Le seguridad sigue siendo una preocupación en todo el partido de La Plata y eje de polémica a la hora de las decisiones que se van tomando para que bajen los delitos. Hace algunas semanas el intendente Julio Garro aprobó reasignar dinero para la compra de pistolas Taser. En ese contexto, el concejal del Frente de Todos, Ariel Archanco, expresó su disconformidad por «la negativa del Municipio de atacar el problema de manera integral para encontrar soluciones».
“La seguridad es una gran deuda de los gobiernos municipales, y actualmente está muy lejos de ser saldada. Si el Intendente Garro pretende combatir el delito con la adquisición de 20 pistolas Taser, está claro que no tiene ni idea de cómo manejar la seguridad de la ciudad” comenzó diciendo Archanco, para luego explicar que “basta con leer las noticias todos los días, o tener un diálogo fluido con vecinos y vecinas como es mi caso, para entender que las principales modalidades delictivas que hoy aquejan a la ciudadanía son las de los motochorros y las entraderas».
Agregó: «Y estas modalidades no se combaten con 20 dispositivos tecnológicos. Hace falta capacitación constante de los y las agentes de nuestra policía local, y dotarlos de equipos de comunicación que funcionen bien, de nuevos y mejores móviles, de mejor equipamiento para cuidar su integridad física y sus vidas. En fin, hace falta decisión política real, y no salir corriendo detrás de la noticia de turno”.
«SOLO ES UN PARCHE»
“Esto no se trata de ser los malos de la película y estar en contra de la incorporación de dispositivos tecnológicos para nuestra policía local. Por el contrario, es un tema que nos preocupa y nos ocupa, pero desde un cambio integral y de fondo. No se trata de parches que carecen de lógica. Nos hemos mostrado siempre abiertos a discutir este problema y aportar algunas soluciones, pero no somos escuchados ni tenidos en cuenta por el Ejecutivo municipal” expresó Archanco sobre el trabajo que vienen haciendo en esa área.
Y luego se lamentó de que no sean tenidos en cuenta por el Intendente para poder legislar en favor de las y los platenses “Nosotros trabajamos en conjunto con el Ministerio de Seguridad de la Provincia en todos los barrios. Ya hemos elevado un pedido de informe al Ejecutivo local para saber cuál es la realidad de la policía local tanto en recursos humanos como en equipamiento, pero jamás nos han brindado esa información. Lo mismo nos pasó cuando hace meses pedimos a través del Concejo Deliberante que se reasignen partidas presupuestarias para atender la necesidad alimentaria de muchísimos vecinos y vecinas platenses, pero el pedido quedó archivado en algún cajón”.
Antes de retirarse, el concejal del Frente de Todos fue contundente al aclarar que “sin embargo, en menos de un mes el señor Intendente se movió rápidamente para reasignar partidas de dinero destinadas a la compra de Taser. Elegir las armas por sobre el plato de comida de los y las platenses, habla a las claras de las prioridades del gobierno local. También es una muestra de que orienta sus políticas basadas en el rating de la TV y no en las necesidades reales. Y eso se debe a que no escucha a la ciudadanía, algo que le venimos pidiendo que haga hace tiempo”.
DETRACTORES Y DEFENSORES DE LAS TASER
El uso de las llamadas pistolas Taser -o dispositivos electrónicos de control o arnas de electrochoque o pistolas eléctricas- genera fuertes polémicas y tiene tantas adhesiones como rechazos.
Se trata de un arma “no letal” que es usada por algunas fuerzas de seguridad en distintas partes de mundo en ciertas situaciones tales como detenciones en la vía pública, para evitar la fuga de un sospechoso o como legítima defensa, según establecen las distintas legislaciones.
En 2007, la provincia de Mendoza adquirió 19 pistolas Taser a unos 3 mil dólares cada una, con sus respetivas municiones (35 dólares cada una) pero nunca se utilizaron. Quedaron archivadas en los depósitos del Grupo Especial de Seguridad (GES) hasta que el año pasado 17 fueron cedidas en comodato al Gobierno de la Nación. Es decir que existe la posibilidad que puedan volver a la policía local si fueran solicitadas.
Estas pistolas lanzan dardos con electrodos que están unidos a las armas por medio de cables. El impacto provoca una descarga eléctrica que interfiere las señales nerviosas que se trasmiten al sistema muscular de la víctima, produciendo una inmovilidad temporal y, obviamente, una caída al piso que puede resultar a veces más peligrosa que el electrochoque.
Los defensores de esta arma sostienen que es una solución intermedia al uso de armas de fuego, útil en situaciones donde hay gran aglomeración de gente, evitando así los «daños colaterales” que producen los proyectiles de plomo.
En cambio sus detractores sostienen que el uso de estas armas puede resultar peligroso y hasta mortal- para personas con insuficiencias cardíacas o que están bajo los efectos de algunas medicaciones. Además sostienen que causan dolor y sufrimiento y que si su uso no está perfectamente regulado pueden ser usadas como elementos de tortura.