Por estos tiempos se ven los peores defectos del periodismo argentino. En especial en televisión. Y si bien se cae en desmesuras que ameritarían algún tipo de sanción, algunos episodios son francamente hilarantes.
Eso sucedió con una imagen de Twitter que comenzó una campaña de concientización a nivel internacional sobre las vacunas de Covid-19, con información sobre disponibilidad, planes de distribución y seguridad.
Para esta campaña se utilizó el símbolo de los dos dedos en V, emblema universal de la paz y de la victoria, pero con indudable raigambre peronista en la vida política nacional. Es una imagen que Twitter viene utilizando, desde hace un tiempo, en el hashtag vinculado a este tema: #Vaccinated.
Pero claro, cuando el ministerio de Salud de la Nación subió a su sitio en la red del pajarito la información con la imagen en el marco de la Semana Mundial de la Inmunización promovida por la Organización Panamericana de la Salud, los mensajes en las redes sociales no tardaron en estallar.
La figura de la campaña de Twitter fue compartida varias veces en las redes pensando que se trataba de un gesto político y acusando al gobierno de Alberto Fernández y a su Ministerio de Salud de politizar la pandemia.
En este caso se trata de un proyecto para concientizar a la población de la necesidad de vacunarse, que además de Argentina está vigente en Australia, Brasil, Canadá, Colombia, Egipto, India, Irlanda, Japón, México, Nueva Zelanda, Arabia Saudita, España, Emiratos Árabes Unidos, Reino Unido y Estados Unidos.
Cuenta con un botón de selección “Temas” para seguir, así como una solapa de Covid-19 dedicada en “Explorar”, un botón de selección “Momentos”, con información reciente sobre la temática y otro de “Solicitud” de búsqueda de información local.
En cuanto a por qué se eligió el símbolo de los dedos en V, desde la red social explican que es la V de Vacunación, y representa la esencia del mensaje que se busca transmitir.
Como era esperable las redes sociales tronaron casi de inmediato, con muestras de indignación por utilizar símbolos peronistas en una comunicación necesariamente sanitaria, con los epítetos comunes de esta era de información tan apócrifa como irresponsable.
Lo peor de esta historieta -si se quiere risueña por el equívoco- es que motivó voces enfurecidas frente a las pantallas televisivas, atribuyendo connotaciones políticas a los contenidos sanitarios de un portal internacional.
Una demostración más de que no sólo se “agrieta” cualquier debate, en medio de gritos y acusaciones que entorpece entender cualquier argumento, sino que también en la búsqueda de la condena al oficialismo se lo acusa de las más feroces patrañas, abandonando uno de los más elementales principios de la profesión, es decir verificar que lo que se dice sea cierto, o, al menos, tenga rasgos verosímiles.
Algo que buena parte de los protagonistas de las pantallas chicas de nuestros días han dejado de lado, tanto como su miedo al papelón.