el antiperonismo lo hizo
El 15 de octubre de 1945, los obreros fueron contentos a cobrar la quincena. Entre los múltiples derechos para los trabajadores y trabajadoras que Juan D. Perón había instaurado desde la Secretaría de Trabajo y Previsión, estaba el del feriado pago no laborable, o bien laborable pero con una paga diferenciada, al igual que un domingo. Y tres días antes había sido 12 de octubre, el entonces Día de la Raza.
En aquel momento, se cobraba por quincena y, por supuesto, en efectivo; generalmente en la misma fábrica. Cuestión que cuando los obreros se dieron cuenta de que no les habían abonado el feriado o bien se lo habían pagado como un día común, reclamaron. Y por toda respuesta de sus patrones se encontraron con un agresivo “¡Que se los pague Perón!”.
En muchos lugares de trabajo, incluso ni se molestaron en decírselo a la cara; simplemente pegaron carteles con leyendas por el estilo en las paredes.
“Hola, ¿qué tal? ¿Cómo están, queridos compatriotas? En esa maravillosa e histórica Plaza de Mayo. Bueno, espero que muy bien. Yo aquí, en San José 1111, firme y tranquila. Eso sí, con prohibición de salir al balcón. Qué cachivaches que son. Quiero agradecerles a todas y todos las increíbles muestras de afecto y de cariño, todos estos días acá en la puerta de mi casa y en distintos puntos del país. Gracias de corazón» (Cristina Kirchner, 18 de junio de 2025, a la gigantesca multitud que colapsó el centro porteño)
Eso ocurrió en cada rincón del país, pero impactó sobremanera en el creciente cordón industrial del Gran Buenos Aires, desde la capital federal hasta Berisso.
Así, en una milésima de segundo y a través de una acción cien por ciento irracional, cargada de odio de clase, el antiperonismo más rabioso le mostró al pueblo humilde y trabajador cómo sería -o volvería a ser- un país sin Perón, quien estaba preso desde el 13 de octubre, cuando el presidente Edelmiro J. Farrel, quien como tantísimos militares y civiles a lo largo de la historia no tenía lo que hay que tener, cedió a la presión del poder económico, de la clase dominante.
Aquel 15 de octubre, se liberaron todas las fuerzas del subsuelo de la patria. La cúpula de la CGT había convocado, tras el encarcelamiento de Perón, una huelga general para el 18. Fue sobrepasada sin aviso previo por decenas y decenas de columnas de obreros y obreras que desde los grandes frigoríficos de Berisso y Avellaneda hasta las pequeñas fábricas del conurbano se lanzaron a conquistar el centro porteño, un lugar que la mayoría jamás había pisado porque estaba ‘reservado’ para los pituquitos.
Escribió Alejandro Grimson, antropólogo social e investigador principal del Conicet, en su excelente libro “¿Qué es el peronismo?” (Siglo XXI Editores, 2019): “La reacción antiperonista fue una condición para el surgimiento del peronismo. No puede comprenderse el origen del peronismo sin esta dimensión relacional”.
“Me gusta ese ‘vamos a volver’, porque revela una voluntad. La de volver a tener un país donde los pibes puedan comer cuatro veces al día, y en el colegio les den libros y computadoras, que los laburantes puedan llegar a fin de mes y puedan comprarse un autito, una casita, un terrenito, ALGO que sea de ellos conseguido con el esfuerzo de su trabajo. Bien peronista”
A juzgar por lo visto este 18 de junio de 2025 en el mismo centro porteño, y teniendo en cuenta los hechos previos que lo hicieron ‘estallar’ de pueblo humilde, trabajador y festivo, se puede afirmar, sin temor a equivocarse, que “el antiperonismo lo hizo de nuevo”.
