la dictadura en tucunuco
La historia de Tucunuco
Crédito: Canal de YouTube Viajando con Carlos
El 23 de marzo de 2021, en vísperas de un nuevo aniversario del golpe de Estado de 1976, publicamos un artículo titulado 57 segundos que anunciaron el industricidio argentino. En la primera parte, decíamos que en una nota “acerca del avance de la ultraderecha en Europa, publicada en un reconocido periódico de ese continente, se remarca con preocupación que a medida que pasa el tiempo se van difuminando las experiencias del fascismo y el nazismo de la memoria colectiva, y que, peligrosamente, para las nuevas generaciones esos nefastos fenómenos entran en una categoría prehistórica”.
Luego los periodistas se preguntaban si esos jóvenes sabrían “dónde terminan, indefectiblemente, los procesos que nacen prometiendo una ‘limpieza’ en todos los ámbitos” de la vida cotidiana de una nación.
Ese artículo europeo nos llevó a reflexionar, hace más de dos años, que “el efecto que se está notando en Europa, es decir, la impunidad de nuevas fuerzas políticas para galopar sobre discursos fascistas y tener éxito entre un gran porcentaje de la población, se puede aplicar perfectamente a Sudamérica y a nuestro país en particular”. ¿Por qué? Porque “a medida que se aleja en el tiempo la sangrienta dictadura cívico-militar de 1976-1983, proliferan, y con bastante éxito, los discursos de mano dura (…); los que petardean al Estado como sinónimo de todos los males, y a la corrupción como algo ‘exclusivo’ de ‘los políticos’”. De inmediato, anticipamos: “Ya veremos que el mayor caso de corrupción de nuestra historia lo protagonizaron los privados en dictadura”.
Releer eso 2 años y 8 meses más tarde, a horas de un balotaje entre un proyecto democrático, guste mucho, poco o nada el candidato, y otro que justifica la dictadura y niega el genocidio, da cierto escalofrío.
En otro artículo que publicamos -en este caso, hace poco- y que titulamos Somos la Vida, Somos la Paz, planteamos: “A quienes pasamos por la dictadura (…) nos parece francamente increíble escuchar ‘los pibes y pibas votan a Milei y Villarruel porque no tienen ni idea de qué es una dictadura’”. Y nos preguntamos: “¿Acaso alguien necesita pasar por una dictadura para después decir “ah no, no está bueno que no puedas opinar de nada ni hacer nada porque, si no, te secuestran, te torturan, te violan, te tiran al mar desde un avión o te asesinan”? Es francamente incomprensible. No creo necesitar un tiempo en el límite entre Israel y la Franja de Gaza para recién después, en el muy improbable caso de que siga con vida, decir que no quiero una guerra”.
Tucunuco
Pero, como me dijo un amigo, no es sencillo explicar la dictadura a muchos pibes y pibas que perciben eso como un hecho prehistórico. (Nobleza obliga: otros muchos pibes y pibas son auténticos militantes contra lo que representó dicha época, la más oscura de nuestra historia).
Entonces, me pasó un video del canal de YouTube Viajando con Carlos titulado Los 10 pueblos abandonados de la Argentina, el cual dedica un minuto y 51 segundos a contar la historia de Tucunuco, un pueblo abandonado de San Juan.
¿Por qué está abandonado?
La historia de Tucunuco es la mejor síntesis de la dictadura de 1976-1983.
*Tucunuco es el nombre de una localidad argentina en ruinas y una estación de ferrocarril, ubicada en el departamento de Jáchal, en la provincia de San Juan, sobre la Ruta Nacional 40, a 50 kilómetros de San José de Jáchal.
*El sitio era una antigua posta instalada en el siglo XIX. A su alrededor se instaló un molino harinero, un correo, un telégrafo y una escuela.
*En la década de 1950, Federico Cantoni instaló allí una empresa olivarera, que construyó las primeras instalaciones urbanas, incluyendo la plaza central y la iglesia.
*En 1975, el gobernador Eloy Camus promovió la instalación de una colonia agrícola con el fin de promover la migración de población hacia el interior del país.
*La colonia estuvo integrada por 16 familias provenientes de Buenos Aires, que se organizaron como Cooperativa de Tucunuco luego de comprar 76.000 hectáreas para producir aceitunas. Pocos meses después, al ser derrocado el gobierno constitucional por la dictadura el 24 de marzo de 1976, los pobladores de Tucunuco fueron detenidos por los militares y acusados de «subversivos».
*Liberados después por gestiones de la Iglesia católica, el gobierno militar desconoció los derechos de propiedad, cortó los suministros a los colonos y cerró la escuela, lo que causó la emigración de los pobladores.
*Desde entonces, permanece despoblada.
“Son 30.000” … ¿Por qué?
Quienes reivindican la dictadura, algo impensado hasta que irrumpió en la escena política nacional la extrema derecha, siempre parten desde el mismo lugar: cuestionan el número de desaparecidos.
