Por Pamela Francescato (espacial desde Italia).- Más de 10 mil trabajadores desafiaron el calor agobiante de Roma y llenaron la Piazza del Popolo, coloreándola con banderas rojas que representaban al sindicato más potente en Italia CGIL para pedir aumento salarial y poner fin a la guerra en Ucrania que está empobreciendo al pueblo con la inflación por las nubes y la disminución del poder de compra de la gente.
Con la plaza llena de manifestantes bajo el sol y con el termómetro que marcaba 37 grados, el líder de la izquierda italiana y actual Secretario General de la CGIL, Maurizio Landini, habló de la emergencia laboral exclamando “tenemos los salarios más bajos de Europa y somos el país que menos ha invertido en innovación e investigación. Estamos en una situación salarial y de precariedad laboral sin parangón en Italia con trabajadores bajo el umbral de la pobreza”.
En plena manifestación Landini lanzó la alarma «Se necesitan medidas extraordinarias, la gente no llega a fin de mes, sobre todo los trabajadores y los jubilados son los más perjudicados y por eso es absolutamente necesario tomar medidas urgentes”.
Aunque la discusión está abierta entre el gobierno del Premier Mario Draghi y los distintos actores sociales sobre los salarios de los italianos considerados inadecuados por la inflación creciente, los datos del Istat presentados ayer se suman a la incertidumbre: en mayo -dice el instituto de estadística- en Italia la inflación se disparó al 7 %, una cifra que no se veía desde hace más de 36 años.
“En estos treinta años los salarios bajaron y aumentó la precariedad laboral”, dijo Landini desde el palco que se había montado en la famosa Piazza del Popolo y subrayó que “el salario mínimo sirve para garantizar todos los derechos de los trabajadores proporcionado por los contratos que no son adecuados en la actualidad”. “Si queremos aumentar los salarios -dijo- debemos invertir en la calidad del trabajo y no en la precariedad”.