Por Javier Balsa, Pehuén Romaní, Guillermo de Martinelli y Juan I. Spólita (*)
La particular coyuntura generada por el Covid-19 seguramente tendrá impacto sobre las subjetividades políticas argentinas en el futuro. Pero poco sabemos sobre lo que está aconteciendo hoy. ¿Será que los kirchneristas se están distanciando del gobierno? ¿Estarán decepcionados quienes no eran kirchneristas pero votaron a Alberto? ¿Los macristas acompañan a los referentes de Juntos por el Cambio en sus duras críticas a las medidas oficialistas?
Las subjetividades políticas no se parecen a posiciones ideológicas claramente definidas. Ninguna persona es totalmente coherente en estos planos. Retomando a Ernesto Laclau, podemos decir que todos somos «identidades referenciales», pues cada uno/a asume una posición subjetiva específica según cómo nos posicionemos en cada tema frente a los discursos que nos interpelan y que tratan de que nos referenciemos en ellos.
Así, en el ámbito de lo político, en cada coyuntura nos sentimos atraídos por alguna de las narraciones/explicaciones que procuran concitar nuestro apoyo. Y al hacerlo, vamos configurando nuestra subjetividad política. Estas subjetividades pueden presentar cierta estabilidad, aunque en situaciones de crisis es posible que se generen importantes cambios.
En Argentina, las preferencias políticas tienden a ser bastante estables. A lo largo de las últimas dos décadas, dos grandes porciones de la ciudadanía mantuvieron sus orientaciones políticas a la hora de votar: un poco más de un tercio hacia el peronismo-kirchnerismo, y otro tanto hacia las fuerzas de orientación neoliberal y opuestas al peronismo. Tan solo porcentajes pequeños de los/as electores se inclinaron por otras fuerzas políticas. Resta aproximadamente un 15% de la ciudadanía, que son quienes, oscilando entre las dos opciones mayoritarias, han definido el resultado de cada elección.
La pandemia está afectando en forma directa a todas las personas en los aspectos más concretos de sus vivencias cotidianas. En este sentido, es un fenómeno que tiene la capacidad de atravesar a toda la población, con mayor intensidad que la que generan los procesos electorales, más allá de su obligatoriedad. El interrogante que surge es en qué medida el Covid-19 ha puesto en tensión las subjetividades políticas.
Como decíamos, estas subjetividades son sumamente complejas y referenciales. Encontrar las lógicas que guían estas subjetividades es una tarea sumamente difícil. Cada sujeto tiene sus propias características y formas de pensar la política, marcadas por específicas trayectorias e innumerables interpelaciones que lo fueron constituyendo y modificando. Sin embargo, a partir de algunas preguntas es posible obtener indicios y proponer algunas hipótesis sobre los colectivos con similitudes en la forma de pensar la
política y en reaccionar frente a cada coyuntura.
Así, desde el equipo SocPol de la Universidad Nacional de Quilmes, a través de una reciente encuesta de más de 3.200 casos realizada en la Provincia de Buenos Aires y en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, nos propusimos avanzar sobre estas cuestiones.
Por un lado preguntamos, en 2019, quién quería que ganara las elecciones presidenciales (Fernández, Macri o le daba lo mismo cualquiera de los dos), y también indagamos sobre qué le generaban tanto las políticas de Cristina Fernández de Kirchner como las de Mauricio Macri (si le apasionaban mucho, le gustaban, ni le gustaban ni le disgustaban, no le gustaban o le daban mucha rabia).
Esto nos permitió identificar cinco tipos de subjetividades políticas, a quienes les pusimos las siguientes denominaciones:
● «Kirchneristas»: le gustaban o le apasionaban las políticas de Cristina Fernández de Kirchner.
● «Votantes a Alberto Fernández no kirchneristas»: no le gustaban las políticas de Cristina o le eran indiferentes, pero en 2019 querían que ganara Alberto Fernández.
● «Apolíticos»: dicen que en 2019 les resultaba igual que ganara Alberto Fernández o Mauricio Macri y, a la vez, no le gustaban las políticas de Cristina ni las de Macri. Además, se sienten muy lejos de todos los partidos políticos. En general, por otras respuestas, se infiere que la mayoría de ellos/as ha votado a Macri, a Espert, a Lavagna o en blanco.
