Arquitectura se planta.- El órgano de cogobierno de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional de La Plata dio a conocer un documento donde sienta claramente su postura ante las políticas del gobierno de ultraderecha, no sólo en el plano educativo sino social, económico e institucional.
«En el documento que este Consejo Directivo realizó en marzo de este año nos comprometimos a sostener y profundizar los canales de comunicación para pensar juntos cómo seguir transitando una coyuntura que se presentaba muy difícil e incierta para la comunidad universitaria. A tres meses de ese posicionamiento, creemos importante expresar nuevamente nuestra mirada sobre la situación actual», comienza el extenso comunicado.
Y puntualiza: «A seis meses del inicio de la presidencia de Javier Milei, el conflicto con las universidades públicas sigue activo. La histórica marcha del 23 de abril logró que las demandas de las universidades fueran acompañadas por la mayoría de la sociedad. En respuesta a esta movilización masiva, el gobierno anunció un aumento del 270% para los gastos de funcionamiento. Sin embargo, este aumento está lejos de significar una plena recuperación ya que se calcula sobre el presupuesto universitario del mes de enero de 2023, siendo la inflación acumulada en el período enero 2023–abril 2024 de más del 400%«.
«Además, este incremento se aplica sobre los gastos de funcionamiento, que representan sólo el 10% del presupuesto universitario -enfatiza el CD de Arquitectura-. El restante 90% comprende fundamentalmente salarios docentes y no docentes, cuyo poder adquisitivo ha caído más del 30% tan sólo en un semestre, lo que lleva a que una parte significativa de estos trabajadores y trabajadoras no puedan cubrir la canasta básica de alimentos. Adicionalmente, el desfinanciamiento del sistema científico, así como de otros programas específicos y la eliminación del Fondo Nacional de Incentivo Docente (FONID) profundizan la precariedad de un sistema universitario que tiene entre sus actividades primordiales la producción de conocimiento, la innovación tecnológica, la extensión universitaria, y que expande su enseñanza hacia el resto del sistema educativo».
Los estudiantes
«Por su parte, el mundo estudiantil se ha visto profundamente afectado por la eliminación de los subsidios al transporte y a los servicios que han sufrido enormes incrementos, por el alza descontrolada en el costo de los alquileres y por la creciente precarización de los trabajos a los que pueden acceder. Este aumento del costo de vida ha llevado a que muchos estudiantes tuvieran que redefinir sus modos de integración en la Universidad -por ejemplo, reduciendo la cantidad de días que concurren a cursar- y a que muchos otros vean peligrar su continuidad en las carreras», advierten en la unidad académica de 47 y 117.
«Por estas razones -sigue-, los actores universitarios venimos realizando acciones de visibilización y de lucha (declaraciones, abrazos a las facultades, marchas de antorchas, paros docentes y no docentes) con el objetivo de reclamar que se garanticen las condiciones y la previsibilidad necesarias para sostener las múltiples actividades que desarrolla la universidad. La defensa de la educación pública pasa por reconocer cómo se integran y potencian las distintas dimensiones de la actividad universitaria; ésto requiere garantizar el poder adquisitivo de los salarios de los trabajadores y trabajadoras que sostienen estas actividades, los gastos de funcionamiento, el financiamiento de la investigación y la extensión y el sostenimiento de los programas de bienestar estudiantil y otros programas académicos que atienden necesidades específicas».
«El aumento del costo de vida ha llevado a que muchos estudiantes tuvieran que redefinir sus modos de integración en la Universidad -por ejemplo, reduciendo la cantidad de días que concurren a cursar- y a que muchos otros vean peligrar su continuidad en las carreras»
«El ataque a las universidades y al sistema científico no es un hecho aislado. Se enmarca en una ofensiva más amplia contra todo lo público, que se descarga fundamentalmente sobre los sectores populares, trabajadores, mujeres y disidencias, el movimiento de derechos humanos y las organizaciones sociales -dispara el CD de Arquitectura-. El reciente episodio en el que se conoció la existencia de depósitos del Estado con miles de toneladas de alimentos destinados a los comedores populares que no fueron entregados, así como las inconsistencias y la superficialidad de las respuestas oficiales cuando la situación se hizo pública, dan cuenta de que el gobierno no busca la eficiencia o la racionalidad económica en la asignación de los recursos, sino la destrucción material y simbólica de las redes de solidaridad de quienes resisten al ajuste económico y al brutal empobrecimiento de gran parte de nuestra población«.
