“No me gustan los lunes”: la trágica historia detrás de la gran canción

No pocos creyeron o siguen creyendo que Bob Geldof, líder de la banda irlandesa The Boomtown Rats, compuso este tema inspirándose en el sentimiento de rechazo a los días lunes que se da en casi todo el mundo. Pero lo cierto es que detrás de “una de las canciones de culto de la historia del rock” hay una tragedia que, en su momento, anunció un terrible fenómeno que hasta hoy sacude a la sociedad de los Estados Unidos

Brenda Ann Spencer

No me gustan los lunes. Debe ser una de las frases que genera más consenso entre las personas que habitan este planeta. Más allá de continentes, países y culturas, el rechazo a los días lunes es un denominador común entre cientos de millones de hombres y mujeres.

El 13 de julio de 1979, la banda irlandesa de rock The Boomtown Rats editó un disco sencillo con el tema I don’t like mondays (No me gustan los lunes) en la cara A y It’s all the rage (Es toda la rabia) en la cara B. La canción principal se convirtió rápidamente en un éxito de ventas en el Reino Unido, donde fue número uno de los rankings durante más de cuatro semanas consecutivas. Pero además, con el tiempo quedó elevada por el público a las categorías de tema de culto e himno del rock, fundamentalmente de la prolífica década de los ‘80.

Aquellos cientos de millones de personas, viviesen en el país que viviesen, no se cansaron de cantar el estribillo para expresar su animadversión por los lunes (aunque no supiesen qué decía el resto de la letra).

No pocos creyeron o siguen creyendo que Bob Geldof, líder de The Boomtown Rats, la compuso inspirándose en ese sentimiento casi generalizado. Pero no.

Detrás del que está considerado uno de los mejores temas de la historia del rock, hay otra historia, dramática, trágica, que en su momento anunció un terrible fenómeno que hasta hoy sacude a la sociedad de los Estados Unidos sin que nadie pueda hallarle -al parecer- una salida.

Brenda Ann Spencer en 1979, cuando tenía 16 años (crédito imagen: Muy interesante)
Lunes 29 de enero de 1979. Tras seis horas durante las cuales estuvo atrincherada, Brenda fue persuadida por la policía y se entregó (crédito imagen: Muy interesante)

“¿Por qué lo hiciste?”

El lunes 29 de enero de 1979, la hermosa adolescente pelirroja Brenda Ann Spencer amaneció sin ganas de ir al colegio. Vivía en una humilde casa de la ciudad de San Diego, en el estado de California, con un padre que ya le había infligido un daño difícil -aunque no imposible- de reparar y una madre ausente.

El 3 de abril de aquel año, Brenda cumpliría 17. Aún le quedaba tiempo para disfrutar de lo que en Estados Unidos se conoce como Sweet sixteen (Dulces 16), edad que las chicas festejan como en Latinoamérica se celebran los 15. Pero los 16 de Brenda, de dulces, no tenían nada.

Tomó en sus manos el rifle Ruger semiautomático calibre 22 con mirada telescópica, un regalo “sorpresa” que le hizo su padre Wallace Spencer para la Nochebuena de 1978, pese a que ella había pedido un radiograbador para escuchar música, y apuntó desde la ventana de su habitación hacia la entrada de la Escuela Primaria Grover Cleveland, que quedaba justo frente a su casa.

Cuando los niños y niñas estaban formando para ingresar, Brenda comenzó a disparar. Durante veinte minutos disparó treinta balas. Ocho pequeños fueron heridos, al igual que un oficial de policía, mientras que el director del colegio, Burton Wragg, y el “portero”, Mike Suchar, quienes se interpusieron entre la balacera y los alumnos para protegerlos, resultaron muertos.

Brenda Spencer cumple prisión perpetua. Le fueron denegadas cuatro peticiones de libertad condicional.

Tras el tiroteo del lunes 29 de enero de 1979, policías y docentes hacen un cordón de seguridad para que salgan los niños y niñas del colegio
La vivienda donde creció Brenda Spencer en San Diego, California, maltratada por su madre y abusada por su padre (crédito imagen: Thread Reader)

Brenda se atrincheró en su vivienda. Un numeroso grupo de policías de élite empleó más de seis horas en persuadirla para que se entregara. Hasta que lo hizo.

Esposada por la espalda y escoltada por dos mujeres, fue llevada hasta el móvil policial. Todo el país estaba paralizado. No era para menos. El de San Diego está considerado como el primer tiroteo masivo sobre una escuela en los Estados Unidos; una práctica que, lamentablemente, hoy en día no sorprende a nadie (hasta el 4 de julio de 2022, en ese país hubo al menos 308 tiroteos masivos en lugares públicos, según el Archivo de la Violencia Armada de EEUU).

Cuando Brenda fue interrogada, la primera pregunta fue de rigor:

-¿Por qué lo hiciste?

-No me gustan los lunes –respondió.

Brenda Spencer
Durante el juicio

“Un acto sin sentido, por una razón sin sentido, arrojó una canción sin sentido”

Mientras en San Diego trataban de buscarle un porqué a un acto que con el correr del tiempo se descubrió que había germinado cuando Brenda era una niña que sólo quería jugar a las muñecas, a Bob Geldof, el músico y activista irlandés que más tarde lucharía por la condonación de las deudas a los países africanos y contra las grandes desigualdades sociales en el mundo, le estaban realizando una entrevista en la ciudad de Atlanta, a 2.140 kilómetros de distancia, en una radio universitaria.

“En el estudio había una máquina de teletipo (la que antiguamente “expulsaba” las últimas noticias impresas en papel). Lo leí en cuanto salió”, contó el organizador de los icónicos festivales solidarios de rock Live Aid.

