Por Mirta Catalano mamá de un adolescente con discapacidad afiliado a IOMA. Miembro del Grupo Ioma Amparos,denuncias y reclamos:
Las familias de personas con discapacidad afiliadas al IOMA padecemos la burocracia enquistada en los procedimientos de cada gestión que asume. Vivimos inmersos en una gran incertidumbre, es una lucha permanente para lograr la autorización de tratamientos, de atención en centros especializados, de equipamiento, de medicación. Más de una vez se cuestionan las indicaciones del médico de cabecera, aun autorizando prácticas y provisiones tardan meses o años en concretarse.
Las familias comienzan el largo y desgastante camino del reclamo, algunos pagan los tratamientos esperando los reintegros para así hacer una cadena, pero estos tardan meses y nunca reintegran el 100%, otros recurren a la justicia con la esperanza de hacer efectiva las leyes que protegen a las personas con discapacidad. Nada es un capricho, más allá del diagnóstico y los tratamientos fundamentales para que la persona desarrolle más herramientas y recursos para el día a día se busca la inclusión social y el pleno reconocimiento a sus derechos fundamentales.
Ser padres de un hijo con discapacidad significa entrar a un mundo nuevo, es estar alertas y dispuestos a todo. Emprender derroteros que nunca antes habíamos imaginado. Nuestra vida da un giro, ya nada es lo mismo, cambian las prioridades nuestra visión del mundo es otra.
Empezamos a buscar por todos los medios respuestas ante la nueva realidad que se nos impone. Luego de sobreponernos al duelo llegamos a la aceptación y empezamos a buscar información, siguiendo las indicaciones del médico especialista, tratamos de dar a nuestros hijos la mejor atención en los centros especializados. Para muchas familias es un largo andar hasta dar con el diagnóstico esto es clave para un mejor pronóstico.
Dada la importancia de la plasticidad neuronal que se encuentra en su máximo desenvolvimiento en las edades tempranas de los niños el tiempo es oro por lo que la intervención terapéutica en los primeros años del desarrollo y su continuidad en el crecimiento ulterior es decisiva para una mejor calidad de vida.
Pero toda esta energía que ponemos para ayudar a nuestros hijos se topa con varias barreras una de ellas es la de poder concretar los estudios médicos y sus tratamientos, poder proveerles el equipamiento, la medicación, todo lo que sea necesario.
Renglón a parte es lo que ocurre con los prestadores de discapacidad, terapistas, psicólogos, fonoaudiólogos kinesiólogos, musicoterapeutas, psicopedagogos acompañantes terapéuticos, cuidadores domiciliarios, transportistas y la lista sigue a quienes les adeudan en promedio 8 meses del trabajo realizado y tienen que seguir sosteniendo sus familias, sus obligaciones como pago de impuestos, alquiler de vivienda y espacio de trabajo, ingresos brutos, monotributo, contador, colegio de profesionales, etc.
Debido a esta situación cada vez son menos los prestadores que se “animan” a trabajar por IOMA. Además, hay que aclarar que el nomenclador de la OS está muy por debajo al Nomenclador Nacional quienes ya están pidiendo un aumento de 30% a partir de febrero y un nuevo aumento para julio del 2021.
Muchos padres miramos a nuestros hijos y nos preguntamos cuántas batallas más debemos librar. Esta incertidumbre no llega a nosotros por la discapacidad sino porque cuesta mucho llevar adelante el tratamiento, es un desgaste psicológico muy grande que muchas familias no logran sostener y en consecuencia caen en situaciones muy angustiantes al ver la regresión de su ser querido.
Las demoras en dar respuestas a las prestaciones indicada por el médico de cabecera ocasionan un grave retroceso de las habilidades logradas con tanto esfuerzo de las personas con discapacidad, ni hablar el perjuicio que ocasiona cuando un prestador no puede seguir atendiéndolo motivado por la falta de pago ya que ellos establecen un vínculo muy fuerte que es difícil volver a construir. Porque no basta con autorizar un tratamiento, sino que hay que sostenerlo en el tiempo.
Por otro lado, la pandemia trajo más incertidumbre aún, ya que no hubo una bajada clara por parte de la Obra Social acerca de cómo presentar la facturación que documentación debía acompañar que dé cuenta de la nueva modalidad. Después de haber presentado la facturación en abril del año pasado los prestadores son anoticiados recién este año de la negativa a reconocer el trabajo llevado a cabo bajo otra modalidad debido al aislamiento obligatorio que impone la cuarentena y les piden más papeles como readaptación de objetivos, plan de tratamiento a la pandemia y nuevamente la autorización de las familias, la burocracia dilata los tiempos…
Los empleados de las delegaciones no están preparados para dar respuestas algunos dicen “aún no tenemos directivas” esto lo comprobamos padres y prestadores cuando vamos a preguntar a las delegaciones a pesar de que el presidente de IOMA dr. Homero Giles asegura en el reportaje hecho en la Tecla info el 11/02/2021 “Sin dudas es una mejor obra social. Los reclamos por demoras en los trámites o por autorizaciones han bajado notablemente. Lo primero que hicimos en un año de pandemia fue mejorar los niveles de respuesta en nuestras delegaciones, informatizando el sistema de administración y abriendo nuevos canales de respuesta y asesoramiento”.
Nos sorprende además que se halla cortado el canal de diálogo que teníamos ya sea con el director de la Delegación Mar del Plata como con otros funcionarios de la Central en La Plata, muchos reclamos nos llegan a nuestro grupo Ioma Amparo, denuncias y reclamos y no tenemos forma de llegar a una solución, no atienden los teléfonos, no contestan los mails. Nosotros desde el 2018 continuamos trabajando por el cumplimiento de los derechos de todos los afiliados del IOMA de la provincia de Buenos Aires a una buena cobertura en salud, puntualmente en nuestro grupo Discapacidad tratamos de acompañar y orientar a las familias buscamos dar respuestas a situaciones muchas veces desesperantes.
Toda persona con discapacidad puede acceder al Certificado de Discapacidad que es un documento público que acredita la condición de discapacidad y las prestaciones que necesita prevista en Sistema de Prestaciones Básicas para la Habilitación y Rehabilitación de Personas con Discapacidad (Ley 24901), y obliga a las obras sociales y las empresas de medicina prepaga a cubrir la totalidad de las prestaciones previstas por la ley e indicadas por el médico tratante.
Además la Convención sobre los Derechos de las personas con Discapacidad que en la Argentina tiene rango constitucional ya que viene a cumplimentar el mandato constitucional inserto en el artículo 75 inciso 23 de la Constitución Nacional en cuanto que corresponde al Congreso «promover medidas de acción positiva que garanticen la igualdad real de oportunidades y de trato, y el pleno goce y ejercicio de los derechos reconocidos por la Constitución y por los tratados internacionales vigentes sobre derechos humanos, en particular respecto de los niños, las mujeres, los ancianos y las personas con discapacidad»
Según datos de la OMS el 15% de la población mundial tiene algún tipo de discapacidad, es más es probable que la mayoría de las personas experimentemos alguna forma de discapacidad temporal o permanente en algún momento de la vida, nadie está exento, no podemos ni debemos esconder la discapacidad debajo de la alfombra, tornarlos invisibles no es la solución. Es imprescindible una política púbica que garantice el derecho a la salud de a las personas con discapacidad y se cumplan las leyes que los amparan.
Por todo lo dicho es que pedimos empatía con la discapacidad