Por Lautaro Belloni
Durante la mañana de hoy (sábado), el equipo estuvo presente acompañando el entierro de Jesús. Su madre, algunos amigos cercanos y una gran cantidad de gente humilde se acercaron para darle el último adiós.
Jesús tenía unos 33 años. Fue detenido ilegalmente el jueves y ejecutado el viernes, tras un juicio exprés y plagado de irregularidades.
Durante el entierro se oyeron múltiples testimonios que daban cuenta del amor que despertaba. Su madre, entre lágrimas, exclamaba: «¿Así tenía que ser? ¿Así serás grande, Dios te dará el trono de David y reinarás sobre la casa de Jacob para siempre, y tu reino no tendrá fin? ¿No había otra forma, sin que te vayas de mis brazos, hijo mío?»
En diálogo exclusivo con este medio, Mariano, un vecino que había sido sanado por Jesús, afirmó: «Esto fue totalmente injusto. Se la pasó haciendo el bien. A mí me sanó».
Mariana, otra vecina, nos dijo: «Yo lo iba a escuchar a Constitución todos los viernes. Lo vi en las marchas de los jubilados, en la antifascista, en la de las universidades. Siempre estaba ahí, dándonos esperanza».
Carlos, joven de 25 años, también contó su experiencia: «Estuve con él y me voló la cabeza. Me mostró una forma de vivir más plena, en servicio a los demás (quebrado, entre lágrimas). Me arrepiento de no haberlo seguido cuando me invitó a dejar todo y caminar con él».
El sepelio incluyó unas palabras de Nicodemo, reconocido político de Lanús, quien condenó profundamente lo ocurrido y exigió justicia por Jesús.
Ya se está organizando una marcha para pedir justicia, la destitución inmediata y el juicio por mal desempeño de funcionario público de Poncio Pilato.
Evidentemente, para muchos hoy es un día de memoria agradecida por el bien que ha hecho Jesús, más allá del dolor de la muerte.
Seguiremos informando.
Fuente: Ig-grupocurasopp