El 25 de abril de 1952, por primera vez en la historia, mujeres argentinas asumieron como diputadas y senadoras nacionales. Ese día, la gigantesca disrupción cultural que significó Eva María Duarte en la vida social y política fue encarnada por 29 maestras, empleadas de comercio, enfermeras o amas de casa que se convirtieron en pioneras al ocupar 23 bancas en la Cámara de Diputados y 6 en el Senado.
La historiadora Julia Rosenberg habló de «una ruptura muy grande», ya que «Eva Perón no solamente generó algo inédito al incorporarlas como representantes políticas, sino que además generó un quiebre dentro del movimiento de mujeres respecto de la pertenencia de clase. Ella pensaba el género entramado con la cuestión de clase«.
Eran tiempos en que el rol casi exclusivo que se le asignaba a la mujer era el hogar; madre y ama de casa. Pero de la mano del peronismo femenino, comenzaron a discutir de igual a igual con los hombres sobre todos los temas, a presidir las más diversas comisiones en el Congreso y hasta a ocupar lugares en la línea de sucesión.
En ese contexto, «sabemos que la mayoría eran docentes, trabajadoras de comercio, enfermeras, amas de casa. También que no pertenecían al mismo universo que aquellas mujeres que durante la primera mitad de siglo XX formaron parte de las agrupaciones feministas, que en general eran universitarias, pertenecían a una cultura letrada y, de alguna manera, a la élite».
«A Evita le gustaba llamarlas mujeres de pueblo. En general no tenían un recorrido político previo, sino que habían empezado su actividad política dentro del peronismo. Muchas de ellas, incluso, provenían de lo que se llamaba ‘trabajo social’, en la Fundación Eva Perón».
«Es que Eva Perón va a tener como interlocutoras predilectas a las mujeres trabajadoras, a las que va a ver enfrentadas a las mujeres de la oligarquía. Esto se observa en los discursos de las propias legisladoras en el Congreso, que lo van a tomar como bandera», subrayó.
Un emblema
Ana Carmen Macri fue y será un emblema. Se sumó desde el minuto uno a la causa peronista con una convicción y entrega pocas veces vista. Realizó una labor social enorme en el marco de la Fundación Eva Perón, hasta que fue elegida por Evita para representar al país en la Conferencia Interamericana de Mujeres de 1948. De allí, el paso a la política fue casi natural.
Cofundadora del Partido Peronista Femenino (PPF), en el año 51 se convirtió en una de las primeras 23 mujeres elegidas como diputadas nacionales en la historia del país. Estuvo presa en condiciones infrahumanas durante 3 años luego del golpe del 55, tras lo cual se sumó al Comando Táctico de la Resistencia Peronista. El 4 de febrero de 2022, a los 105 años, pasó a la inmortalidad.
Los hogares de tránsito que fundó Eva Perón implicaron un giro de 180 grados en la política social, pues se pasó de la beneficencia de los ricos al alojamiento temporal de los pobres «hasta que se les consiguiese trabajo y una vivienda definitiva»
Cuando en 1949 Evita envió una delegada a cada provincia para formar el PPF, Ana Carmen estuvo entre las elegidas. Su destino, Tucumán. Allí, en menos de 90 días afilió a 6.500 mujeres, por lo que Eva la mandó a Santa Fe, provincia en la que abrió casi 700 unidades básicas.
Como diputada de la Nación por la Capital Federal tuvo recordadas iniciativas e intervenciones, sobresaliendo la del día en que defendió la sanción de la ley que borraba la distinción entre hijos legales e ilegales de acuerdo al estado civil de los padres: “Serán hijos todos, los unos y los otros, como todos somos seres humanos”, sentenció, en una época donde para un vasto sector de la sociedad esa ley era una suerte de herejía.
De la beneficencia a la asistencia social temporaria
Nació en la Ciudad de Buenos Aires el 15 de julio de 1916. Fue maestra, secretaria del departamento de radiología del porteño Hospital Rivadavia y visitadora médica. Cuando Evita creó la Fundación de ayuda social que llevó su nombre, el médico Armando Méndez San Martín (que sería ministro de Educación entre 1950 y 1955) recomendó especialmente a Ana Carmen por su capacidad de trabajo y de organización.
Fue así que la nombraron directora del Hogar de Tránsito Nº 2, que funcionaba en la calle Lafinur 2988, donde hoy lo hace el icónico Museo Evita.
Los hogares de tránsito implicaron un giro de 180 grados en la política social en el país. De hecho, reemplazaron a los asilos que solventaban las damas de la Sociedad de Beneficencia a las que Evita tenía entre ceja y ceja.
En los hogares se alojaba, en las mejores condiciones, a familias pobres que generalmente llegaban desde el interior, o bien a mujeres solas con hijos, hasta que se les consiguiese trabajo y una vivienda definitiva. En el mientras tanto, se les brindaba asistencia médica completa, vestimenta y alimentación de excelente calidad.
De esa forma, revolucionaria para la época, que tenía Evita de entender la acción social, se fueron nutriendo a través de un duro trabajo cotidiano muchísimas mujeres. Entre las que más destacaron y por mucho, estuvo Ana Macri.
Una «bomba atómica» suelta en Tucumán y Santa Fe
En el Hogar de Tránsito 2, Ana Carmen conoció personalmente a Evita. Ese encuentro le cambió radicalmente la vida, como ella misma contó. Y es que Eva “la fichó” como una mujer que entendía y sentía al peronismo como ella creía que debía ser.
En 1947 se dio un paso medular de la revolución femenina en la sociedad argentina con la sanción de la ley 13.010 de sufragio femenino. A partir de allí, Eva María Duarte comenzó a pergeñar el Partido Peronista Femenino, que hacia 1954 tuvo la misma incidencia que el masculino en cuanto a las listas para cargos electivos.
