Por Pamela Francescato, desde Roma.- Los inmigrantes como si fueran un terremoto. Con un decreto, el gobierno de Italia, encabezado por la ultraderechista Giorgia Meloni, declaró en las últimas horas el estado de emergencia en todo el territorio nacional para afrontar la cuestión de la inmigración.
La decisión, que es una muy mala noticia para los inmigrantes, fue aprobada en una reunión del Consejo de Ministros luego de que más de 3.000 personas llegaran en precarias embarcaciones a las costas italianas en los últimos tres días.
Si bien la política migratoria siempre estuvo en la mira del gobierno que conduce Meloni y formó parte de la plataforma electoral de su campaña, ahora, tras el aumento del flujo de personas provenientes de África del norte por las rutas del mar Mediterráneo, el gobierno adquiere más poder mediante el estado de emergencia nacional, el cual habilita ciertos procedimientos excepcionales, incluyendo el aumento de las estructuras disponibles para la repatriación de inmigrantes que “no tengan derecho a permanecer en Italia”.
Estado de emergencia
La medida implementada tiene una duración de seis meses y permitirá al ejecutivo enfrentar una “invasión”, como califica el propio gobierno al aumento del flujo de migrantes que llegan por mar al sur de Italia.
“Hemos decidido un estado de excepción en materia de inmigración para dar respuestas más eficaces y oportunas a la gestión de los flujos”, explicó la primera ministra, Giorgia Meloni.
La emergencia permite también la liberación de fondos, con la habilitación de 5 millones de euros, para gestionar con mayor rapidez los temas surgidos con la multiplicación de llegadas y agilizar los procesos de identificación y expulsión de inmigrantes.
Según fuentes oficiales, desde principios de 2023 hay 31.200 migrantes, lo que implica un incremento de 300% respecto al año pasado que ha saturado todos los centros de recepción actualmente activos en el país.
Advertencia a Bruselas
Las consecuencias de la medida que impulsa Meloni tiene además como objetivo advertir firmemente al Parlamento Europeo con sede en Bruselas y al resto de los socios comunitarios sobre que “Italia no puede ser la receptora de toda Europa de la ola migratoria que ingresa por el mar Mediterráneo, la cual ha visto crecer su número en los últimos días”, advierten voceros del Ejecutivo nacional.
Como un terremoto
La declaración de emergencia nacional contempla dotar al Ejecutivo de medios y poderes extraordinarios y es una figura que vale para crisis humanitarias, como las producidas por eventos naturales como terremotos o inundaciones.
Se trata, en este caso, de un acto administrativo regulado por el Código de Protección Civil que el Gobierno utiliza ante el flujo continuo hacia Italia, desde África del norte, de personas en situaciones críticas.
El precedente de Berlusconi
En este momento en Italia están en vigor una veintena de medidas de este tipo, desde la emergencia de los refugiados en Ucrania hasta varios casos de inundaciones, a menudo decididas incluso después de la solicitud del presidente de una Región o de una Provincia Autónoma.
El único precedente en materia de migrantes data de 2011 con el gobierno de Silvio Berlusconi, que preveía un plan para la distribución equitativa de los refugiados de África del norte en las distintas regiones, aunque en ese momento la ley contemplaba reglas diferentes.