el plan del gobierno
“¿Cómo explicarle a un chico o chica que percibe lo acontecido entre 1976 y 1983 como parte del Jurásico lo que fue la dictadura? La historia de Tucunuco, un pueblito sanjuanino pujante y en crecimiento hasta 1975 y desde 1976 hasta hoy un lugar abandonado, es un gran disparador para dar ese debate en tiempos en que todos los fantasmas han retornado”.
Así dice la bajada de la nota titulada “La dictadura, en menos de dos minutos”, que 90 Líneas publicó el 16 de noviembre de 2023. Hace referencia a un video de youtube -que se reproduce- que en apenas un minuto y 51 segundos cuenta la historia de aquel poblado cuyano que pasó de tener una pujante comunidad que contaba con una cooperativa olivarera, un molino harinero, estación de ferrocarril, escuela, Iglesia, vida social, etcétera, hasta marzo del ‘76. Cuando llegó la dictadura, confiscaron todas las propiedades, secuestraron gente que luego ‘devolvieron’, sembraron el terror y lograron que Tucunuco quede tan vacío como antes de su despegue, que se produjo a inicios de los ‘70 sobre lo hecho en la década de 1950.
¿Para qué? Para destruir. Allí había una comunidad pujante, gente feliz con su trabajo, niños y niñas felices, venían familias de las grandes ciudades para vivir en paz… demasiada felicidad para los militantes de la destrucción.
Muchas historias similares se escribieron en la Argentina profunda a lo largo del tiempo. En dictadura y también en democracia, sobre todo en los nefastos años ‘90.
Pero como la sociedad argentina parece corta de memoria, en pleno siglo XXI estamos viviendo, esta vez a la velocidad de la luz, procesos similares.

Timba y más timba en un país que supo ser industrial
¿A cuánto se fue el dólar oficial? ¿Y el blue? ¿A cuánto cotizan los bonos A8Zk? ¡Ufff, se fueron para arriba! “¡Los mercados están exultantes!” “Vino el secretario de la Pichincha de los EEUU… Un gran reconocimiento para el país”. Y un eterno etcétera.
Análisis sobre análisis. Conjeturas sobre conjeturas. Encuestas de opinión sobre encuestas de opinión. “La música sigue, pero a mí me parece igual”, cantaba Charly García y tocaba Serú Girán en 1980.

Hinojo
Estoy convencido de que tanto análisis cotidiano sobre cada medida, acción, omisión, gesto del gobierno termina por saturar e incluso atormentar a los ciudadanos de a pie que tienen -tenemos- que pelear la diaria. A ello, en estos tiempos que suenan tan parecidos a la canción The End de The Doors, debemos sumarles el nuevo clan de operadores políticos y económicos disfrazados de periodistas, y un interminable bombardeo de falsas noticias a repetición en los grandes medios, en los no tan grandes -pero que siguen la agenda de los grandes- y en las redes antisociales.
Creo que hay un plan. Sí, lo hay. Y no es de construcción de nada. Es de destrucción de todo. Como en el periodo 76-83, o en el 89-2001.
Y leyendo al colega Andrés Miquel en la sección Buenos Aires/12 del porteño diario P12, me dije: “Sí, definitivamente la música sigue, pero a mí me parece igual”, una forma poético-musical de decir “esta película ya la vi”. Y más de una vez. Y, como Titanic, siempre termina igual.
«La planta de cerámica Cerro Negro de Olavarría envió casi 100 telegramas de despido, sin previo aviso y por fuera de cualquier tipo de negociación. ¿Cuándo? A las pocas horas de que en la Cámara de Diputados de la Nación se aprobara, a ciegas, el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional» (Andrés Miquel) … Y todavía algunos y algunas se preguntan: ¿qué tiene que ver conmigo la deuda externa?
Andrés Miquel cuenta una historia reciente acontecida en Hinojo, un pueblo de 3 mil habitantes ubicado en el partido bonaerense de Olavarría. Comparto algunos pasajes. Pero antes, apunten dos cositas de Hinojo que están a mano en Wikipedia:
- Hinojo se fundó en 1887 -5 años después de La Plata- como colonia agrícola a partir de la llegada del ferrocarril. Ángel María Bardi fue su fundador. Luego surge la explotación minera.
- Fue un importante nodo ferroviario, que concentró durante buena parte de los siglos XIX y XX las cargas de materiales y mercaderías que se producían en la región. Hoy tiene un presente más vinculado a las actividades rurales. Se destaca FABI SA, fabricación de bolsas de papel industrial (balanceados, cal, cemento, harina). (N. de la R: He allí la importancia de FABI para el poblado).

