Política energética nacional: para ello se hace indispensable la nacionalización de las fuentes naturales de energía y su explotación en función de las necesidades del desarrollo del país / Nacionalización de los frigoríficos extranjeros, a fin de posibilitar la eficacia del control del comercio exterior, sustrayendo de manos de los monopolios extranjeros dichos resortes básicos de nuestra economía / Soluciones de fondo y con sentido nacional a los problemas económicos regionales, sobre la base de integrar dichas economías a las reales necesidades del país, superando la actual división entre “provincias ricas y provincias pobres” / Control centralizado del crédito por parte del Estado, adecuándolo a un plan de desarrollo integral de la economía con vistas a los intereses de los trabajadores / Programa agrario, sintetizado en: mecanización del agro, “tendencia de la industria nacional”, expropiación del latifundio y extensión del cooperativismo agrario, en procura de que la tierra sea de quien la trabaja.
«La clase trabajadora es la única fuerza argentina que representa en sus intereses los anhelos del país mismo»
Para la Justicia Social:
1-Control obrero de la producción y distribución de la riqueza nacional mediante la participación efectiva de los trabajadores: a) En la elaboración y ejecución del plan económico general a través de las organizaciones sindicales, b) Participación en la dirección de las empresas privadas y públicas, asegurando en cada caso el sentido social de la riqueza, c) Control popular de precios.
2-Salario mínimo, vital y móvil.
3-Previsión social integral: a) Unificación de los beneficios y extensión de los mismos a todos los sectores del trabajo, b) Reformas de la legislación laboral tendientes a adecuarla al momento histórico y de acuerdo al plan general de transformación popular de la realidad argentina.
4-Creación del organismo estatal que, con el control obrero, posibilite la vigencia real de las conquistas y legislaciones sociales.
5-Estabilidad absoluta de los trabajadores.
6-Fuero sindical.
Para la Soberanía Política:
Elaboración del gran plan político-económico-social de la realidad argentina, que reconozca la presencia del movimiento obrero como fuerza fundamental nacional a través de su participación hegemónica en la confección y dirección del mismo / Fortalecimiento del Estado nacional-popular, tendiente a lograr la destrucción de los sectores oligárquicos antinacionales y sus aliados extranjeros, y teniendo presente que la clase trabajadora es la única fuerza argentina que representa en sus intereses los anhelos del país mismo, a lo que agrega su unidad de planteamientos de lucha y fortaleza / Dirección de la acción hacia un entendimiento integral (político-económico) con las naciones hermanas latinoamericanas / Acción política que reemplace las divisiones artificiales internas, basadas en el federalismo liberal y falso / Libertad de elegir y ser elegido, sin inhabilitaciones, y el fortalecimiento definitivo de la voluntad popular / Solidaridad de la clase trabajadora con las luchas de liberación nacional de los pueblos oprimidos / Política internacional independiente.
CONFEDERACIÓN GENERAL DEL TRABAJO (CGT) – 62 ORGANIZACIONES PERONISTAS
Video.- Programa de La Falda