Así comenzó a quedar a la vista de todos los modelos contrapuestos que se enfrentaban. Por un lado los sectores agroexportadores y contratistas del Estado asociados al mundo de las finanzas locales e internacionales, que crecieron al amparo del aumento exponencial de la deuda durante la dictadura que lideró Videla y tuvo como su mentor económico a José Alfredo Martínez de Hoz, con figuras como Domingo Cavallo como emergente del fatídico período que terminó en 1983.
La categoría “patria financiera” sigue estando tan presente hoy como en 1983, como aseguró el ministro de Economía, Martín Guzmán por estas horas. Es que en un reportaje concedido al canal de noticias C5N dejó bien en claro las diferencias entre lo que denominó economía real y la financiera y, una vez más, destacó el “enorme daño que para la Argentina” significó el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional que ahora renegocia y lo costoso que le resultará a todos los habitantes del país levantar la gravosa hipoteca.
Tan grave que el tema quedó reflejado en el informe el Fondo Monetario Internacional del miércoles, donde reconoció que el programa económico que implementó el gobierno de Mauricio Macri y por el cual recibió un crédito de 45.000 millones de dólares «no cumplió con los objetivos de restaurar la confianza en la viabilidad fiscal y externa».
«El programa salió de su curso en agosto de 2019 y la Junta Ejecutiva solo completó cuatro de las doce revisiones previstas. Las autoridades decidieron cancelar el acuerdo el 24 de julio de 2020», señaló en un comunicado tras la evaluación que realizó el directorio del organismo denominado “Evaluación Ex-post”, de carácter obligatorio cuando se otorgan créditos por encima de los cupos que le corresponden a cada país miembro.
El informe destacó que «en última instancia, la estrategia del programa resultó demasiado frágil para los desafíos estructurales profundamente arraigados y las realidades políticas de la Argentina» en la primera explicación formal del Fondo, sobre los motivos que llevaron al fracaso del plan de Macri para restaurar la estabilidad de la economía luego de la corrida cambiaria que se desató a fines de abril de 2018, en el programa más grande en la historia del organismo con el apoyo del board y la explícita incidencia de la administración de Donald Trump.
«Las líneas rojas de las autoridades se sumaron a las limitaciones en las políticas. Además, restaurar verdaderamente la confianza hubiera requerido no sólo mejorar las finanzas públicas, expandir la base de exportaciones y abordar otros desafíos estructurales, sino también demostrar que las reformas para estos fines serían duraderas, un desafío complejo dada la historia y la política económica de la Argentina», agregó el texto.
Una de las críticas del FMI apuntó a una decisión central de la gestión económica del gobierno de Cambiemos de apostar al ajuste fiscal y el control del dólar sin reestructurar la deuda ni restaurar el «cepo»
El presidente Alberto Fernández reaccionó al informe y manifestó su conformidad con el trabajo hecho público por la entidad. A diferencia de lo expresado por su portavoz, Gabriela Cerruti, quien en conferencia de prensa tildó de «tímido» el análisis, el mandatario calificó los dichos del Fondo como “lapidarios”. También, aseguró que confía en un acuerdo con la entidad, y destacó que «no esperaba más».
SITUACIÓN MUY GRAVE
Tan grave es la situación descrita en el informe, que el ministro Guzmán le reclamó al organismo que se evalúe “si se incumplió con su estatuto” que establece que no se otorguen créditos para “uso político”.
Y eso hizo que el fiscal federal Franco Picardi pidiera que una copia de la evaluación del Fondo sobre el préstamos concedido a la Argentina durante el gobierno de Mauricio Macri, sea incorporada a la causa en la que se investigan presuntas irregularidades, denunciadas por la actual administración en 2019. Picardi le pidió a la jueza María Eugenia Capuchetti que “tenga a bien solicitar al Ministerio de Economía de la Nación una copia del informe identificado como IMF Country Report No. 21/279”, que fue dado a conocer por el organismo multilateral de crédito.
