María Romilda Servini de Cubría tiene a su cargo, desde hace casi 34 años, el Juzgado Federal en lo Criminal y Correccional Nº 1, de vital importancia porque es, a su vez, el que tiene competencia electoral a nivel nacional. Este viernes 1º de noviembre, a 18 días de que cumpla exactamente 34 años al frente de ese juzgado federal, dijo que la lista que encabezaba el gobernador riojano Ricardo Quintela para disputar la presidencia del Partido Justicialista no está respaldada por la documentación necesaria, por lo cual, la dos veces ex presidenta de la Nación y principal líder política del país, Cristina Fernández de Kirchner, quedará al frente del mayor partido político de la República Argentina.
Cristina Fernández ya le pidió a su histórico secretario privado que llamase a Quintela para coordinar una reunión entre ambos el lunes. En el entorno del riojano respondieron que intentarán hacerle llegar el mensaje a la brevedad, aunque aclararon que viajó con la intención de estar incomunicado todo el fin de semana. En tanto, cerca de la primera mujer elegida presidenta del país por el voto popular (a falta de una, dos veces) subrayaron que “Cristina quiere buscar la unidad de todo el peronismo” y que “trabajará con todos en su reconstrucción” (1).
“Creemos que el peronismo puede volver a ser la herramienta que, junto a otras fuerzas políticas y sociales, permita reconstruir el Movimiento Nacional que protagonizó los mejores momentos de la Patria. Es la Patria la que está en peligro y la que nos convoca en este momento de odio y destrucción que encarna el gobierno de Javier Milei y su socio, Mauricio Macri” (Cristina Fernández de Kirchner)
Cristina está acompañada en la lista por el jefe del bloque peronista de diputados nacionales, Germán Martínez, y por el jefe del interbloque peronista de senadores, José Mayans; por los líderes de los principales y más combativos gremios de la industria, como Ricardo Pignanelli (SMATA), Abel Furlán (UOM), Guillermo Moser (Luz y Fuerza), entre otros; por referentes de numerosas provincias, como Lucía Corpacci (Catamarca), Luis Manzur (Tucumán), Sergio Uñac y José Luis Gioja (San Juan), María Florencia Carignano y Agustín Rossi (Santa Fe), Carlos Alberto Linares (Chubut), Anabel Fernández Sagasti (Mendoza), Ana Clara Ianni (Santa Cruz), María Emilia Soria y Claudio Doñate (Río Negro), etc; por referentes o intendentes de distritos claves de la provincia de Buenos Aires, como Agustina Propato -pareja de Sergio Berni- (Zárate), Leonardo Nardini (Malvinas Argentinas), Fernanda Raverta (Mar del Plata), Mayra Mendoza (Quilmes), Mariel Fernández (Moreno), Gustavo Menéndez (Merlo), Jorge Federico Otermín (Lomas de Zamora), Ariel Sujarchuk (Escobar), Leonardo Grosso (San Martín), entre muchos más, y de dirigentes históricos como Felipe Solá y Julián Domínguez, por nombrar apenas dos.
Asimismo, CFK ha recibido en las últimas horas el respaldo explícito de la vicegobernadora bonaerense y referente de La Matanza, Verónica Magario, junto con varios jefes comunales que no se habían expresado públicamente pero que rechazaron de plano el intento de la lista opositora de judicializar la elección.
Si bien públicamente siguió llamando a la unidad, el mandatario bonaerense, Axel Kicillof, también se opuso con vehemencia a la intentona del entorno de Quintela de llevar el PJ a la Justicia.
Wado de Pedro rescató la figura de Quintela y apuntó a parte de su entorno: “Hay algunos compañeros que comen de la pelea, que viven del negocio de la política. Y Néstor decía que no estamos en el negocio de la política. Estamos en la política para transformar y cambiarle la vida a la gente”
Resuenan en estos momentos las palabras que hace pocos días pronunció la líder de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, para describir la decisión de Milei de polarizar políticamente con Cristina Fernández de Kirchner: “Este chico (en referencia al presidente) está jugando con fuego…”
Tras analizar esa “mala estrategia”, en lugar de buscar un o una rival de menor talla, Carrió advirtió que “polarizar” con Cristina puede ser el camino directo a que “le salga el tiro por la culata”.