La metodología
«En todos los casos, la metodología es similar. En primer lugar, la desacreditación y sospecha sobre todo lo público. Luego, los recortes, el ajuste arbitrario, infundado, en general con nulo impacto sobre las variables económicas. (Recordemos un ejemplo ilustrativo: las exenciones impositivas otorgadas sólo a la empresa Mercado Libre equivalen a los gastos de funcionamiento de todo el sistema universitario durante 2024). Finalmente, para condicionar las resistencias de los sectores afectados por el ajuste, el gobierno emplea el amedrentamiento: desde las acusaciones de adoctrinamiento hasta las denuncias infundadas, desde la descalificación ideológica hasta la difamación a través de las redes sociales, pasando por los allanamientos a locales partidarios y la represión lisa y llana», desbriben.
«Los recortes, el ajuste arbitrario, infundado, en general (tienen) nulo impacto sobre las variables económicas. Recordemos un ejemplo ilustrativo: las exenciones impositivas otorgadas sólo a la empresa Mercado Libre equivalen a los gastos de funcionamiento de todo el sistema universitario durante 2024″
«En una nueva fase de esta política, la brutal represión desatada durante la movilización en rechazo a la aprobación en el Senado de la Ley ‘Bases’ muestra la gravedad de la situación. Mientras se desarrollaba el debate parlamentario, la represión a quienes se manifestaban en contra dejó más de 200 heridos y la detención arbitraria de 32 personas bajo la acusación de delitos graves e incluso extremos, señaladas por el gobierno como ‘terroristas’ que buscaban llevar adelante un ‘golpe de Estado’. Si bien posteriormente se liberaron en diversas etapas a 27 de estas personas detenidas por falta de méritos y pruebas, quedando al día de hoy todavía 5 detenidos, el hecho configura un escenario de criminalización de la protesta social sin precedentes en democracia, que además cuenta con la complicidad de actores judiciales y medios de comunicación«.
«Adoctrinamiento»
«Otro modo de disciplinamiento es el que el gobierno quiere producir en las aulas de las escuelas y las universidades promoviendo denuncias y delaciones de docentes bajo la acusación de ‘adoctrinamiento’ para clausurar todo espacio de expresión de la disidencia, el pensamiento autónomo y crítico. Las ciencias sociales y la práctica educativa son blancos predilectos de este ataque, en la medida en que permiten articular un cuestionamiento a esta realidad injusta e imaginar modos de existencia alternativos a la mercantilización de todas las dimensiones de la vida social«.
«Vistos en conjunto, estos episodios revelan la estrategia del gobierno: generar miedo, desmovilización, autocensura y fragmentación de las resistencias»
«Este disciplinamiento es la contracara necesaria de un proyecto de redistribución regresiva de la riqueza y expoliación de los recursos naturales. Mientras el gobierno prioriza el control de la inflación a costa de un brutal ajuste fiscal, la pobreza llegó al 55% en el primer trimestre de este año, cae la actividad productiva, aumenta el desempleo y, por desidia y negligencia, pero también por decisión política, se abandonan y destruyen herramientas de política pública«.
«Por primera vez en nuestra historia democrática los responsables del gobierno declaran que vinieron a destruir el Estado, mientras bajan los impuestos a los sectores más ricos, ofrecen rentabilidad extraordinaria a los grandes capitales concentrados y celebran el despido de trabajadores, los efectos de la recesión económica y el desmantelamiento de los mecanismos de protección y asistencia social. La destrucción en curso no se repara fácilmente y puede proyectar su sombra sobre la vida del pueblo durante largos años«.
«En estas condiciones, las rutinas de trabajo, de cursada y de estudio y, en general, la planificación académica y toda nuestra actividad cotidiana se ven alteradas. Mientras que para algunos de los más jóvenes esta situación puede resultar novedosa, para muchos otros la experiencia como estudiantes o docentes ha estado marcada fuertemente por la afectación de la vida académica ante situaciones de crisis y acciones de resistencia. Vistas retrospectivamente, aquellas acciones tuvieron efectos: contribuyeron a limitar otros proyectos de ajuste, permitieron mantener unida a la comunidad universitaria y ayudaron a profundizar los vínculos de la Universidad con otros actores sociales a partir de la creatividad colectiva y la producción de conocimiento en común. Recuperando esa experiencia histórica, creemos necesario redoblar la fuerza de nuestra perspectiva crítica y solidaria, sosteniendo nuestros reclamos, amplificando las voces y promoviendo la confluencia con todos los damnificados por este proyecto de refundación, en un sentido regresivo, de las bases de nuestra sociedad«, finaliza el durísimo y esclarecedor comunicado de la Facultad de Arquitectura.