Hoy es un día muy especial para mí y todo el equipo que me acompaña porque presentamos la fundación que lleva mi nombre. Desde la nueva Fundación Mauricio Macri nos dedicaremos a trabajar en distintos proyectos e iniciativas, entre ellos, muy especialmente, sobre programas e incentivos para promover en el país una educación de calidad. Nuestros programas se orientan a reconocer la innovación de los maestros y también a la formación de directivos para que puedan liderar la inmensa transformación que necesitamos.
La educación no puede ser un tema sólo de los docentes, de las efímeras autoridades que gobiernan, y muchísimo menos de los sindicatos. Es un tema fundamental de cada familia, que sabe que el destino de sus hijos dependerá de cuánto aprendan en su escuela.
Tenemos que asumir que la educación es algo demasiado importante para dejarlo solo en manos de ministros y delegados sindicales. Ellos no pueden ser los dueños del porvenir de millones de personas. Es cierto, esperamos que todos puedan aportar conocimientos y opiniones, pero la voz de las familias, que representan en sus demandas y anhelos a sus hijos, debe ser la que suene más fuerte, la que se escuche con más atención, la más respetada.
El mundo está cambiando a una velocidad sin antecedentes y la Argentina con sus políticas parece ir en sentido contrario en todos los temas, también en educación. Al mismo tiempo que a pesar de las dificultades creadas por el COVID en otros países no dejaron de enseñar y continuaron con una escolaridad casi normal, nosotros nos encerramos, nos apagamos, nos empobrecimos, nos aislamos en la educación y en el resto de las actividades que hacen a la vida.
Reconozcamos algo de una vez: no estamos así por la pandemia. Estamos así por la impericia del gobierno que tomó una secuencia de decisiones erradas en casi todos los temas que nos hicieron perder un año completo de escuelas. El daño causado sobre los alumnos es imperdonable y tal vez irreparable.
Recordemos que el destino común depende de cada uno de nosotros y de la fuerza que desarrollemos para actuar como un conjunto. El futuro que merecemos sigue intacto delante nuestro. Para alcanzarlo debemos antes que nada luchar contra la resignación y la mediocridad. Desde nuestro lado, esta fundación que comienza hoy es un paso muy importante en esa lucha. Vendrán muchos otros pasos, vendrán los tuyos que avanzarán sin que nadie los pueda parar.