hijos de indocumentados
El arzobispo de Córdoba y vicepresidente primero de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), el cardenal argentino Ángel Rossi, se refirió a dos temas de actualidad, como las deportaciones masivas de migrantes del gobierno de Donald Trump y el avance de la ludopatía entre los menores de edad.
“En la carta que el Papa Francisco le escribe a Trump, le dice que espera que Estados Unidos sea tierra de oportunidades y de acogida, y lo invita a construir una sociedad más justa, que no sea un lugar para el odio, la discriminación, la exclusión; pero parece que él leyó lo contrario”, dijo, en declaraciones a Radio Mitre.
“La opulencia trae el olvido”
“Yo digo así en mi reflexión: a veces, se dice que ‘la opulencia trae el olvido’. La mayoría de los norteamericanos -como nosotros también lo somos- son hijos, nietos, bisnietos de indocumentados que llegaron hambreados. Por lo tanto, somos hijos, nietos, bisnietos de lo que algunos de ellos consideran ‘migrantes criminales’. La opulencia trae el olvido”, advirtió.
El purpurado cordobés consideró que «no es un problema de nacionalidades, porque de la misma nacionalidad son muchos empresarios y hombres ricos que no son expulsados ni se les cierra las puertas».
“La mayoría de los estadounidenses, al igual que nosotros, son hijos, nietos, bisnietos de indocumentados que llegaron hambreados. Por lo tanto, somos hijos, nietos, bisnietos de lo que algunos de ellos consideran ‘migrantes criminales’ … La opulencia trae el olvido”
Hipocresía
Y criticó a muchos extranjeros que ya viven legalmente en Estados Unidos y avalan las propuestas trumpistas ante la llegada de nuevos migrantes.
“Es una reacción egoísta, de cuidar la propia quintita, diríamos, y muestra una veta fea de nuestro corazón: nos olvidamos de dónde venimos”, profundizó.
“Cuántas y cuántos de los que dejarán de ser ciudadanos, cuántos de los que se van a convertir en ‘migrantes criminales’ son quienes les hacen el servicio doméstico, cosechan sus cultivos, limpian sus edificios, lavan los platos de sus restaurantes, cubren los turnos de noche en sus hospitales. Estos serán indocumentados, pero no son criminales, pagan impuestos, son buenos vecinos, son buenos fieles de las iglesias, de las mezquitas, de las sinagogas. Sin querer ser simplista, es triste que rumbeemos pa’ ese lao”, planteó, sobre la base de los dichos de una obispa episcopal.
La problemática del juego
El cardenal Rossi también se refirió al avance de las apuestas online y citó el caso de Córdoba, donde están prohibidos los casinos en la ciudad capital, pero con esto de las apuestas online hemos puesto un casino en cada celular, sobre todo “pensando en los jóvenes y en los niños”.
“La adicción al juego va in crescendo y va generando cosas muy tristes, como la ludopatía, o enfermedades -sin querer ser trágico- que llegan al suicidio. Hace poco leí una carta de un jovencito que decía: ‘Me suicido porque no soporto la ludopatía’”.
“Es clarísimo que, bajo el disfraz del entretenimiento, es una forma de lucrar. Acá hay mucha guita y de un modo muy fácil. Es tristísimo cuando una dirigencia lucra con la vulnerabilidad humana. El no cuidado de los niños y los ancianos es signo de la decadencia de una sociedad”, aseguró, y rechazó los proyectos de ley sobre el juego en la provincia: “Más que regularlo, habría que eliminarlo”.
Fuente: Aica
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