Así describió días atrás la coyuntura argentina el Premio Nobel de Economía, Joseph Stiglitz, quien se refirió en términos muy elogiosos a la recuperación económica lograda por el país, al tiempo que resaltó la gestión del ministro Martín Guzmán.
El premio Nobel trazó un paralelismo entre la situación económica argentina y la de los Estados Unidos. «Con muchos menos recursos y merced a las políticas del gobierno actual para fortalecer la economía real, el país ha estado disfrutando de una recuperación notable”, puntualizó, y aprovechó para enviarle un mensaje al Fondo Monetario Internacional (FMI), en el sentido de que debe «eliminar las sobretasas» que cobra a las naciones a las que realizó préstamos extraordinarios.
Ese fue el caso argentino durante la gestión de Cambiemos, pues el organismo de crédito internacional otorgó en apenas 29 días el mayor préstamo de su historia; un préstamo literalmente impagable.
El gobierno argentino actual exige que el FMI elimine las sobretasas argumentando que fue corresponsable de la situación por haber dado un crédito a un país insolvente y salteándose su propio estatuto.
RICOS VS. EMERGENTES
DURÍSIMAS CRÍTICAS A JUNTOS POR EL CAMBIO
“Dado el enorme tamaño del préstamo que debe refinanciarse, un acuerdo que simplemente amplíe el plazo de amortización de 4,5 a 10 años no es suficiente para aliviar las preocupaciones sobre la deuda de Argentina” (Joseph Stiglitz, Premio Nobel de Economía)
«Todos ya habían visto esa película antes: un gobierno de derecha favorable a las empresas se había ganado la confianza de los mercados financieros internacionales, que debidamente aportaron dinero”, indicó.
Y disparó: “Las políticas de la administración (cambiemita) resultaron ser más ideológicas que pragmáticas, al servir a los ricos en lugar de a los ciudadanos comunes. Cuando esas políticas fracasaron inevitablemente, los argentinos eligieron un gobierno de centroizquierda que gastaría la mayor parte de su energía limpiando el desastre, en lugar de seguir su propia agenda. La decepción resultante sentaría las bases para la elección de otro gobierno de derecha. Lamentablemente, un patrón que se repite una y otra vez”, describió, mostrando un conocimiento al dedillo sobre cómo se maneja el poder económico y la derecha política en Argentina y en toda América Latina.
UN MEGACRÉDITO POLÍTICO
“El gobierno de Macri, elegido en 2015, heredó relativamente poca deuda externa debido a la reestructuración que ya se había producido (en los años 2005 y 2010). Por tanto, los mercados financieros internacionales se mostraron aún más entusiastas de lo habitual, prestando al gobierno decenas de miles de millones de dólares a pesar de la ausencia de un programa económico creíble«, sentenció.
Siguió: «Después, cuando las cosas salieron mal como muchos observadores habían anticipado, el Fondo Monetario Internacional intervino con su paquete de rescate más grande hasta la fecha: un programa de 57 mil millones de dólares, de los cuales 44 mil millones se dispersaron rápidamente en lo que muchos vieron como un intento desnudo por parte del FMI, bajo la presión de la administración del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, para sostener un gobierno de derecha”.
“Dado el enorme tamaño del préstamo que debe refinanciarse, un acuerdo que simplemente amplíe el plazo de amortización de 4,5 a 10 años no es suficiente para aliviar las preocupaciones sobre la deuda de Argentina”, advirtió.
«Muchos vieron (el megapréstamo a JxC) como un intento desnudo por parte del FMI, bajo la presión de la administración del presidente Donald Trump, de sostener un gobierno de derecha en Argentina»
El Nobel de Economía respaldó la propuesta argentina al FMI de «achicar el déficit fiscal apalancándose en el crecimiento económico y sin ajustar el gasto».
Asimismo no desechó presiones del FMI. “Todos deberían saber a estas alturas que la austeridad es contraproducente, (aunque) algunos estados miembros influyentes del FMI aún pueden presionar por ella”.
Fuentes de consulta: Ámbito, La Nación, P12, El Economista, Télam