● «Votantes a Macri no macristas»: No les gustaban las políticas de Macri o les resultaban indiferentes, pero en 2019 querían que ganara Macri.
● «Macristas»: querían que ganara Macri y les gustaban sus políticas.
Además, existe un pequeño porcentaje que se ubica cerca del trotskismo, organizado en el Frente de Izquierda y los Trabajadores (por la poca cantidad de casos, no ha sido posible incluirlos en los posteriores análisis). La ciudadanía porteña y bonaerense se distribuye entre estas seis subjetividades en los porcentajes que se observan en el siguiente gráfico:
Las preguntas con las que construimos estas posiciones abordan cuestiones del pasado (lo que sentían frente a las políticas de anteriores gobiernos y el resultado deseado en las elecciones de 2019). Así que nos resta analizar cuánto han incidido estas posiciones en las evaluaciones de las políticas del gobierno nacional frente a la pandemia y, a su vez, en qué medida esta particular coyuntura -cuando la política no tiene tiempo ni espacio- puede estar alterando las subjetividades políticas.
Es habitual que, en los momentos de grandes crisis, la mayoría de la ciudadanía apoye inicialmente las posiciones de sus liderazgos gobernantes. Así ocurrió en muchos países al inicio de la pandemia, reflejándose en los altos porcentajes de evaluación positiva que tenían los principales gobernantes. Pero, pasado un tiempo, cada uno tiende a realizar sus evaluaciones y a responder frente a interpelaciones diferentes y hasta opuestas a las del discurso oficialista.
Lo que hemos encontrado son dos situaciones claramente diferentes entre las distintas subjetividades políticas. Los que querían el triunfo de Alberto Fernández, sean kirchneristas o críticos del kirchnerismo, muestran una fuerte unidad en apoyo al gobierno y sus medidas. En cambio, una importante porción de los apolíticos y de los votantes a Macri están siendo exitosamente interpelados por el discurso oficialista, lo que se observa en sus opiniones y, también, en sus actitudes.
Analizando más en detalle esta cuestión, encontramos que quienes son kirchneristas apoyan claramente las medidas del gobierno nacional y realizan una evaluación muy positiva de la gestión. Prácticamente todos/as opinan positivamente sobre cómo manejó el gobierno la pandemia, responsabilizan del aumento de casos en el segundo semestre a los que salieron a hacer marchas anticuarentena o a la oposición, piensan que el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) estuvo bien y acuerdan con la restricción de circulación nocturna o, incluso, piensan que debería prohibirse más la circulación. En la base ciudadana kirchnerista no existe una mirada crítica sobre el gobierno de Alberto Fernández.
Quienes querían que ganara Alberto Fernández, aunque no les gustaban las políticas de Cristina Kirchner, también apoyan las medidas y la gestión del oficialismo, aunque con algunas excepciones. Alrededor de uno de cada diez de estos no kirchneristas es crítico de la gestión de la pandemia, responsabiliza al gobierno por el aumento de los casos, no le gusta la implementación del IFE, o considera a la restricción
de circulación nocturna como innecesaria y que coarta las libertades. Pero esto significa que los otros 9 de cada diez no kirchneristas tienen opiniones favorables hacia las medidas gubernamentales, aunque no siempre con la firmeza que muestran los kirchneristas.
Lo que realmente sorprende es que alrededor de un tercio de los que querían que ganara Macri apoyan las medidas del gobierno y realizan una evaluación positiva o bastante positiva de la gestión. Incluso entre los macristas (a quienes les gustaban las políticas de Macri) existe una porción importante que opina que el gobierno hizo lo que pudo frente a la pandemia, que acuerda con el IFE o los ATPs y que, incluso, responsabiliza a los que salieron a hacer marchas anticuarentena por el aumento de
casos de Covid-19. Merece destacarse que la mitad de los macristas opina que la restricción de la circulación nocturna es una medida correcta o directamente solicitan más prohibiciones a la circulación.
Los porcentajes de adhesión a las medidas oficiales son un poco mayores entre quienes querían que ganara Macri pero no le gustaban sus políticas. En este sentido, la asociación de muchos de los principales referentes de Juntos por el Cambio con las marchas anticuarentena y con una oposición dura frente a las medidas del gobierno para contener la difusión del coronavirus parece estar erosionando la base electoral opositora.