Y agregó: “Me quedé pensando en la respuesta de la chica durante el camino de regreso al hotel. En ese instante me vino a la mente ‘un chip de silicio dentro de su cabeza se sobrecargó’, y lo escribí (con esa frase comienza el tema). Los periodistas que la entrevistaban insistían: ‘¿Dime por qué?’ (Tell me why?). Era un acto sin sentido. Era el acto sin sentido perfecto. Y esa (‘No me gustan los lunes’) era la razón sin sentido perfecta para llevarlo a cabo. Así que pude escribir la canción sin sentido perfecta para ilustrarlo. No fue un intento de explotar la tragedia”, aclaró tiempo después el cantante, ya que desde algunos ámbitos de los EEUU apuntaron en esa dirección.

Hasta el 4 de julio de 2022, en los Estados Unidos hubo al menos 308 tiroteos masivos en lugares públicos, según el Archivo de la Violencia Armada de ese país (CNN)

En rigor, lo que nunca se hizo en Estados Unidos fue hurgar en las causas profundas que llevaron a Brenda Spencer a hacer lo que hizo. Y quizás es por ello que actualmente, en muchísimas escuelas, dos por tres realizan simulacros de tiroteos masivos donde someten a los niños y niñas a permanecer horas debajo de los pupitres (ver nota al respecto aquí). Así como tampoco se juzgó a los padres de la adolescente: alcohólico, maltratador y abusador, él; maltratadora física y psicológica, hasta que la abandonó, ella.

No. Mejor decir que la joven era una demente y caso resuelto. El chivo expiatorio perfecto.

Brenda fue una niña feliz, hasta que su madre y su padre le robaron la felicidad y la inocencia (crédito imagen: Thread reader)
Una aún feliz Brenda Spencer (crédito imagen: Thread reader)

¿The Police? No. Un rifle calibre 22

Nos contó Rafael Poulain desde el sitio Thread Reader que Brenda nació el 3 de abril de 1962 del matrimonio entre Wallace y Dot Spencer.Wallace golpeaba a su esposa y la maltrataba psicológicamente, y Dot desquitaba sus frustraciones con su pequeña hija (…) Brenda amaba jugar en el jardín, ensuciarse, reía todo el tiempo…”, pero tamaña felicidad terminaba con los castigos de su madre, quien le repetía una y otra vez que todo lo que hacía estaba mal.

“La pequeña Brenda no entendía por qué su madre la maltrataba sólo por ser feliz (…) Entonces (con el tiempo) se volvió una niña retraída (…) Dejó de sonreír como lo hacía antes, sintió que todo estaba mal con ella y empezó a odiarse a sí misma. Odiaba su pelo rojizo, sus pecas y todo lo que alguna vez había amado y le gustaba”.

«Le pedí un radiograbador y me compró una pistola. Sentí que quería que me suicidara» (Brenda Spencer sobre el regalo que le hizo su padre para la Navidad de 1978)

Brenda comenzó a sufrir bullying en la escuela. Su forma de ser introvertida y antisocial (provocada por la horrenda educación familiar) y su creciente miopía que la obligó a usar unas gruesas gafas, la convirtieron en blanco de acoso (uno de los mayores problemas, sino el mayor, que existe en los colegios de los Estados Unidos).

Hubo un episodio previo al del lunes 29 de enero de 1979 que encendió las alarmas: Brenda había utilizado el rifle que le regaló en Navidad su padre -pese a que ella le había pedido un radiograbador para escuchar a sus bandas favoritas, como The Police– para tirarle a las aves. Sumado a ello, un golpe en la cabeza le había generado problemas de aprendizaje y reacciones agresivas. Fue entonces cuando le recomendaron a Wallace Spencer internarla temporalmente en un neuropsiquiátrico, a lo que se negó diciendo que él era capaz de manejar a su hija.

Cuando tras el tiroteo a la escuela Brenda se entregó, los oficiales que registraron su casa encontraron cientos de latas de cerveza vacías y decenas de botellas de alcohol que su padre había consumido. Luego, ella les contó los maltratos que sufría: golpizas y abusos.

No me gustan los lunes – subtitulado en español (Boomtown Rats – 1979)

I don’t like mondays (letra en español)

Un chip dentro de su cabeza
se puso en marcha hasta sobrecargarse,
y nadie va a ir a la escuela hoy,
ella va a hacer que se queden en casa.
Y papá no lo entiende,
siempre dice que ella era tan buena como el oro,
y no puede ver ninguna razón,
porque no hay razones.
¿Qué razones necesitas que te muestren?

Dime por qué
no me gustan los lunes (repite 3 veces).
Quiero apagar el día entero.

El télex se mantiene tan limpio,
como si escribiera a un mundo que espera.
Y mamá se siente tan impactada,
el mundo de papá está estremecido,
y sus pensamientos se dirigen
a su pequeña niña.
Dulces 16, no son tan grandiosos.
No, no es tan bueno como para admitir la derrota,
no pueden ver ninguna razón,
porque no hay razones.
¿Qué razones necesitas?

Dime por qué
no me gustan los lunes (repite 3 veces).
Quiero apagar el día entero, apagarlo, apagarlo,
echar el cerrojo.

Todos los juegos se han parado en el patio del recreo,
ella quiere jugar un rato con sus juguetes.
La escuela acabará pronto y pronto estaremos aprendiendo,
y la lección de hoy es cómo morir.
Y entonces el megáfono hace ruido,
y el capitán hace ruido
con los problemas y los cómo y los por qué,
y él no puede ver ninguna razón,
porque no hay razones,
¿qué razones necesitas para morir?

Dime por qué
no me gustan los lunes (repite varias veces).
Quiero derribar el día entero.

Fuente: letraseningles.es

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