No decimos nada nuevo si decimos que Cristina Fernández de Kirchner es la principal dirigente política del país, la más culta y la más lúcida -por lejos-, la que cuenta con mayor número de seguidores y seguidoras incondicionales, la persona con la que ningún opositor al peronismo quisiera debatir ni 10 minutos bajo riesgo de terminar humillado, (quizás) la única política que si llega de sorpresa a un humilde barrio de La Matanza -o podría ser de cualquier lugar del Conurbano- recibe muestras de afecto como este país sólo conoció en su caso y en el de Eva Perón; y si decimos que hoy por hoy es la más feroz opositora a la “tragedia social y emocional” que el gobierno ultraderechista le está provocando a cada vez más sectores de la sociedad argentina.
Pues bien, esa mujer será, en pocos días, la presidenta del Partido Justicialista, el principal partido político argentino, con ramificaciones que llegan hasta el rincón más recóndito del país. Y conociéndola, se sabe que con su estilo “7×24” convertirá el sello PJ en el mayor dolor de cabeza del gobierno ultra.
“No sobra nadie”, dijo Cristina Fernández. Y, tomando en cuenta el llamado a Quintela para reunirse el lunes, antes de asumir está demostrando que su intención de sacudir de la modorra al partido “enderezando lo que se torció y ordenando lo que se desordenó” va muy en serio.
Viviremos una situación inédita en Argentina, por si no alcanzara con la “distopía anarcocapitalista”: un Partido Justicialista aglutinando y coordinando al universo opositor frente a un gobierno que para CFK está en las antípodas de lo que “deber ser”.
“Las imágenes de legisladores y gobernantes de nuestro partido apoyando a Milei en el Congreso, votando favorablemente medidas como el RIGI o validando su veto contra los jubilados y las universidades, es algo que no podemos ignorar ni aceptar. Frente a ello, cada dirigente, cada militante, cada peronista debe tener una conducta clara y una expresión concreta frente a la sociedad. No todo puede ni debe ser lo mismo”, enfatizó en el segundo párrafo de su carta “La Patria nos convoca”.
No es lo mismo
Cada legislador o legisladora que levante el ideario peronista ahora se sentirá muy respaldado, así como aquel o aquella que le dé la espalda lo pensará dos veces o directamente se cambiará públicamente la camiseta. Cada gobernador, cada intendente o intendenta peronista de cualquier rincón del país se sentirán respaldados. Los militantes, los dirigentes sociales, sindicales, estudiantiles, los empresarios pyme que luchan a brazo partido contra las políticas de destrucción del gobierno se sentirán acompañados. Porque no es lo mismo sentirse parte de un vasto universo -como es el peronismo- fragmentado y sin norte que sentirse parte de un peronismo y un PJ que tiene en el timón a la más capaz, lúcida y corajuda dirigente política de las últimas décadas. Definitivamente, no es lo mismo.
Cristina Fernández sabe que en unos días -el 13 de noviembre- la proscribirán formalmente, cuando la Casación ratifique el ridículo e impresentable fallo -sin una sola prueba- en la llamada Causa Vialidad. Ello ocurrirá cuatro días antes de que asume la presidencia del Partido Justicialista, y sólo logrará que lo sacuda más y que lo convierta aún más rápido en la herramienta opositora por excelencia. Salvo que el poder económico concentrado haya aprendido algo de la “experiencia brasilera”, donde los grandes empresarios tuvieron que meterse el lawfare en el bolsillo y salir corriendo a buscar a Lula da Silva antes de que la ultraderecha “verdeamarelha” terminara de destruir la nación. Difícil creerlo.
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“No fue magia haber terminado 12 años y medio de gobierno con la Plaza de Mayo desbordada y una inmensa mayoría de argentinos con futuro y dignidad. Fue un proyecto político ejecutado con convicción, coraje y firmeza”.
“¡Ojo! No se trata de volver hacia atrás, sino de dar cuenta y testimonio de lo hecho para que sea creíble lo que queremos hacer, teniendo más que claro que hoy debemos incorporar las nuevas demandas sociales. Lo planteé de frente y sin metáforas -como siempre lo he hecho en mi vida- en el documento de trabajo publicado el pasado 6 de septiembre titulado ‘Es la economía bimonetaria, estúpido’; cuando describí cómo el peronismo se había torcido y desordenado, y propuse una serie de ejes para el debate que las y los militantes políticos de nuestro espacio debemos dar”.
Pues bien, se avecina el debate con todos y el paso a la acción, dos cosas que en este momento tan aciago deben ir de la mano, y que con Cristina Fernández de Kirchner en el timón del PJ no son lo mismo; definitivamente, no son lo mismo.
“Yo sé que ustedes recogerán mi nombre y lo llevarán como bandera a la victoria” (Evita)