¿Y ahora, qué?
“El 8 de abril llegaron diez personas de CMPC Biopackaging -arranca Miquel su artículo-, la empresa chilena que es dueña de FABI. Nos reunimos a las 8 y media de la mañana y nos dijeron que a partir de las 9 y media FABI no existía más”, cuenta Sergio Urrutia, delegado de la Fábrica de Bolsas Industriales, o FABI, como se la conocía en Hinojo.
“Hinojo se encuentra a 15 kilómetros de Olavarría, uno de los municipios más castigados por el rumbo económico que planteó el Gobierno nacional. El 2024, tras el parate de la obra pública nacional impuesto por Javier Milei y un desplome de la actividad económica, cerró con una caída del despacho de cemento superior al 30% en la localidad que aglutina a Loma Negra, Cemento Avellaneda, y decenas de canteras de piedra que tienen como destino la construcción.
“FABI, tal como señala Urrutia, no escapó a la ola de efectos que produjo el gobierno libertario. De esta manera, cerca de 150 trabajadores entre empleados de planta y tercerizados quedaron en la calle. Son 150 personas (N. de la R: familias) en un pueblo que supera levemente los 3 mil habitantes, por lo que se espera un escenario muy oscuro para el devenir comercial de Hinojo.
“Como representante del Sindicato Obrero de la Industria del Papel y el Cartón, Urrutia asegura que la decisión “fue una sorpresa”. “Si bien la empresa había bajado la producción por debajo del 50 por ciento y el año pasado tuvimos adelanto de vacaciones, veníamos repuntando, por lo que no imaginábamos una situación así”, agrega.
“Comprendimos que somos un numerito y que no hay humanidad”, le dijo el trabajador despedido Sergio Urrutia al periodista Andrés Miquel

“La división Sack Kraft de CMPC Biopackaging, según detallan en su página web, es un proveedor continental de sacos multipliego de papel, filial de CMPC, una de las mayores compañías del mundo en la industria forestal, celulosa y del papel. Además de la que funcionaba en Hinojo, tiene siete plantas industriales «estratégicamente localizadas» en Brasil, Chile, México y Perú.
“Precisamente, de Perú proviene el gerente regional de la firma, y Urrutia indica que “trascendió que vino a hablar con Loma Negra para hacer las bolsas en Perú y traerlas de ahí”. (N. de la R: Elementales leches, mi querido Flaco: por más que se trate de una multinacional -o quizás por eso mismo-, como el negocio es importar, importemos de un país donde el producto nos salga más barato. Y a propósito de Perú, vale recordar que hace muy poquito, el ministro de Fuga de Capitales, Luis Caputo, dijo que “empezamos a parecernos a un país normal, como por ejemplo Perú” … Ahora sí, duerman sin frazada).
La principal preocupación de los trabajadores es cómo continuar y reinsertarse en el mercado laboral en un contexto más que difícil para seguir teniendo un ingreso. “Lamentablemente el panorama es muy sombrío porque no hay trabajo. Las industrias no toman más gente y otras van sacando gente, de a uno, de a dos; las canteras están sacando gente, las caleras también, la incertidumbre es total», cuenta Sergio
Sigue Miquel: “Sin embargo, la principal preocupación de los trabajadores es cómo continuar y reinsertarse en el mercado laboral en un contexto más que difícil para seguir teniendo un ingreso. “Lamentablemente el panorama es muy sombrío porque no hay trabajo, las industrias no toman más gente y otras van sacando gente, de uno o dos, las canteras están sacando gente, las caleras también, la incertidumbre es total y el ejemplo más cercano que tenemos es lo que pasó en Cerro Negro”, explica el dirigente gremial.
“Hace referencia a los 96 telegramas que recibieron los trabajadores de la planta de cerámica Cerro Negro. Tal como contó este medio, los despidos llegaron sin previo aviso y por fuera de cualquier tipo de negociación…
-¿Cuándo?
-A las pocas horas de la votación en el Congreso a favor del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional«
La dictadura en menos de dos minutos; el plan de destrucción en marcha, en un artículo que pueden leer completo aquí.