Pasaron 80 años, y la antipatria no aprendió absolutamente nada. Ni lo hará. Es que no entienden el sentimiento que despertaron, sencillamente porque no entienden -nunca entendieron- el país en el que viven y hacen sus fortunas. A punto tal que “Argentina ostenta un triste privilegio: su burguesía tiene más recursos fuera del país que adentro, por ende, no les interesa preservar el mercado interno. Grandes empresarios del agro y de la industria, banqueros y comerciantes coinciden en asegurar y expandir sus activos en el exterior” (Alfredo Zaiat).
El peronismo estaba dormido, fragmentado, confundido. Antes de que Cristina Fernández de Kirchner blanqueara su candidatura a diputada provincial por la tercera sección electoral de la provincia de Buenos Aires en un programa de TV, no eran pocos los y las peronistas que aseguraban que no irían a votar.
Pero el 10 de junio, los tres cortesanos de Costa Pobre (1), a la velocidad de la luz y por orden de la lumpen burguesía argentina…
- esa que se negó a industrializar el país durante la edad de oro del ‘granero del mundo’ porque su proyecto nunca fue un proyecto de nación sino de clase;
- que derrocó a Don Hipólito Yrigoyen para instaurar un periodo nefasto que con el tiempo se conoció como Década Infame;
- que impulsó el mayor acto terrorista de la historia nacional el 16 de junio de 1955 y el sangriento golpe de Estado del 16 de septiembre de ese mismo año;
- que financió la dictadura del 76 al 83;
- que se benefició de la estatización de la deuda privada de sus empresas (léase, ‘que nos la pague todo el pueblo argentino’) decretada cuando languidecía la dictadura;
- que acrecentó sus fortunas mediante la bicicleta financiera al ritmo del remate de las empresas del Estado, el endeudamiento externo por encima de las posibilidades del país y de un dólar planchado artificialmente (el tristemente célebre 1 a 1) entre 1989 y 2001;
- la que comenzó a bombardear al peronismo y a Cristina Fernández de Kirchner en particular porque sus gobiernos distribuyeron la riqueza 52% para el Trabajo y 48% para el capital y lograron el segundo menor índice de desigualdad social de la historia (0,39);
- que promovió a uno de sus miembros, el empresario más corrupto de los últimos 40 años, a la presidencia en 2015 para que en 2018 tomara 45 mil millones de dólares prestados del FMI y, así, condicionara a todo gobierno popular que quisiera hacer cambios profundos en favor del pueblo humilde y trabajador;
- que hoy oficia de titiritero de los jueces y fiscales (como siempre), de los inquilinos de la Casa Rosada, de muchos gobernadores y de muchísimos diputados y senadores
…le dijeron al pueblo humilde y trabajador “¿Quieren volver a tener esperanza? ¡Que se las dé Cristina!”, a quien proscribieron y detuvieron con una causa sin pruebas porque -una vez más y van…- cedieron a la presión del titiritero, el poder económico, la clase dominante, la lumpen burguesía nativa (no argentina, solo nativa porque parece ser que nacieron acá).
“…Los jubilados tenían remedios… Dios mío. Ese país (2003-2015) no fue ninguna utopía. No, no, no. Lo vivimos durante 12 años y medio. Y además lo dejamos desendeudado, como a las familias y a las empresas. Increíble lo que han hecho. ¡Y cómo han destruido!”
Y el pueblo humilde y trabajador fue a buscar la esperanza a San José 1111, la casa de Cristina, y la encontró. Entonces, un 18 de junio de 2025 -que definitivamente quedará en la historia-, 700 mil, 800 mil personas colapsaron el centro porteño. Muchos y muchas lloraron. Y al rato, bailaron y cantaron.
Y la antipatria no entendió absolutamente nada. Ni entenderá. Porque no entienden -nunca entendieron- al país en el que viven y al pueblo que lo habita.

Cristina Fernández de Kirchner dixit
* “Pero así como aquello (2003-2015) fue una realidad, yo les quiero decir que este modelo que ahora encarna Milei, que no es diferente a los de otrora, se cae. Y se cae no solo porque es injusto e inequitativo. No, no. No solamente por eso, sino fundamentalmente porque es insostenible en términos económicos. Tiene vencimiento como el yogur. Y no es nuevo, ya lo vimos con Martínez de Hoz en el 76 y con Cavallo en los 90. Porque me pregunto: ¿Cómo se sostiene un modelo económico donde la gente tiene que tarjetear la comida del día a día y arriba, después, no puede pagar la tarjeta?”.
