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¿Cómo es posible que una medida de gobierno que rechaza la inmensa mayoría de los trabajadores sea beneficiosa para la inmensa mayoría de los trabajadores?
No es un juego de palabras. La derecha argentina, con Horacio Rodríguez Larreta como estandarte, está “prometiendo” una reforma previsional y una reforma laboral si llega a la presidencia en las elecciones de este año. Ya sabemos los argentinos, por sobradísima experiencia, que todas las reformas de la derecha perjudican a la clase trabajadora.
En ese contexto, lo único que queda por esperar de la tan mentada reforma previsional es un aumento en la edad jubilatoria, un congelamiento (aunque sea velado) de los haberes que cobran los pasivos, la privatización del sistema, etc.
Y de una reforma laboral, mejor ni hablemos, pues sería la institucionalización del empleo precarizado.
Ahora bien, volviendo a la pregunta del inicio: ¿Acaso se trata de iluminados que nos están diciendo “esto es lo mejor para vos y para la sociedad aunque a vos te perjudique; aceptalo, haceme caso”. Nos toman por tontos, ¿no? Sí. Evidentemente.
Propuestas para generar un estallido
“Todo lo que esté en manos del Estado será privatizado, o eliminado”. Palabra más, palabra menos, eso dice Mauricio Macri en el capítulo 25 del libro Para qué. Y como la candidata del ex presidente de “la deuda externa impagable” es Patricia Bullrich, uno supone con razón que esa será su política si llega a la presidencia, previa interna con Larreta mediante (además de utilizar el ejército en seguridad interior, privatizar la salud y otras medidas por el estilo que, por supuesto, también incluyen una reforma previsional y una reforma laboral).
Ni hablar de Milei, quien en estos días, en un video que parece un pésimo comic, anunció a los gritos que si llega a la Rosada dejará en pie 8 ministerios (entre los que, demás está decirlo, no figuran ni el de Salud ni el de Educación), eliminará el Banco Central, privatizará el sistema sanitario y la educación superior (nada dijo de la educación básica, como nada dijo de muchas cosas), y otras medidas, desde ya, para “el bien de todos nosotros”.
Para el bien de todos nosotros ya sufrimos tres periodos liberales que dejaron tierra arrasada en Argentina: 1976-1983 (con estatización de la deuda privada de los grandes grupos económicos incluida), 1989-2001 (con el resucitado Cavallo a la cabeza) y 2015-2019 (aún fresco, pero con millones de compatriotas que parecen haberlo olvidado; todo se olvida muy rápido en estas pampas).
Quieren ajuste sin protestas
Los grandes empresarios, dicen analistas económicos, no ven con malos ojos esas medidas draconianas que promueve la derecha ultra, pero temen por un estallido social que arrase con la primavera productiva que están viviendo. “Si hay un estallido al estilo Chile o Colombia se interrumpirán el trabajo y la producción, y hoy estamos produciendo muy bien”, dijo uno de los popes de la industria. ¿Entonces? Vaya dilema.
A todo esto, a ningún gran empresario se le escapa lo que está ocurriendo en Europa, que siempre ha significado algo así como “el diario del lunes” para estas tierras.
Arde París
Con Francia y Reino Unido a la cabeza, el viejo continente está viviendo un estado de conflictividad social supino, aunque los medios hegemónicos argentinos no informan mucho, no sea que algunos se den cuenta de que el neoliberalismo fracasó.
Cual Larreta francés, el presidente Macron impulsa una reforma previsional a la que se oponen todos los trabajadores y trabajadoras de su país. Sin embargo, “iluminado” por vaya a saber quien, sigue adelante diciendo que eso es lo mejor para todos.
Más bien lo dijo este miércoles 15 de marzo, mientras medio millón de franceses realizaban la octava manifestación multitudinaria en las calles (hubo una dominguera que reunió más de 3 millones de almas), la primera ministra, Élisabeth Borne, quien tuiteó: «Con este compromiso (por los diputados que dieron el sí), se respondió a la demanda de los franceses de construir juntos las soluciones para el país».
Y volvemos otra vez a la pregunta del inicio: ¿“La demanda de qué franceses”? ¿Acaso hay franceses a favor? ¿Dónde están? Por eso hablamos de “iluminados”: ven lo que nadie ve. Incluso miran por nuestro bien. Allá, acá y acullá.
