Por Alejandro Salamone.-
Resiliencia: «En psicología, capacidad que tiene una persona para superar circunstancias traumáticas como la muerte de un ser querido, un accidente, etc. ´ la resiliencia potencia la felicidad´»
La definición es de la Real Academia y es la palabra que eligió Gustavo Navarro, platense nativo de 55 años, para titular su primer libro de poesías -presentado en sociedad recientemente- que ya supera expectativas de ventas en librerías de todo el país. Es que su propia vida tuvo mucho de eso, resiliencia. Caerse, volver a ponerse de pie, levantarse y andar, y después lo mismo, repetidas veces. En medio de las adversidades y también, por supuesto, de momentos felices que regala la vida, el autor nunca abandona su sentido solidario -el dinero de los libros va en donaciones a sectores necesitados- y jamás deja de lado la ayuda al prójimo, escuchar sus problemas y tratar de resolverlos, muchas veces hasta con esa palabra tan necesaria en momentos difíciles. «Hay que vivir sembrando, siempre sembrando…», dice en su carta de presentación Gustavo Navarro, durante una entrevista que brindó a 90lineas.com en su vivienda de Los Hornos.
Esa capacidad de ayudar al prójimo, a las instituciones, de sentirse parte de una sociedad en la que siempre es bueno abrir caminos, llegar a los demás brindando el trabajo que dignifica, quizás tenga mucho que ver con el largo camino del cooperativismo que Gustavo viene recorriendo y que hoy lo encuentra como titular de Cooperba, desde 2014, ya hace casi 10 años cuando ganó con el 95% de los votos, aunque es socio desde hace mucho más tiempo ya que la cooperativa nació en 1958 brindando servicios, consumos y viviendas, y en ese momento también era de créditos (esto último ya no, aclara Navarro).
El autor de Resiliencia se desempeña en el cooperativismo desde los 17 años, casi toda una vida dedicada a ayudar, a sembrar y seguir sembrando, como le gusta decir a él y como lo refleja en su libro que tiene siete capítulos muy interesantes: El Amor, Patria, Familia, La Vida, Mujer, Amigos y Resiliencia.
También hay que decirlo, Navarro acompaña toda su pasión por la poesía y por el cooperativismo con una enorme generosidad en muchos aspectos cuando la vida del prójimo lo requiere, y esa generosidad, esa actitud y compromiso, se convierten en oportunidades, crecimiento y en muchos casos salir de los pozos más profundos para los demás. «Hago muchas veces del piscólogo que no soy, mucha gente viene a hablar de sus problemas personales y yo escucho a todos», dice Gustavo y se ríe al mismo tiempo, porque también es una persona que elige reir, estar bien interiormente y en paz.
Navarro fundó cientos cooperativas genuinas, las acompaña desde el inicio y busca que todos tengan acción y ganen dinero trabajando a fondo. En Tucumán, solamente, lleva fundadas 600 cooperativas
EL LIBRO DE POESÍA
«A los 16 años escribí mi primera poesía, estaba enamorado…» cuenta el autor, y agrega; «A fines de 2021 tuve una crisis grande, personal, y entonces empecé a escribir, las poesías salían de adentro del alma, del corazón, y en una noche escribía hasta cinco distintas. Por eso le puse de título resiliencia, porque fui resiliente en muchos momentos de la vida, tanto por en el amor, por problemas de familia, por la patria…»
«Cuando hay una necesidad, hay una oportunidad, y cuando hay una crisis hay siempre una salida», asegura Gustavo.
En 2020 Navarro perdió a su madre por la pandemia y luego tuvo una crisis amorosa grande con una persona a la que consideraba como muy importante en su vida, emblemática, todo eso lo puso contra las cuerdas, pero como siempre sucedió en su vida personal salió adelante y la idea ahora es que lo que construyó en ese momento difícil, lo puedan conocer y utilizar otros a través de la lectura de sus poemas. Lo cuenta desde el lado de su experiencia no de su dolor, aclara.
Gustavo tiene tres hijos, Débora (26 años), Ezequiel (22) y Renata (9). «En momentos de crisis quizás uno no produce lo mismo en su ámbito laboral, pero yo creo que el haber separado las cosas me permitió seguir adelante. «Tengo tres amigos del ´círculo rojo´ pero muchos que me dio la vida, estudié en el colegio San José de La Plata y luego en la Universidad», señala.
La edición de «Resiliencia» se realizó en Dunken.
A Gustavo le quedan muchas poesía por dar a conocer, por eso ya trabaja en una segunda edición, pero además le gusta mucho pintar, y cuenta a este diario que ya hizo un cuadro con el mapa de la República Argentina, «estoy aprendiendo las técnicas para seguir con esto de la pintura».
«La felicidad uno la tiene que construir día a día, no depende de nadie, depende de uno mismo. Yo decido ser feliz, mantengo la alegría interna, todo tiene solución. La salud y la paz son primordiales siempre»
Luego de mencionar a Alicia Soraide quien lo contactó con Silvina Suárez (autora de un libro sobre Messi) y a Erika Voget como las personas que le dieron una gran mano en la edición de su libro, se refirió a la presentación que se realizó en el restaurante del Hipódromo platense: «Tuvo un fin 100% solidario», indicó.
¿A quien te gustaría que llegue el mensaje de tus poemas?.
La respuesta de Gustavo fue inmediata y muy clara: «Sería muy lindo que les llegue a todas las personas, yo creo en la igualdad de oportunidades. Algunos tendrán mucho dinero pero necesitan ser restaurados, levantados; que les llegue por ejemplo a una viuda que se siente sola, a un hijo que se siente incomprendido, a un amigo que se siente sin amigos, a los que habitan mi suelo, y a los que están en otro país que les sirva de ejemplo. Esto es integral, quiero alcanzar a todos», concluyó el autor.
Ya esperamos su segundo libro.
Gustavo Navarro