Así mientras la economía real claramente muestra signos de recuperación con un crecimiento que terminará bastante por encima del 10% este año, es decir en los niveles prepandemia, con el agregado de una fuerte recuperación del empleo, que quedó reflejado en los últimos datos del Indec, el rubro financiero no sólo requerirá una elaborada ingeniería para sacar a la Argentina del atolladero, con el agregado de que la oposición sigue bailando en la cubierta del Titanic, escudada en supuestas cuestiones principistas como no subir impuestos –ni siguiera a quienes fugaron en forma injustificada acreencias al exterior- esgrimiendo como único camino posible de transitar la reducción del gasto.
Es el mismo esquema prometido por el macrismo al Fondo Monetario Internacional y que voló por los aires al quedar demostrado que no se puede achicar mucho más el gasto, en especial cuando se está saliendo de la pandemia, con el riesgo de frenar la potente reactivación que muestra la actividad.
RECUPERACIÓN DEL EMPLEO PRIVADO
La recuperación del empleo privado en el tercer trimestre fue uno de los indicadores que pudo exhibir el ministro como muestra del éxito de su gestión tan duramente cuestionada por una oposición totalmente enfrascada en un dogmatismo asfixiante, cuando no en luchas de poder apocalípticas y extemporáneas.
De acuerdo con los datos del Indec, para el tercer trimestre de este año, el desempleo bajó 1,4 puntos porcentuales frente al 9,6% del segundo trimestre para ubicarse en un 8,2%. Hace un año atrás había alcanzado el 11,7%, lo que significa. y se ubicó en el menor nivel desde 2017, informó el Indec. La cifra refleja que más de 1.700.000 de personas en condiciones de trabajar no tienen empleo.
Mientras tanto el conglomerado del Gran La Plata, que incluye a la capital bonaerense, Berisso y Ensenada registró una caída del 1,2% si se lo compara con el segundo trimestre del 2021, al pasar del 7,9 al 6,7%, aunque todavía hay 27 mil personas que buscan trabajo en la Región. En tanto, si se lo compara el tercer trimestre del 2021 con el de 2020, la merma fue del 0,7%. En los datos del Indec se destaca que la cantidad de personas ocupadas en el Gran La Plata en este período alcanzó los 370.000.
Pero si desde la economía el país está en camino de una franca recuperación, es desde del sector financiero y en especial el acuerdo con el FMI donde se ubica el principal obstáculo para la sostenibilidad del actual esquema de crecimiento, pese a las violaciones de su estatuto por parte del organismo y de las excusas pueriles de la oposición.
Al punto que uno de los diputados que terminó de detonar una salida para la aprobación del Presupuesto -Cristian Ritondo- sigue insistiendo en sus apariciones públicas que el gobierno de Alberto Fernández generó más deuda el año pasado que el macrismo, como si este incremento en la deuda no fuera el resultado de la refinanciación con los acreedores privados que permitió reducir drásticamente el monto total de las obligaciones. Además sigue metiendo en el mismo nivel las deudas en pesos con las obligaciones en moneda extranjera, sin admitir que la Argentina no emite dólares y no es lo mismo tratar con acreedores internos que externos.
Esa falta de entendimiento o al menos las excusas que se esgrimen sea por simple conveniencia política o por dogmatismo ideológico de no subir impuestos ni siquiera a quienes están haciendo fortunas gracias a la favorable coyuntura interna y externa, y no están dispuestas a hacer ningún aporte para sostener el actual esquema de bonanza, vuelve a poner al país en una coyuntura financiera muy difícil.
Al punto que ya comienzan a oírse voces disonantes dentro de la propia oposición que advierten que apostar a la falta de gobernabilidad provocada por la caída del presupuesto también deja a las provincias gobernadas por la UCR e incluso a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires en serios problemas de gestión.
Lo dicho, petardear al Gobierno en medio de la compleja renegociación de la deuda puede hacer que el difícil cuadro financiero de país se complique aún más, cuestión que se podía haber evitado si la oposición hubiera entendido que ganaron una elección de medio término que les otorgó mayor poder en el Congreso, lo que no implica cogobernar o torcer la gestión hacia las premisas que defienden.
Esas mismas premisas que vienen fracasando desde el fin de la última dictadura y de cuyas restricciones sólo se logró salir en forma trabajosa y efímera, durante buena parte de los doce años en que gobernó el kirchnerismo.