La Agencia Télam nos cuenta que este miércoles 15 de marzo “un grupo de diputados y senadores franceses consensuó la versión definitiva de la reforma previsional del Gobierno del presidente Emmanuel Macron, que podría ser adoptada el jueves (16 de marzo), mientras el país vivió una nueva jornada de protestas contra la impopular medida, que busca retrasar la edad jubilatoria de los 62 a los 64 años”.
“El plan de Macron ya desató imponentes huelgas y manifestaciones en todo el país, incluido un paro de recolectores de basura que dejó toneladas de desechos acumulados en las calles de París” (ver foto principal de esta nota).
La oposición de izquierda, encabezada por el partido Francia Insumisa, denunció un «escándalo democrático» y advirtió que «la lucha continuará mañana (por el jueves 16 de marzo) en las calles y en el hemiciclo», mientras que la Agrupación Nacional de la líder de ultraderecha Marine Le Pen adelantó que votará contra la iniciativa «ante la sordera de un gobierno que se niega a escuchar la protesta y el amplio rechazo popular a un texto injusto e inútil» (vale aclarar que en Francia, a diferencia de su par argenta, la ultraderecha defiende a los trabajadores franceses, no así a los inmigrantes, clara está).
«Digo a los parlamentarios: ‘No voten esta ley, está desconectada de la realidad concreta del trabajo’», expresó Laurent Berger, líder de la Confederación Francesa Democrática del Trabajo (CFDT), durante la manifestación en París que congregó a 450.000 personas.
La historia indica que cuando los franceses se enojan, se enojan muchísimo. Veremos qué sucede si se aprueba la reforma previsional.
Reino Unido (casi) paralizado
Otro punto neurálgico de Europa donde decenas de miles de trabajadores vienen realizando huelga tras huelga desde el año pasado es el Reino Unido.
Este martes 15 de febrero “profesores, empleados del sector público, médicos, conductores del subterráneo de Londres y periodistas de la BBC iniciaron una huelga en reclamo de mejoras salariales frente a la creciente inflación y una mayor precariedad laboral”, señala Télam.
“Los trabajadores exigen un aumento salarial para compensar el aumento de los precios de los bienes y servicios, los alimentos y la energía después de que sus ingresos quedaran muy retrasados respecto a la inflación, que superó el 10,5% anual, la tasa más alta en cuatro décadas”.
Piquetes ingleses
“Más de 10.000 miembros del gremio RMT, que nuclea empleados de los sectores marítimos y del transporte, realizaron piquetes en las principales estaciones del metro de la capital inglesa, lo que impidió el funcionamiento del servicio”.
“Los líderes sindicales aseguraron que no tolerarán nuevos ‘ataques’ a las pensiones, las condiciones y la pérdida de empleos, y que seguirán la medida de fuerza durante el tiempo que sea necesario”.
“El secretario general de RMT, Mick Lynch, felicitó a todos los miembros del subte de Londres que están participando en la huelga: ‘Esto demuestra cuán decididos estamos a llegar a un acuerdo negociado para esta disputa de larga data’».
«No se tolerarán los ataques a las pensiones, las condiciones y la pérdida de empleos y el público debe comprender que las estaciones sin personal y con personal insuficiente son inseguras», dijo en un comunicado.
“Mientras que el sindicato de Servicios Públicos y Comerciales (PCS) advirtió que si el Gobierno no mejora los salarios de los trabajadores del sector público, las huelgas podrían durar hasta el final del año”.
“El líder del gremio, Mark Serwotka, instó al ministro de Finanzas, Jeremy Hunt, a que otorgue ‘un aumento salarial justo’».
“El Sindicato Nacional de Periodistas, los médicos residentes de la Asociación Médica Británica (BMA) y el gremio Prospect, que reúne a científicos, ingenieros y expertos en tecnología, también se sumaron a la protesta exigiendo una mejora en las condiciones laborales”.
La mayor huelga sanitaria de la historia
“Este martes (15M), miles de médicos residentes en Inglaterra comenzaron una huelga de tres días, en lo que es la medida de fuerza más grande en la historia del sistema público de salud”.
“La Asociación Médica Británica pide un incremento de haberes del 35%, una cifra que, dice, tiene ‘perfecto sentido’ debido a los recortes salariales del 26% que hubo desde 2008 y teniendo en cuenta la inflación en el Reino Unido que superó el 10% anual”.
Vale aclarar que el Reino Unido acumula trece (13) años consecutivos de ajuste.