Por último, algo más de la mitad de los/as que denominamos como «apolíticos» adhiere a las políticas del gobierno nacional para el combate de la pandemia. Destacándose que tres cuartos de ellos/as está a favor de la restricción de circulación nocturna o solicita más prohibiciones.
Al final de esta nota hemos colocado cuatro gráficos que muestran más específicamente la manera en que estas subjetividades afectan las opiniones sobre las medidas del gobierno para gestionar la pandemia, y también cómo la propia particular coyuntura generada por el Covid-19 ha modificado a una porción de los votantes a Macri, que actualmente son bastante favorables a la gestión oficialista.
Asimismo, podemos ver que estas opiniones favorables a las medidas del gobierno por parte de sectores que no lo habrían votado en 2019, se extiende hacia las actitudes en favor de la vacunación. En el conjunto de los/as encuestados/as, un 47% manifiesta que se vacunará ni bien pueda, con cualquiera de las vacunas, y un 12% que lo haría con alguna de las vacunas que ya ha adquirido el gobierno (la Sputnik, la de Astrazeneca o la de Sinopharm). Porcentajes de aceptación que seguramente se irán elevando a medida que se pueda observar que las vacunas no presentan reacciones adversas.
Sin embargo, la orientación política de los/as encuestados/as incide claramente en las actitudes que hoy manifiestan sobre este tema: la enorme mayoría de los/as kirchneristas se vacunaría ya mismo con cualquier vacuna (77%), mientras que entre los/as macristas un 33% no quieren vacunarse y un 30% sólo lo haría si pudieran elegir la vacuna y, en ese caso, optaría por la de Pfizer (justo la de origen norteamericano, y que el gobierno aún no ha logrado acordar su compra).
De todos modos, es posible observar que cuatro de cada diez macristas está dispuesto a vacunarse ya mismo con cualquier vacuna o lo haría con las vacunas que el gobierno ha adquirido (Sputnik, la de Astrazeneca o la de Sinopharm). En el caso de los votantes a Macri no macristas, esta proporción es aún un poco mayor, y alcanza a casi la mitad de quienes denominamos como «apolíticos» (el gráfico al final de la nota detalla mejor estos porcentajes). Nuevamente, es posible observar que una muy importante
porción de la base electoral del macrismo no acompaña al discurso muy crítico contrario a la campaña de vacunación oficial.
En síntesis, las subjetividades políticas tienen una clara influencia a la hora de evaluar la gestión del gobierno e, incluso, de definir las conductas individuales de la mayoría de la ciudadanía. Sin embargo, frente a una serie de posiciones de numerosos dirigentes de Juntos por el Cambio favorables a la apertura de diversas actividades que podrían favorecer la circulación del virus, el gobierno de Alberto Fernández parece estar consiguiendo que un importante sector de la base electoral del macrismo adhiera a sus políticas frente a la pandemia. Probablemente, la correcta gestión de la campaña de vacunación, más una actitud más firme para evitar una mayor propagación del virus (en particular con el aumento del uso del transporte público masivo que podría generar una apertura indiscriminada y mal planificada de las clases presenciales) permitan al oficialismo convertir estas evaluaciones positivas en futuros apoyos electorales.
Ficha técnica de la encuesta:
• Fecha de relevamiento: del 9 al 16 de enero de 2021.
• Universo: población mayor de 18 años, residentes en la Provincia de Buenos Aires y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
• Diseño muestral. Captura de casos a través de publicidad en Redes Sociales (Facebook e Instagram), segmentada proporcionalmente por género, edad y partido/jurisdicción. En provincia se relevaron todos los partidos del Gran Buenos Aires, los tres grandes aglomerados urbanos (Gran La Plata, Gran Mar del Plata y Gran Bahía Blanca) y 15 partidos del resto de la provincia.
• Tamaño de la muestra: 3.244 casos.
• Cantidad de preguntas: 110.
(*) Realizado por SocPol – UNQ (Instituto de Economía y Sociedad en la Argentina Contemporánea de la Universidad Nacional de Quilmes). Contacto a: socpoliesac@gmail.com