Humildemente, creemos que, tras reafirmar que “son 30.000”, hay que empezar a dar otro debate: ¿Para qué hubo un plan sistemático de desaparición, tortura y exterminio de un sector de la población civil?
*Para implementar un plan económico de clase que concentrara la riqueza en pocas manos. La clase trabajadora pasó de quedarse con el 51% de la riqueza en 1974 al 22% en 1982.
*Que terminara de una vez con la industria nacional que venía creciendo, con altibajos, desde los años ’40. La apertura total de importaciones provocó la pérdida de más de 20.000 pymes, la reprimarización de las exportaciones beneficiando sólo a los grandes latifundistas y concentrando el entramado productivo en un puñado de grandes firmas, en paralelo con la desaparición de ramas industriales completas.
*Que diera nacimiento a la pobreza estructural y al desocupado como sujeto social, dos cosas que hasta marzo del 76 no existían en Argentina. En 1974 había 2,7% de desocupación -el índice más bajo de la historia-, apenas 8% de pobreza y 10% de informalidad laboral, datos que están al alcance de todos pero que, por ejemplo, resaltó en 2015 Margarita Stolbizer. Luego, el sitio Chequeado.com sentenció que esa afirmación era verdadera).
*Que profundizara el proceso de destrucción de la educación pública de excelencia que supo tener Argentina, el cual inició con La noche de los bastones largos en 1966 y coronó con la reforma educativa de 1994.
*De prácticamente no tener deuda, al finalizar la dictadura Argentina pasó a ser uno de los países más endeudados del mundo, con una deuda que se había incrementado desde menos de u$s8.000 millones en 1975 hasta más de 45.000 millones de dólares en 1983: 499%.
*De usar el Estado para los negocios de los poderosos. Las empresas estatales, sobre todo YPF, fueron utilizadas para tomar deuda en dólares y transferir ese dinero a los privados. Se reemplazó la producción por la especulación y nació la tristemente célebre timba financiera.
*En 1982, además, la deuda de los privados tomada a través del Estado fue estatizada. Es decir que por décadas la pagamos los argentinos y argentinas de trabajo a costa de un país que no podía crecer. Luego, ese no crecimiento fue endilgado a un “Estado ineficiente” y se vendieron a precio de remate todas las compañías públicas, y a “la política”, abriendo así el camino para la llegada de algún mesías ultraliberal y/o fascista.
*“Terminaron por conformar un nuevo modelo económico basado en la acumulación rentística y financiera, la apertura externa irrestricta, comercial y de capitales, y el disciplinamiento social” (Mario Rapoport, La herencia de la dictadura militar, 25 de marzo de 2011) … Extrañamente (¿extrañamente?) un modelo tremendamente similar al que hoy propone la extrema derecha.
La historia de Tucunuco, llevada a nivel país, es la mejor explicación, en menos de dos minutos, de la dictadura cívico-militar. Con un añadido imprescindible: también secuestraban y torturaban a quienes no tenían actividad política alguna para que nadie pensara “se llevan a los que están en política”, y así sembrar el terror en la sociedad toda porque “se llevan a cualquiera”.
«La idea del trabajo en cooperativas no caía bien a los miliares, que empezaron a tildar de ‘subversivos’ a los miembros de la comunidad (de Tucunuco). Ya en marzo, comenzaron las visitas de gendarmes al lugar. Controlaban las zonas y revisaban las propiedades de los habitantes, para luego irse.
Sin embargo, el día clave fue el 21 de septiembre de 1976. Durante la siesta, los vecinos vieron cómo la tranquilidad del lugar se veía interrumpida por la llegada de un camión y dos patrulleros. Personal de Infantería irrumpió en el lugar a los gritos, entró a las casas y comenzó a revolverlas, hizo disparos al aire e incluso golpeó a algunos de los habitantes y los amenazó de muerte. En medio de la incertidumbre y el miedo de la gente, detuvieron a seis de los hombres del lugar.
Mientras ellos pasaron tres días presos, siendo llevados a distintas comisarías, quienes quedaron en el pueblo hicieron notas para denunciar el avasallamiento, sin saber que nadie los escucharía.
Los hombres pudieron regresar, pero las condiciones en el lugar eran insostenibles. La gente tenía miedo, pasaban hambre y ya prácticamente no tenían elementos para trabajar. Fueron las mujeres las primeras en decir que ya no podían vivir en esas condiciones y que lo mejor era irse. En noviembre, la mayoría de los habitantes emigró y sólo quedaron tres hombres en esas tierras, que luego también decidieron irse.
Muchas de las familias decidieron mudarse a otras zonas de la provincia. Mientras que otras directamente se fueron de San Juan. El lugar quedó intacto, para que después, el paso del tiempo, el viento y las condiciones agrestes fueran dando a aquel pueblo las características que tiene hoy».
Fuente: El Tiempo de San Juan – «Las ruinas de Tucunuco», por