10.000 docentes.- A causa de la pauperización salarial, que solo en 2024 recortó en un 35 por ciento el poder adquisitivo de los trabajadores y trabajadoras de las universidades nacionales, y del ataque planificado, vía desfinanciamiento, a la educación superior y al sistema científico-tecnológico nacional -íntimamente ligado al mundo universitario-, desde que la ultraderecha asumió el gobierno nuestro país perdió más de 10.000 docentes del nivel superior de la educación pública.
En base a datos del Indec y de la Conadu, el mayor gremio de la docencia universitaria argentina, el presupuesto destinado a la educación superior -medido en relación al PBI- se redujo prácticamente a la mitad desde 2015 hasta hoy (de 0.85% a 0.43% -ver gráfico-), con una brusca caída en 2024 y la primera mitad de 2025, tiempo durante el cual el gobierno nacional viene manejando discrecionalmente las partidas públicas a raíz de la ausencia, deliberada, de un presupuesto nacional debatido y aprobado por el Congreso de la Nación, tal como manda la Constitución Nacional.
Así las cosas, el gobierno ultraderechista se ha manejado a lo largo de todo el año pasado con el presupuesto 2023, y lo mismo viene haciendo en 2025. Ello le ha permitido aumentar los salarios universitarios casi un 100 por ciento por debajo de la inflación acumulada, lo que representa una pérdida real del poder adquisitivo del 35%.
En tales circunstancias, son muchos los docentes universitarios que se han visto obligados a volcarse al pluriempleo, incluso en actividades que nada tienen que ver con aquello para lo que estudiaron y se formaron toda su vida. Por caso, los conductores de Uber a contraturno de las horas de clase son moneda corriente.
El rector de la Universidad Nacional del Litoral, Enrique Mammarella, explicó que la renuncia de docentes (¡177! en esa casa de estudios en menos de un año y medio) ya impacta en la calidad educativa. “Formar un docente o un investigador de alto nivel lleva una década. Lo que estamos perdiendo es muy difícil de recuperar”, anticipó
Un ejemplo muy revelador en ese sentido es el de Leonardo Amarilla, un cordobés dueño de un CV «envidiable», doctor en Ciencias Biológicas e investigador del CONICET, quien le contó al colega Andy Ferreyra, del diario Perfil, que el deterioro salarial lo obliga a trabajar cuatro horas adicionales al día como conductor de Uber y vendiendo comida casera.
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Pero muchos han decidido, directamente, irse del país o abandonar la docencia. En otras palabras, volvieron los tristemente célebres «ingenieros o arquitectos que manejaban un taxi en los ’90». Increíble pero real. Definitivamente, una sociedad puede tropezar no dos veces, sino muchas más con la misma piedra.
Según voceros de Conadu, «un docente que hoy ocupa 50 horas semanales dando clases, es decir, el máximo posible, no llega a fin de mes, por lo que busca complementos como Uber o Pedidos Ya».
Es ejemplificador el caso de la Universidad Nacional del Litoral. Como reflejan los diarios de esa región, «el reclamo por mayor financiamiento no es abstracto. Según datos oficiales de la UNL, entre enero de 2024 y mayo de 2025 se registraron 177 bajas en la planta docente: 151 renuncias y 26 licencias sin goce de haberes». Y enfatizan: «Lo más preocupante es el perfil etario de quienes se van: el 81% tiene menos de 50 años, lo que implica una pérdida sensible de docentes con formación, experiencia y proyección en la carrera universitaria. El rector de la UNL, Enrique Mammarella, explicó que esta situación ya impacta en la calidad educativa. “Formar un docente o un investigador de alto nivel lleva una década. Lo que estamos perdiendo es muy difícil de recuperar”, advirtió (www.reconquista.com.ar).
En otras palabras, volvieron los tristemente célebres «ingenieros o arquitectos que manejaban un taxi en los ’90». Increíble pero real. Definitivamente, una sociedad puede tropezar no dos veces, sino muchas más con la misma piedra
Desde octubre de 2024 no hay paritarias para los docentes universitarios. Los aumentos los otorga el gobierno por decreto y, por supuesto, por debajo de la inflación. Como se dijo, de esa manera el salario de los universitarios perdió casi 100 puntos porcentuales respecto al IPC desde que reina el extremismo en el país.
El jueves 26 y el viernes 27 de junio las universidades nacionales estuvieron totalmente paralizadas, ya que no se trató de un mero paro docente de 48 horas, sino que la medida de fuerza -que el primer día estuvo acompañada por una movilización desde la Plaza Houssay hasta la sede del ex ministerio de Educación- fue secundada por las autoridades de las casas de altos estudios y por los estudiantes, quienes están pidiendo, infructuosamente, que se actualice el valor de las becas. El titular del CIN -ente que reúne a todos los rectores y rectoras del país-, Oscar Alpa, dijo en Radio La Patriada que las becas Manuel Belgrano quedaron congeladas en 81.000 pesos por mes, mientras que el Progresar es de 35.000 pesos mensuales. La mitad de los alumnos y alumnas se encuentran por debajo del nivel de pobreza (canasta básica total), de manera que también se está registrando un éxodo de jóvenes.
Garrahan: «Hay médicas que venden cacerolas, tupper o ropa porque no llegan a fin de mes»
Durante la tarde-noche del 25 de junio, mientras transcurría el paro por 24 horas de todo el personal del Hospital Garrahan, una administrativa contó en la radio AM 750 que luego de sus 8 horas diarias de trabajo, y pese a que está estudiando para pasar a trabajar en los laboratorios del hospital y de que tiene que ocuparse de su hija, necesita poner el auto a trabajar en Uber todos los días porque de lo contrario «no llego a fin de mes; ya estoy cansada de decirle a mi nena que no: no al cine, no a comprarse tal cosa, no a todo. Es muy frustrante», afirmó. Pero dijo más: «Hay médicas que venden cacerolas, tupper o ropa porque no les alcanza el sueldo, a pesar de que trabajan toda la semana incluyendo una guardia de 24 horas». Así es la Argentina ultraderechista.
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10.000 docentes

«Tiene 12 años de formación académica: cinco de grado, cinco de doctorado y dos de posdoctorado. Es doctor en Ciencias Biológicas, licenciado en Genética, profesor con dedicación exclusiva en la Universidad Nacional de Córdoba e investigador asistente del Conicet. Sin embargo, el salario de Leonardo Amarilla es de $1.300.000 y apenas le alcanza para cubrir la canasta básica, por lo que debe trabajar horas adicionales como conductor de Uber y vendiendo comida casera para pagar el alquiler» (Diario Perfil)
10.000 docentes