¿Por qué el PPF? Algunos remarcan que existía la idea de que, desde el punto de vista político, el hombre y la mujer cumplían roles diferentes dentro del movimiento. Pero también es cierto que Evita quería evitar que los caudillos, sobre todo en el interior del país, manipularan a las mujeres. Fue por ello que el partido tuvo hasta sus propias unidades básicas.
Antes de convertirse en una integrante clave de la estructura partidaria femenina, Ana Carmen tuvo un bautismo de fuego a nivel internacional. En 1948 se llevó a cabo la Conferencia Interamericana de Mujeres en Bogotá, Colombia, y Evita le encomendó a Ana ser la asesora argentina. Macri, además, fue la prosecretaria del megaevento, donde se abordaron todos los temas referidos a la mujer a nivel continental.
Ana Carmen tuvo destacadas intervenciones durante la Conferencia, que finalizó con la aprobación de dos convenciones interamericanas: una contemplaba la concesión de los derechos civiles a la mujer, y la otra la concesión de los derechos políticos.
Primero, conocer a Evita. Segundo, esta experiencia política. Fueron dos jalones que cambiaron la vida de Ana Carmen Macri. Todavía quedaban varios más.
PPF y diputada pionera
A su regreso de Colombia, Ana Carmen se constituyó en una de las fundadoras del Partido Peronista Femenino, hecho que se formalizó con un gran acto en el Teatro Nacional Cervantes. ¿Próximo paso? Organizar el partido a nivel nacional.
Evita eligió a 23 mujeres y a cada una le asignó una provincia. Todas partieron el 22 de octubre de 1949. Ana Macri recaló en Tucumán, donde -como dijimos- en tres meses afilió a 6.500 mujeres. Fue entonces cuando Eva le dijo: “Peti, te relevo de tu puesto en Tucumán porque allí hasta las piedras son peronistas. Te necesito en Santa Fe”.
El 11 de noviembre de 1951 la formula Perón-Quijano se impuso con el 63,51% de los votos a la conformada por Balbín y Frondizi. Si se desagregan los votos entre hombres y mujeres, el resultado demuestra que las mujeres optaron en mayor proporción que los hombres por el peronismo
Pronto, Santa Fe también conoció la capacidad de trabajo de Ana. “Recorrió cuatro veces todas las cabeceras departamentales de la provincia y abrió 658 unidades básicas. Tal era el nivel de actividad que en una oportunidad, en Rosario, se inauguraron 53 unidades básicas en un mismo acto, que se realizó en el Teatro El Círculo. Cuando Ana Macri preguntó con qué criterio debía elegir a las mujeres para incorporarlas al partido, Evita le respondió: ‘Elegí entre las más peronistas, es decir, entre las que más trabajen’” (Comando Evita, 2020).
El propio Juan D. Perón apodó a Ana Carmen “bomba atómica” a raíz de su forma de trabajar.
Congreso nacional, cárcel y resistencia
A partir de la conformación del PPF, el peronismo comenzó a elegir a sus representantes mediante las famosas “tres ramas del movimiento, la masculina, la femenina y la sindical”. En los 70 serían cuatro, pues se incorporó la rama juvenil.
No obstante, para las elecciones de 1951 no se pudo cumplir con esas proporciones. Por ende, sobre 135 bancas de diputados nacionales que consiguió el justicialismo, apenas 23 fueron para mujeres. En 1954 sí se repartirían los lugares en tres tercios. Así y todo, esas 23 mujeres más las 6 que ingresaron como senadoras hicieron historia pues fueron las primeras que llegaron al Congreso nacional; ningún otro partido político tuvo representación femenina.
Tras el sangriento golpe de Estado de 1955, Ana Carmen Macri junto a otras dirigentes peronistas, como la también diputada Delia Parodi, fueron condenadas a prisión perpetua por “traición a la patria” y “asociación ilícita”.
“No es tiempo de disidencias”
En la entonces Cárcel de Mujeres de Buenos Aires, en el barrio de San Telmo, estuvo un año en condiciones infrahumanas (hacinamiento, comida en mal estado, imposibilidad absoluta de salir de la celda, sin luz por las noches, sin atención médica y bajo un maltrato permanente por parte de las Monjas del Buen Pastor), pese a lo cual Ana Carmen redobló sus convicciones políticas.
En el 56 fue trasladada a la cárcel de Olmos, en La Plata. Allí conoció a Alicia Eguren, la compañera sentimental de John William Cooke. Ana Carmen no coincidía en muchas cosas con Alicia, a la que consideraba “muy de izquierda”.
No obstante, luego de su liberación en 1958, año en que asumió la presidencia Arturo Frondizi, dejó a un lado toda disidencia. El enemigo era muy poderoso para andar con divisiones, por lo cual se incorporó al Comando Táctico peronista y participó activamente de la resistencia. Mantuvo un permanente contacto con Perón mediante cartas y trabajó en la primera línea para lograr su regreso al país.
«Eva Perón no solamente generó algo inédito al incorporarlas como representantes políticas, sino que además provocó un quiebre dentro del movimiento de mujeres respecto de la pertenencia de clase. Ella pensaba el género entramado con la cuestión de clase» (historiadora Julia Rosenberg, agencia Télam, 24 de abril de 2022)
CUANTAS MUJERES PERONISTAS MERECEN UN MONUMENTO AL IGUAL QUE LA HERENCIA , DE TANTO GAUCHO QE CONSTRUYO ESTE PAIS ,PARA EL DISFRUTE DE ESA OLIGARQUIA ,…CON OLOR A BOSTA….!!!!