Lali Espósito se encontraba en una gala de una conocida revista argentina del espectáculo, cuando le confió al periodista que la estaba entrevistando que se había emocionado al ver a Charly García, alguien a quien admiraba y no conocía. “Ahí está Charly. ¿Lo querés conocer?”, la invitó el entrevistador. Y se acercaron. “Hola, me llamo Lali, quería conocerte. Yo hago música”, le dijo, a lo que García, sin rodeos, le respondió: “Ya está hecha la música”. Y se fue.
No fue un chiste ni mucho menos. Una y mil veces, de distintas maneras, Charly García se refirió a ese tema. Según contó Fabiana Cantilo, el integrante de Sui Generis y líder de Serú Girán alguna vez dijo que “la música la inventaron Bach, Beethoven y Mozart”, y que de ahí en más todos se dedicaron a tomar algunos de esos elementos y a combinarlos de diferentes formas.
Ahora bien, que todo esté inventado no habilita a nadie a copiar a otro, al menos sin autorización. No obstante, y fundamentalmente en el universo de la música comercial, los plagios están a la orden del día. Hay tantos que a veces uno se sorprende. Sobre todo teniendo en cuenta quiénes los materializan.
Pero antes de repasar algunos casos icónicos, vayamos al grano con lo que sucedió en los últimos días, cuando toda la atención se centró en la muy buena cantante británica Dua Lipa. Y es que la joven de 26 años y ascendencia albanokosovar se encontró con dos denuncias judiciales por plagio, nada menos que referidas al tema Levitating, uno de sus dos mayores éxitos. La canción fue la más escuchada en 2021 según la histórica y emblemática lista Billboard de los Estados Unidos.
El plagio de Dua Lipa
Dua Lipa, como otras estrellas de la música internacional, es una industria en sí misma. Es modelo directa o indirecta de las más grandes marcas, tiene desarrollos propios, es influencer, cada cosa que dice o deja de decir y cada cosa que hace o deja de hacer llena portales y portales de noticias en internet, tiene una cantidad estratosférica de seguidores en sus redes sociales (donde, por supuesto, ni el más mínimo detalle queda librado al azar), y un larguísimo etcétera.
De cada gran éxito, Dua Lipa graba 2, 3, 5 videos distintos dirigidos a diferentes públicos. En uno hace una versión de discoteca moderna con elementos de hip hop; en otro despliega un número artístico con vestuario y bailarines que remiten al music hall; en otro realiza una versión casi acústica vestida con un sobrio pantalón con chaqueta. El nivel de producción es altísimo.
Por todo ello, sumado a una belleza particular por sus raíces eslavas, pero sobre todas las cosas por su singular registro vocal, Dua Lipa logró destacar sobre la media de cantantes veinteañeras que parecen fabricadas en serie. No obstante, ahora tendrá que resolver pronto un problema que podría perjudicar su reputación mundial. ¿Por qué? Porque, como ya veremos, el plagio es muy descarado.
¿Es ella la responsable? Si bien este tipo de artistas a veces se involucran mucho en la composición de las canciones, otras veces no tanto y en otras directamente cantan lo que idean sus compositores y arreglistas, lo cierto es que la cara visible es la suya y no podrá tirar la pelota a la tribuna, como en su momento le ocurrió a Rihanna o a Miley Cyrus (la otrora Hannah Montana), entre otros y otras.
Para colmo, el álbum Future Nostalgia (Nostalgia del futuro), que incluye el tema Levitating (Levitando), fue premiado con el Grammy al mejor disco de música pop.
El plagio de Dua Lipa
En el artículo “Dua Lipa, acusada de plagiar a Miguel Bosé: segunda denuncia en una semana”, publicado el 7 de marzo en el periódico El País de España, el periodista Raúl González apuntó que “Levitating, el éxito de la artista británica que fue el más escuchado en Estados Unidos en 2021, ha recibido demandas por calco de tres canciones distintas, entre ellas Don Diablo del cantante español Miguel Bosé”.
El especialista dijo que Dua Lia contó con la “participación” en la composición del tema en cuestión -así como en muchos otros- de tres personas: Clarence Coffee Jr., Sarah Hudson y Stephen Kozmeniuk. ¿Sabría ella que Levitating es un robo a mano armada de tres canciones, dos de ellas compuestas hace 41 y 42 años? Nadie lo sabe. Pero lo dicho, la responsabilidad recae sobre la joven cantante.
Los primeros en denunciar en la justicia a Dua Lipa fueron los integrantes del grupo de reggae Artikal Sound System, una banda del sur de Florida, EEUU, fundada por Chris Montague (guitarra) y Fabián Acuña (bajo) en 2012, a quienes luego se sumaron el teclista Christopher Cope, el baterista Adam Kampf y la vocalista Logan Rex. Denuncian a la británica por robarse su canción Live your Life (Vive tu vida).
El plagio de Dua Lipa
La siguiente denuncia provino de L. Russell Brown y Sandy Linzer, quienes compusieron Wiggle and a Giggle All Night (Wiggle y una risita toda la noche), que en 1979 interpretó por primera vez Cory Daye, y Don Diablo (su versión en español de 1980) interpretada por Miguel Bosé, “quien también figura como uno de los compositores”.