* “¿Cómo subsiste un país donde es mucho mejor comprar comida, viajar, comprar ropa afuera porque es más barata que aquí, adentro del país? Y mientras esto sucede, el ministro de economía, el impresentable de Caputo, alquila dólares. ¡¡¡Alquila dólares para simular que tiene reservas!!! ¿Realmente hay alguien que pueda pensar seria y sensatamente que esto es sostenible?”.
* “Mi Dios, más chanta no se consigue. Y lo peor es que el verdadero poder económico sabe que este modelo no tiene futuro. Sabe que se cae, y por eso es que estoy presa”.
* “¿Y saben por qué no me dejan competir? Porque saben que pierden. Por eso, en esta etapa es necesario organizarse para planificar. Repito: organizarse para planificar cuál es el verdadero problema que tiene nuestro país. Que no es más ni menos que un modelo económico en el que se enriquecen unos pocos. Y está sostenido por un andamiaje judicial, que al mismo tiempo mantiene vigente adefesios como el decreto 70 que directamente modificó la constitución y me meten presa a mí. Simple, sencillo y fácil de entender: poder económico y poder judicial, y el resto que se joda”.
* “Hoy es el momento de demostrar que vamos a defender la democracia con las mismas herramientas con las que la construimos… Sin violencia, pero con coraje, sin miedo, con absoluta claridad del momento histórico que estamos atravesando todos los argentinos”.
* “Con amor, lo vamos a hacer con mucho amor, como siempre, con amor profundo por esta patria que tantas, tantísimas veces intentaron arrodillar, y supo levantarse una y otra vez. El pueblo argentino ya lo demostró mil veces, que sabe ponerse de pie, que sabe resistir, que sabe organizarse, que sabe luchar; y que si lo expulsan, también sabe volver”.
* “Volvió con Perón, volvió con Néstor. Yo no sé exactamente qué me depara el futuro inmediato, no tengo una bola de cristal. Pero sí sé algo: ya he pasado por casi todo en esta vida, viví una dictadura que desapareció a 30.000 argentinos y argentinas, viví múltiples intentos de saquear al país y dejar al pueblo sin derechos, viví el ejemplo y el enorme y terrible sacrificio de Néstor y todo lo que nos costó construir aquella década ganada”.
* “Viví también un intento de asesinato. No, la verdad que no me ha faltado nada en estos años. Y he soportado este proceso judicial infame que se arrastra desde hace años y que llegó a su fin con la misma corrupción judicial con la que empezó”.
* “Bueno, queridos argentinos y argentinas, vamos a volver. Y además, vamos a volver con más sabiduría, con más unidad, con más fuerza”.
* “Y desde donde me toque estar, desde la trinchera que sea, voy a seguir haciendo todo lo que esté a mi alcance para estar ahí junto a ustedes, como ustedes siempre han estado junto a mí. Pero lo vamos a hacer. Porque tenemos algo que ellos jamás van a tener ni van a poder comprar por más plata que tengan: tenemos pueblo, tenemos memoria, tenemos historia y tenemos patria”.
* “Vamos a volver, argentinos y argentinas. Lo vamos a hacer una y mil veces, como se ha hecho desde el fondo de la historia… Los pueblos, los pueblos finalmente siempre vuelven”.
(1) El dictador de Costa Pobre, un personaje ficticio interpretado por Alberto Olmedo, no tenía un nombre propio. En el sketch de «No Toca Botón», se le conocía simplemente como «El Dictador de Costa Pobre». Era una parodia de los dictadores latinoamericanos, conocido por su vestimenta extravagante, un frac rosa y un listón mortuorio en lugar de banda presidencial, y por sus diálogos absurdos y situaciones cómicas.