Como todos los jueves, ese 9 de agosto de 2001, decenas de familias disfrutaban de las mejores y tradicionales milanesas de «Dante». La armonía de la cena en una fría noche de invierno, el bullicio de las charlas familiares y de amigos en cada rincón del salón, y los mozos que iban y venían entre las mesas, se vieron bruscamente interrumpidas cuando tres delincuentes armados hasta los dientes, ingresaron de manera violenta al restaurante de 15 y 41 con intención de robo, mientras un cómplice esperaba afuera en un auto para emprender la huida.
Los carazones de todos los comensales se paralizaron, empezaron los gritos, la desesperación y, en medio de la locura, un policía -que custodiaba el lugar- intentó frenar a los delincuentes, pero todo terminó en un desastre mayúsculo que sigue en la memoria de los platenses, y del que -sin embargo- este tradicional negocio gastronómico logró recuperarse, no sin esfuerzo claro, al igual que lo hizo en otros momentos a lo largo de sus 69 años de historia. Dante abrió en 1953 y aún sigue haciendo las mejores milanesas.
El domingo 12 de agosto de ese 2001, o sea tres días después del sangriento suceso, fueron inhumados en el cementerio local, en medio de escenas de gran dramatismo y dolor, con la presencia de muchísimas personas, entre familiares, amigos y compañeros de trabajo, los restos del Marcelo Fabián Cielli quien tenía tan solo 34 años y dejó a tres hijos y una familia a la que adoraba.
Marcelo murió por su vocación de policía, por intentar defender a decenas de familias y evitar un robo contra trabajadores que día a día realizaban un gran esfuerzo para sostener una empresa que, aún hoy, es fuente laboral para más de una decena de personas.
«Fue todo muy rápido, a los que estábamos adentro se nos hizo eterno, pero desde que irrumpieron los ladrones hasta que el policía terminó en baleado en el piso y huyeron, no pasaron más de tres o cinco minutos», recuerda hoy LR (quien estuvo en el lugar y prefirió dejar en reserva su identidad). Hoy LR tiene 56 años, cuando ocurrió el violento hecho tenía 36 y, contó a este diario, que se encontraba cenando con dos amigos.
«Ya eran más de las diez y media de la noche y como era nuestra costumbre fuimos a las nueve porque sabíamos que no conseguíamos lugar, como ahora, iba mucha gente al Dante. Nos estábamos por levantar pero la charla era entretenida, hablábamos de fútbol y todavía nos quedaba algo de vino, por eso hicimos una sobremesa más larga. Fue una pesadilla, nosotros estábamos sentados en el salón contiguo, no en la puerta de entrada, sino más atrás, sobre la ventana que da a calle 15, y es al día de hoy que tengo pesadillas…Debo decir también que desde ese día no regresé al restaurante que me llevaban mis viejos de chico», expresó LR.
Las 22,40 fue el horario exacto en que se produjo el ingreso de los delincuentes, señalan las crónicas periodísticas de la época. Fue en esa fría noche, a esa hora, cuando tres delincuentes -dos jóvenes y una mujer- entraron al restaurante. Dos de ellos tenían armas: un revólver calibre 38 con la numeración limada y una pistola calibre 9 milímetros que había sido robada, según pudo investigar la policía. Un cómplice espera afuera para huir en un Peugeot 405.
En el comercio, además del dueño, los empleados y clientes, estaba el policía Cielli. El uniformado, al ver a los asaltantes, no dudó, sacó su arma reglamentaria e intentó evitar el robo. Uno de los delincuentes, un joven de 18 años, le disparó al policía, quien respondió la agresión y alcanzó a herirlo en el pecho.
Cielli, cuando ya estaba en el piso por haber sido alcanzado por un disparo, fue fusilado de 8 balazos por los asaltantes; se presume que le quitaron su arma reglamentaria -calibre 9 milímetros-, con la que lo acribillaron. Además del joven, los otros dos que entraron para perpetrar el robo fueron una mujer de 19 años, identificada como Silvia Sánchez y un menor de 14 años. En la puerta esperaba un remisero, de nombre Diego Yakisich (en ese momento tenía 29 años).
Todos, incluyendo al herido, escaparon a toda velocidad en un Peugeot 405; pero detuvieron la marcha en la entrada del Hospital Español, de 9 entre 34 y 35; allí bajaron al joven que estaba herido, quien murió poco después en la Guardia del nosocomio y fue identificado como Diego Hernán Gallardo (18).
EL JUICIO Y LAS CONDENAS
Pasados tres años, exactamente el 19 de mayo de 2004, un tribunal oral de nuestra ciudad, condenó, en audiencia pública, a Diego Yakisich (31) y Silvia Sánchez (21) a las penas de 16 y 22 años de prisión, respectivamente, al considerarlos co-autores responsables del intento de robo a mano armado al restaurante «Dante», en el que fue asesinado de 8 balazos el policía Marcelo Cielli, y en el que además resultó abatido el cómplice de los ladrones Diego Gallardo.
Los jueces Claudio Bernard, Carlos Graziano y Liliana Torrisi, hallaron culpables a los acusados por los delitos «homicidio en ocasión de robo con el empleo de armas de fuego y tenencia de armas de guerra en concurso real» (diario El Día edición del 20 de mayo de 2004).
En el fallo, el Tribunal II de La Plata, no compartió el criterio del fiscal del juicio, Jorge Bettini, quien había pedido la pena de prisión perpetua para los dos imputados, al considerar que el caso encuadraba legalmente en la figura del «homicidio calificado para procurar la impunidad».
La fiscalía dio por acreditado que el 9 de agosto de 2001, cerca de las 22,30, Yakisich y Sánchez, junto al joven que murió en el hecho y al hermano menor de este, conforme a lo acordado previamente y con un claro reparto de tareas, entraron armados a la casa de comidas de 15, 41 y diagonal 76, lugar al que arribaron en un Peugeot 405, conducido por el primero de los imputados.
Para el Tribunal en el juicio quedó acreditado con «meridiana claridad» que el policía portaba esa noche una pistola 9 milímitros, cargada, y que «actuó contra los agresores disparando su arma».
«Se inició un tiroteo y no puede pensarse que los imputados hayan preordenado su obrar como venganza por la imposibilidad de poder cometer el delito propuesto, ni que hayan acabado con la vida de Cielli por despecho, venganza, rabia o frustración en sus designios», destacaron los jueces.
Lo cierto es que pasaron ya casi 21 años del suceso, una de las penas, la del remisero, ya fue cumplida. A la sentencia de la mujer, aún, le queda un año. Pasó una pandemia feroz que hizo estragos en el rubro gastronómico de la Ciudad porque obligó a los restaurantes, a cerrar por largo tiempo. ¿El Rey de la Milanesa? sigue recibiendo a miles de clientes, todos los días, como desde 1953, hace 69 años. Allí están las mejores comidas.
Dante Dante