Escuchemos primero Levitating y luego Wiggle and a Giggle All Night y Don Diablo. Allí, todo quedará dicho. Pero luego pongamos el oído a Live your Life, y concluiremos que Dua Lipa tendrá que desembolsar varios millones. O no, pues en este espinoso tema de los plagios, a veces se terminan imponiendo los más fuertes (léase, compañías discográficas multinacionales). Es decir, como en la vida… Aunque los antecedentes no ayudan mucho a la artista nacida en Londres, pues ni Michael Jackson ni Rihanna escaparon de sendas denuncias por plagio de un ignoto saxofonista camerunés, como veremos luego.
Levitating – Dua Lipa (2020)
Wiggle and a Giggle All Night – Cory Daye (1979)
Don diablo – Miguel Bosé (1980)
Live your Life – Artikal Sound System (2017)
En un muy interesante artículo titulado “Cuando te enteras de que tu canción favorita es un plagio: la historia detrás de 15 grandes casos”, escrito por Eduardo Bravo y publicado el 9 de enero de 2020 en El País, uno puede comprobar que aquello de que “la música ya está hecha” es tan cierto como que el agua es incolora, a pesar de que por el simple hecho de pedir licencia para usar parte de una canción nadie perdería el prestigio.
Sólo algunos ejemplos: Miley Cyrus tuvo que resarcir económicamente al jamaicano Michael May (Flourgon) por robarle su tema We Run Things (Corremos cosas) para hacer We Can’t Stop (No podemos parar); el clásico de clásicos My Sweet Lord (Mi dulce señor), grabado por el ex beatle George Harrison en 1970, fue un plagio de He’s so fine (Él está tan bien), publicado por Ronnie Mack ocho años antes; aunque la justicia finalmente le dio la derecha a Led Zeppelin, la emblemática introducción de Stairway to Heaven (Escalera al cielo), grabada en 1971, tiene un parecido “asombroso” con la de la canción Taurus, hecha en 1967 por la banda Spirit. No son pocos los que dicen que el guitarrista Jimmy Page fue un gran plagiador, motivo por el cual Led Zeppelin ganó gran éxito y fama pero “nunca respeto” en el mundo del rock and roll.
Da Ya Think I’m Sexy? (¿Crees que soy sexy?), uno de los mayores hits de la música pop, grabado por Rod Stewart en 1978, fue un plagio descarado del tema Taj Mahal (1972) del brasileño Jorge Ben.
Thriller (1984), de Michael Jackson, es el disco más vendido de la historia. Pero no se salva ni siquiera la canción que da nombre a ese álbum, que el rey del pop plagió del tema Exorcismo del compositor español Luixy Toledo.
La lista que elaboró Eduardo Bravo en el citado artículo es larga, pero merece la pena citar un caso increíble: nada menos que el súper exitoso grupo setentista Beach Boys se robó literalmente el clásico de Chuck Berry titulado Sweet Little Sixteen (Dulces 16), del año 1958, para hacer una de sus canciones más escuchadas y bailadas, Surfin’ USA (Surfeando Estados Unidos), de 1963. Es un plagio realmente asombroso por sus protagonistas. Para que los más jóvenes se hagan una idea, es como si hoy Dua Lipa plagiara a Madonna. Así de brutal.
Michael Jackson y Rihanna: plagio efecto dominó
Como contamos en la nota La rubia tarada y la baterista en bombacha, publicada en 90lineas.com el 21 de enero último, el “Uh mamá papa uh mamá…” que se repite hasta el infinito en la canción de Sumo fue tomado del beat del tema Soul Makossa, grabado en 1972 por el saxofonista, pianista, autor y cantante camerunés Manu Dibango. Pero ese beat tiene una historia muchísimo más interesante que, a la larga, le rindió enormes dividendos al músico africano.
El plagio de Dua Lipa
Precisamente en el disco Thriller, Michael Jackson hizo uso y abuso del beat de Manu Dibango en la canción Wanna be startin’ somethin (Quiero comenzar algo). Corría 1984.
Nada menos que 23 años más tarde, la cantante Rihanna, oriunda de Barbados y residente en EEUU, le pidió autorización a Jackson (o bien a sus productores) para utilizar partes del tema Wanna be startin’ somethin en el que terminaría siendo su mayor éxito: Don’t Stop the Music. Le dijeron que sí. Cuestión que la parte que utilizó Rihanna fue la que el cantante le había robado a Manu Dibango, por lo cual, cuando estaba celebrando el tremendo suceso del tema, se topó con el camerunés acusándola de plagio. Al comprobar que se había generado un robo “efecto dominó” y ante la posibilidad de perder el prestigio ganado en su corta carrera, Rihanna decidió cortar por lo sano y le compró a Dibango los derechos de autor de la canción.
A continuación, el beat original de 1972 (que se puede escuchar a los 8 segundos de iniciada la canción), y el plagio de Rihanna ¡35 años después!, que puede escucharse en el minuto 2:52 del tema Don’t Stop the Music, o No pares la música… Pero que paren los plagios, ¿no?
Soul Makossa – Manu Dibango (1972) / Escuchar a los 00:08 segundos
Don’t stop the music – Rihanna (2007) / Escuchar a los 02:52 minutos
El plagio de Dua Lipa
El plagio de Dua Lipa